PROTEGER A LA NIÑEZ (Indira: El interés sobre niños y jóvenes no es de dientes para afuera)

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TAREA PÚBLICA

Por: Carlos Orozco Galeana. 

En lo que es una parte de la política social del régimen de la 4T en Colima, en el marco de una Comisión interinstitucional para la prevención del trabajo infantil y la protección de adolescentes en edad permitida para el Estado de Colima, se fortalecieron propósitos en el sentido de proteger a niños y jóvenes en su salud mental, física y moral evitando toda forma de explotación “y demás afectaciones”.

La explotación de menores que trabajan en nuestro país bajo condiciones de injusticia absoluta es una muestra del deterioro del sistema económico que sigue provocando desigualdad e injusticia. Miles de patrones adinerados son los beneficiarios de su esfuerzo pues no les pagan lo justo ni los protegen en ninguna institución de seguridad social. En el campo, la industria y en empresas de la más diversa índole, hay niños y niñas que sufren la realidad; muchos no tienen padre o madre, y miles más deambulan por las ciudades en los cruceros de avenidas luchando por el pan de cada día.

Y entonces, tenemos por víctimas del sistema político a niños y niñas que en su temprana edad cargan con responsabilidades que no les tocan; ellos están para estudiar y gozar de su condición sin cargas que los aten psíquicamente.   Ellos no son padres de familia y, por tanto, no deben tener las obligaciones de los adultos.

El trabajo infantil en México está lejos de ser erradicado. Cada 30 de abril se celebra el Día del Niño para reafirmar los derechos de los niños y crear una infancia feliz para su desarrollo pleno e integral, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), pero en el país hay 3.2 millones de menores de edad que trabajan, según estimó el Inegi.

Desde luego que la Ley Federal del Trabajo (LFT) prohíbe el trabajo de menores de 15 años pero permite el trabajo de los adolescentes de 15 a 17 años que hayan terminado su educación básica obligatoria. Sin embargo, esta misma ley prohíbe el trabajo de los menores de 18 años en actividades que pongan en riesgo su desarrollo y salud tanto física como mental.

“El trabajo infantil no permitido en México comprende tres tipos de trabajo: el que involucra a niños menores de 14 años, el que realizan personas de 15 a 17 años pero es peligroso (construcción, minas, agropecuario, bares, cantinas), pero la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reseñó las cuatro peores formas de trabajo infantil: trata de niños, prostitución y pornografía infantil, actividades ilícitas como el tráfico de estupefacientes y el trabajo que probablemente dañe la salud, la seguridad o la moralidad de los niños.

Es en este contexto crítico cuando aparece, pues, una Comisión más dentro del aparato gubernamental de Colima, las que se han multiplicado los últimos meses pensándose quizás que las cosas se compondrán en los distintos ambientes tan solo formalizar membretes burocráticos. Hay un dicho en el gobierno muy sabido: ¿Quieres darle largas a un asunto para que no se resuelva? ¡ Crea una comisión! Pero bueno, peor es no hacer nada, peor es cruzarse de brazos.

Indira Vizcaíno sabe que el reto que tiene como gobernante es formidable y que la falta de recursos suficientes retarda soluciones definitivas a los problemas, lo cual se nota en algunas gráficas que suben a redes sus asistentes en comunicación, que poco le ayudan por cierto al publicar imágenes donde hay puros rostros de preocupación por el no poder. En ese espectáculo macabro, han crecido los enanos, digo esto para puntualizar que han pasado cosas indescriptibles a su gobierno como el gran adeudo heredado, la violencia indescriptible, los problemas de salud y su transición que tardarán en corregirse o no se corregirán en su sexenio porque son de alto calado, por citar solo algunas.

Esos ambientes complejos que detallo son para mantener al gobierno ocupado hasta el fin de sexenio, pero falta otra variable que atender: el crecimiento económico. Ya Osmin Ruiz, vicepresidente de Canacintra, dijo a El Noticiero, que falta dirigir gasto público a obras de infraestructura básica y no solo atender los programas sociales, que son benéficos pero que no bastan para generar desarrollo y riqueza. Se requiere, dijo, reactivar la economía con un mayor gasto en inversión productiva. “No se ven grandes proyectos ni otra direccionalidad al gasto público”.

En esta trama de dificultades, no debe perderse de vista la necesidad de impulsar el empleo a través de la inversión. Colima está a expensas, como todas las entidades, de la benevolencia o indiferencia del centro del poder que se queda con la tajada del león para repartir el pastel presupuestal en base al estado de ánimo de los presidentes de turno. Seguro estoy que si Amlo anduviera en campaña ahora buscando la presidencia, no cejaría en denunciar todos los días la fórmula injusta de reparto de los ingresos del gobierno que prevalece y que generan los mexicanos con el pago de sus impuestos.

Por último, vale añadir que los trastornos del sistema económico, con su carga de inequidad, generan precisamente que muchos mexicanos, entre ellos niñas y niños, tengan que vivir en agobio permanente al lado de sus familias y participando de alguna manera haciendo trabajos que no corresponden a su edad. Ojalá y la multicitada Comisión, luego de sus trabajos, con el tiempo, informe que en algo se ha avanzado.