PUNTO SOCIOLÓGICO

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EL EJECUTÓMETRO

Por: Daniel Miranda Medrano*

Apenas señalaba en una colaboración anterior que como resultado de la descomposición social que se  heredó de las dos últimas  administraciones  estatales, la zozobra, la incredulidad, el espasmo y el temor aparecieron como espectros siniestros en la vida de los que aquí habitamos.

No salimos del asombro de algún hecho de sangre u otro tipo de  delincuencia (hace 10 años impensables) cuando de nueva cuenta nos enteramos de otro igual de grave. Así ocurrió con  el homicidio del ex delegado de la SEDATU ( q.e.p.d.)  que nuevamente conmocionó a los colimenses, y ocasiona  de forma alarmante, que se esté  perdiendo la capacidad de asombro ante estos hechos inéditos.

Muchos de los interesados en estos temas ya han hecho la debida y formal propuesta de que las autoridades instrumenten un “ejecutómetro” ante los pocos resultados vistos en la materia y  para medir los niveles de homicidios que se registran día a día principalmente en Colima, Manzanillo y Tecomán.

Es obvio y entendible que en los  escasos días que lleva esta administración, no pueda desaparecerse este tumor de forma mágica. Se sabe que no existen milagros ni medidas maravillosas ante tan complejo y enraizado problema, pero la gente con el paso de los día pierde la confianza en las instituciones que se supone deben de resguardar la seguridad de todos. Es cierto que el problema es heredado pero también es correcto afirmar que el actual gobierno es el que debe solucionarlo.

Así, aquí hay dos cosas que se contraponen y caminan por senderos opuestos, una la complejidad de la solución que no se ve y otra el paso del tiempo que exige resultados;  la instrumentación de estrategias correctas y eficaces y la credibilidad y paciencia ciudadana. Ya el procurador se impuso un plazo para seguir o dejar el cargo, lo que suceda afectara o beneficiará a toda la administración en su conjunto.

En las redes sociales la gente ya dio su veredicto sobre la situación actual con memes y publicaciones de humor negro. Tal vez instrumentar un “ejecutómetro” sería una opción momentánea en lo que se solucionan las cosas, solo para ir llevando la cuenta de cuantos cadáveres van apareciendo por esta tierra

Otra medida a implementar  es la que también señale anteriormente y que pueden dar a conocer las autoridades municipales: “Se prohíbe asesinar en horas hábiles”; “Prohibido tirar cadáveres, la persona que sea sorprendida será consignada a las autoridades”.

*Twitter: @jdanie17