Democracia deliberativa
Por: Ángel Durán
Estamos a punto de que inicien las campañas electorales; estos son momentos cruciales para fortalecer nuestro sistema de democracia, como sociedad, necesitamos participar a conciencia y elevar el mal porcentaje de 3.3% de cultura política que tenemos; el nivel más bajo que dentro del sistema de democracia se califica.
Uno de los factores negativos que se da, cuando la sociedad no se inmiscuye en un proceso electoral de manera consciente y con la responsabilidad cívica es no informarse, no acceder a los datos que cada partido político y sus candidatos o candidatas, sobre el contenido de las campañas que hacen, pues éstas no permean en una buena información para decidir el voto libre.
Por eso es que, un deber que como ciudadano o ciudadana tenemos frente a este reto en las próximas elecciones, es analizar muy bien, por qué oferta política debo de votar.
El deber de votar tiene dos aristas importantes, la primera nos da para pensar que somos libres, nadie puede incidir para que se vote en favor o en contra de algún partido, esa libertad se tiene y está garantizada, lo que hace falta es, que, debo participar en los procesos electorales activamente, obtener la mayor información de todos los contendientes, a fin de poder hacer comparaciones y sacar conclusiones en lo individual y que te ayuden a decidir tu voto.
En segundo lugar, también es importante analizar, que el voto y la preferencia política de voto libre que tenemos, tiene que ser analizado bajo un sentido de eficiencia para proteger derechos colectivos; cómo tener mayor seguridad, educación, justicia, economía, trabajo, salud; entre otros; y que partido político, candidato o candidata que lo garantice y analizar a través de un análisis a conciencia, cómo se podría lograr. De ahí que sea importante que estamos en momentos cruciales para ejercer este derecho.
¿Hasta ahí termina la obligación de la ciudadanía? No, la sociedad debe seguir observando a quienes obtuvieron el triunfo y exigir que se cumpla con sus promesas, no nos quita tanto tiempo estar permanentemente observando y exigiendo los derechos que tenemos. Más se pierde si la sociedad no participa.
Así es que, todos y todas debemos estar preparándonos para participar en este proceso electoral de la mejor manera, no dejarse incidir por nadie y que la decisión se tome a conciencia.
Tenemos la oportunidad de elegir en este proceso a 21,368 funcionarios públicos, 3,528 representantes populares (del portal el Economista); habrá concurrencia electoral local y federal.
Estarán en juego 15 gubernaturas, 500 diputados federales (siendo la primera vez que podrán reelegirse los integrantes de la legislatura actual, de acuerdo a la reforma del 2014), 1,063 diputados de 30 congresos locales, 1,926 alcaldes de 30 entidades. Imagínese usted a todos estos servidores públicos que regirán la vida de nuestro país en los próximos tres y seis años, casi 95 millones de electores, de ese tamaño es nuestra responsabilidad; responsabilidad que no significa nada más votar, si no ejercer nuestro derecho con responsabilidad, a conciencia y con todo el ánimo de elegir a los mejores y a las mejores candidatos que nos representarán para proteger nuestros derechos individuales y también colectivos; por eso hay que estar atentos y prepararnos para escuchar las propuestas de ellos, pedirles detalles, como los lograrían, exigir información, ver si son viables o no; la preparación es importante para poder, incluso, proponerles a ellos y ellas algunos otras temas y soluciones de importancia.