Revocación o ratificación de mandato

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Por: Francisco Pérez Medina

Las elecciones que se celebraron el día de ayer, con una elección tan cerrada en el país vecino, tiene en vilo a prácticamente a todo el mundo. No es para menos. Del resultado, dependen no sólo quien encabezará el país más poderoso, sino que los factores actuales se mantengan o modifiquen para bien o para mal de quienes apostaron todo para una parte.

Hace cuatro años, nadie esperaba el resultado que finalmente sucedió: el triunfo del populismo. La contendiente más preparada para el cargo, con antecedentes y una trayectoria política impecable perdió ante un empresario sin antecedentes en política que supo despertar y canalizar mediáticamente los intereses de los ciudadanos de ese país a su favor. Ayer, se celebraron nuevamente las elecciones, para la reelección o elección de un nuevo presidente. Es decir, la revocación o ratificación del mandato.

El resultado sigue siendo cerrado. Hasta el momento en que se escribe esta columna, lleva una ligera ventaja el candidato opositor, pero por muy poco, sin definirse estados clave que pueden dar un giro a la elección. Éste ha pedido mesura y esperar los resultados finales para ofrecer un posicionamiento; mientras que, el que desea mantenerse en el poder, salió en la madrugada a ostentarse como triunfador, acusando también de fraude en algunos estados que consideraba ganados anticipadamente y llevar hasta el límite su permanencia en el poder.

Pocos se imaginaban que, en una democracia consolidada, sucediera lo que en otros países es una cultura política permanente: de rechazo a los resultados, cuestionamiento de las instituciones, acusar fraude y proclamarse triunfadores sin serlo. Independientemente del desenlace, el daño ya está hecho. Judicializar la elección, como se pretende, llevará un escenario en el que todos pierden, incluso el ganador.

Ante ello, las potencias mundiales deben estar disfrutando la división en que se encuentra el poderoso país, pues, son testigos de lo que en sueños anhelaban, pero que nunca pudieron hacer. Bien dice el dicho: “pa los toros del Jaral, los caballos de allá mismo”.  Han sido la misma clase política quienes se han encargado de dividir a una sociedad en dos bandos: los supremacistas y las minorías. ¿Quién ha ganado? Solo el tiempo lo dirá.

Sirva este escenario como experimento de lo que, dentro de siete meses, viviremos en el nuestro con la elección del 2021. Quienes acusan anticipadamente un triunfo o fraude si no es así, o de la oposición que busca hacerse del poder para retirar a quienes no creen en las instituciones y dividen al país entre quienes están con ellos o en contra. La pregunta obligada es ¿ponemos nuestras barbas a remojar?

Salida

1.- Cuestionado ha sido el nombramiento de la esposa del presidente como investigadora nivel uno del Sistema Nacional del Investigadores en el CONACYT. Son los propios académicos quienes han manifestado su descontento, pues, el organismo les ha ido retirando los recursos para la investigación a ellos, pero se lo han brindado a quien no aparece en el Scopus con ninguna publicación, ya no digamos de citas. Usted tiene, como siempre, la mejor opinión.

2.- Nuevamente se inundó la obra estelar de este gobierno “Dos Bocas”, quienes a pesar de estar advertidos de que sucedería, le han canalizado los recursos que le han ido quitando a otros sectores como el de salud.

3.- La FGR solicitó a un juez federal una orden de aprehensión contra el que fuera el más cercano colaborador del ex presidente Peña. Siguiendo la pauta de esta obra dramática, pronto estaremos conociendo un segundo capítulo de los video escándalos de corrupción que han pegado directamente al presidente.