SI ESTÁS LEYENDO ESTO, FUE GRACIAS A UNA VALIENTE MUJER QUE RESPETÓ TU VIDA

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La Panga

Por: Mayahuel Hurtado Ortiz

El ser humano, en algunos casos, ha logrado demostrar que es el peor depredador de las especies, incluida la suya; desde el principio de la vida y de acuerdo al texto mitológico de los griegos, encontramos lo siguiente: “Cronos (Saturno) era el más joven de los Titanes, hijos de la Madre Tierra y Urano (la tierra y el cielo). Urano odiaba a sus hijos y los escondió en la Madre Tierra, causándole gran dolor. Como venganza, fabricó una hoz para Cronos y lo convenció de que diese muerte a su padre. Cuando cumplió sus deseos, se desposó con su hermana Rea, pero temeroso de que sus propios hijos se levantasen en su contra, se los tragaba en cuanto nacían: Primero Hestia, luego a Deméter, Hera, Hades y Poseidón. 

“Sin embargo, cuando Zeus, su sexto hijo, estaba por nacer, Rea lo alumbró en el silencio de la noche y lo confió a los cuidados de su madre, la Madre Tierra. En lugar de entregarle al bebé, le dio a Cronos una piedra para que se la comiera. Cuando Zeus creció, pidió ser el copero de Cronos… le preparó pues a su padre una poderosa sustancia que le hizo vomitar a la piedra y a sus otro cinco hijos mayores. Zeus, luego condujo a sus hermanos a la guerra contra los Titanes, a los que vencen y destierran al Tártaro, en el mundo subterráneo. En adelante, Zeus reinaría como el jefe supremo de los dioses”.

¿Qué opina usted, amable lector, lectora? La mitología presenta un caso similar al de un aborto, ya que Cronos, al tragarse a sus hijos, deseaba que no vivieran, que no representaran un obstáculo y esa lucha por el respeto a la vida que refiere la literatura emprendió Zeus para salvar a sus hermanos y traerlos a la vida, es la que ha estado presente en la historia de la humanidad.

Pero analicemos la Biblia, en donde hay versículos que nos abrirán líneas del pensamiento: A los ojos de Dios, la vida -sobre todo la humana- es sagrada (Génesis 9:6; Salmo 36:9). También lo es la vida de la criatura que está en el vientre de su madre, el lugar que Dios diseñó para que los bebés estén protegidos durante su formación.
Un escritor de la Biblia cantó a Dios: “Me tuviste cubierto en resguardo en el vientre de mi madre”. Y añadió: “Tus ojos vieron hasta mi embrión, y en tu libro todas sus partes estaban escritas, respecto a los días en que fueron formadas” (Salmo 139:13, 16).

Lo que Dios piensa sobre la vida de un bebé no nacido se refleja, por un lado, en la Ley que dio a la nación de Israel, y por otro, en nuestra propia conciencia. La Ley establecía que si una mujer embarazada perdía el bebé a causa de una agresión, el culpable merecía la pena de muerte. Así, el asesino pagaba la vida de la criatura con la suya propia (Éxodo 21:22, 23).

Los jueces primero tenían que evaluar las intenciones y circunstancias de cada caso (Números 35:22-24, 31). 

El Corán habla sobre el amor a la vida y en general, los musulmanes no están de acuerdo con el aborto y lo consideran haram (prohibido), pero muchos de ellos -incluyendo juristas, expertos en el islam y médicos- coinciden en que debe ser permitido en ciertos casos. De hecho, en todos los países musulmanes es legal cuando está en riesgo la vida de la madre. “(Y sabed que) Quienes obedezcan a Dios y a su Mensajero, le teman y sean piadosos, serán los verdaderos triunfadores”. (Corán 24:52).

Podría citar más libros sagrados como Zohar, la Cábala y de otras religiones en el mundo y todos coincidirán en algo: “El respeto a la vida”. Pero aquí en estos tiempos en donde la tecnología satura la masa gris y en donde los satisfactores se convierten en verdaderas amenazas para la especie humana, en donde lo que me haga la vida más fácil está bien, fue que empezó a tomar fuerza la idea del aborto, que es la interrupción y finalización prematura del embarazo de forma natural o voluntaria, hecha antes que el feto pueda sobrevivir fuera del útero. 

Actualmente, esta es la razón por la que miles de mujeres que buscan la opción más cómoda, han marchado con paños verdes, se han manifestado desnudas en las plazas públicas y han saturado las redes sociales con ideas basura en la que proponen “respeta mi decisión, es mi cuerpo”, “prohibir el aborto me criminaliza”, “por nuestro derecho a decidir”, “aborto legal, seguro y gratuito”, “mi cuerpo es mío” y un sinnúmero de ideas más que buscan aniquilar la vida.

Lo que no han comprendido es que ese cuerpo que crece dentro de su vientre ya no es de ellas, es una vida que en efecto crecerá ahí, pero es un ser diferente e indefenso que al nacer será un individuo que tiene derechos humanos, el principal de ellos es el derecho a vivir. 

Desde la concepción, desde que el óvulo es penetrado por el espermatozoide, es que inicia la vida, no importa si son horas, si son días, semanas o meses, es una vida, es un ser que tiene derecho a nacer.
Sólo en casos en los que la madre esté en riesgo de muerte se puede permitir el aborto en nuestro país, pero existen cientos de casos de mujeres que a pesar de conocer ese riesgo enfrentan el embarazo y tratan de mantener en su vientre a sus hijos vivos el mayor tiempo posible. A veces la historia termina con un milagro; en otras ocasiones con una madre destrozada por haber perdido a su bebé y en otros, los dos parten porque la mujer no quiso abortar, porque el respeto a ese feto o bebé era más grande que su vida misma.

Sin embargo, en la frivolidad de las mujeres prácticas, abortar es la primera opción para justificar el ejercicio de una sexualidad irresponsable, se creen con el derecho de decidir dar o quitar vida, juegan a ser Dios y el Diablo mismo, y en ocasiones en su juego peligroso, en su intento por quitar una vida, la pierden ellas.

Es inadmisible que en el Siglo XXI, habiendo tanta información, métodos anticonceptivos, tanto para hombres como para mujeres, sigan pensando que el aborto es una opción.

Si hay personas tan irresponsables en este mundo, que no tienen la mínima intención de vivir la experiencia de ser papá o mamá, les tengo la siguiente opción: Vasectomía para ellos y salpingoclasia para ellas; en el caso de quienes al nacer sus hijos no deseen criarlos, no es necesario que los tiren o abandonen, existen cientos de parejas que al no poder lograr un embarazo, buscan adoptar un bebé. En pocas palabras, siempre existirá una opción para evitar aniquilar una vida, para evitar el aborto.

Por eso si usted, amable lector, lectora, está leyendo mi columna de hoy, siéntase afortunado, bendecido, amado, porque fue gracias a una mujer valiente que respetó su vida.