Este es el negocio de Edgar Messina, empresario dedicado a la producción de humus, quien trabaja actualmente con cerca de 30 toneladas de lombriz, una cantidad que llenaría un contendedor de alrededor de 30 pies.
“El humus de lombriz es un mejorador de suelos, es un facilitador de nutrientes para las plantas, suelos muy mineralizados por tantos químicos, suelos pobres, suelos con demasiada arena o demasiado compactados, barros”, cuenta Messina, director general de Fertihumus.
Este negocio, asentado en Comala, Colima, comenzó en 2003, cuando Messina, quien se dedica también a los bienes raíces, encontró un lote de lombrices, elaboró el producto y hoy lo exporta a un precio competitivo.
“Empecé a investigar el negocio, empecé a ofrecerlo, y vi que realmente estaba interesante (…), después de los estudios de mercado que hicimos, necesidades y todo, estamos manejando lo que es el humus sólido, en costales, y humus líquido, extractos”, dice.
La producción del fertilizante comienza con la compostación de estiércol de ganado vacuno y desechos vegetales para alimentar a las lombrices, el cual será recompostado durante varios meses, y una vez listo, se extraen los animales de la mezcla, se ventila, se empaca y sale al mercado.
Fertihumus cuenta con una certificación para garantizar que los productos son adecuados para producción orgánica.
Además del fertilizante, vende también las lombrices, para que otros productores creen su propio sistema de compostaje.