“Rector Torres Ortiz sobre liderazgo”

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PARACAÍDAS

Por: Rogelio Guedea.
La semana pasada el rector Christian Torres Ortiz dio una charla sobre liderazgo a más de 700 estudiantes congregados como parte de las actividades de la “Escuela de Cuadros” de la FEC. Al rector le correspondió dar la conferencia inaugural y decidió hacerlo con una ponencia que, leída no sólo como una ventana hacia los otros sino también como un espejo para sí mismo, podría también arrojarnos las claves de cómo ejerce su propio liderazgo rectoral. Creo que en ello radica la importancia de que se hagan algunas reflexiones al respecto. Para empezar, no debemos olvidar que el rector es un académico y funcionario universitario de sólida trayectoria además de un especialista en su ámbito profesional (la administración pública y la educación), ámbitos para los cuales cuenta con una maestría y un doctorado, respectivamente. Asimismo, también ha tenido una experiencia importante en otros áreas afines, como las de la comunicación y la propia gestión, pues basta recordar que fue coordinador de comunicación social una buena parte de la gestión rectoral de Miguel Ángel Aguayo. Los estudiantes que tuvieron la posibilidad de escuchar su conferencia no podían, por tanto, pasar indiferentes a los diez puntos que trató con ellos sobre cómo ser un buen líder y de qué forma ponerlo ello en práctica, no sin dejarnos de advertir, como dije, qué es lo que él mismo hace para cumplir con efectividad su función como rector. Así, pues, desglosó su decálogo, consistente en los siguientes puntos: 1) capacidad para resolver conflictos, 2) tener la iniciativa del liderazgo, 3) ser disciplinado, 4) tener una comunicación eficaz, 5) dominar una segunda lengua, 6) contar con un conocimiento (por lo menos básico) de las tecnologías de la información y comunicación, 7) ser proclive a la creatividad, 8) buscar siempre la capacitación continua, 9) poseer una conciencia global, y 10) buscar el bienestar personal. Los diferentes decálogos del liderazgo son flexibles y, aunque muchos tienen puntos en común, cada cual se adapta a la persona que lo está ejerciendo, por eso llama la atención que en este decálogo propuesto por el rector Torres Ortiz a los estudiantes haya componentes que me parecen fundamentales. Por ejemplo, y sin el afán de glosar cada uno sino más bien de destacar lo que me parece más sobresaliente, me ha parecido interesante que el rector, cuando se ha referido a la comunicación efectiva, haya recomendado leer, leer de todo siempre que aquello esté bien escrito. Yo creo que el hábito de la lectura es crucial incluso para alcanzar los niveles de sensibilidad y conciencia necesarios para la buena convivencia de cualquier sociedad, de ahí que me haya parecido pertinente que el rector lo haya enfatizado de esta manera.
Leer fomenta, además, el pensamiento crítico, tan necesario para nuestros tiempos modernos, todavía llenos de fanatismos. El rector incluyó también un aspecto que me parece clave en el ámbito de las relaciones humanas: el bienestar personal. Tenemos que estar bien con nosotros mismos para poder proyectar eso o proyectarnos de esa manera en los demás. No ser felices se nota, como también se nota cuando lo somos. Vivir con plenitud nos facilita la tarea de interactuar con los otros, y más si entre ellos cumplimos una función de liderazgo. En esta búsqueda por el bienestar personal (por la salud física y mental), el rector recomendó hacer ejercicio y un descanso del celular, por lo menos, dijo, unos cuarenta minutos antes de dormir. La sugerencia implícita de llevar una vida sana como una condición sine qua non para ejercer un buen liderazgo me parece un filón importante si tomamos en cuenta que el propio rector es un amante del ejercicio y de la lectura y por tanto no es extraño que en su decálogo se enfaticen estos aspectos. Yo también los habría incluido en mi propio decálogo, pues el ejercicio y la lectura son también actividades que forman parte de mi agenda cotidiana. Por último, hay algo que comparto también de manera muy particular de su decálogo, y es el punto relacionado con tener una conciencia global y con, por otro lado, estar predispuesto a la creatividad. Yo particularmente creo que la conciencia global nos permite ser más tolerantes y  consecuentes hacia nuevas formas de ver nuestra realidad y la creatividad nos ayuda a encontrar soluciones a problemáticas donde no creíamos que las hubiera. El rector Torres Ortiz ha hecho muy bien, pues, en compartir las claves de lo que debe ser un verdadero liderazgo y con ello ha demostrado que ha estado atento a que el suyo propio tenga bases sólidas que le permitan, como dije, ejercerlo con eficacia ahora que tiene la mayor de las responsabilidades de nuestra máxima casa de estudios. Espero que los estudiantes que asistieron a su conferencia inaugural se hayan dado cuenta de la importancia que este decálogo podría tener en sus propias vidas de llevarlo a cabo. Y con respeto al rector, no permitamos por ningún motivo que deje de leer y de correr.