Polarización política

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Por: Ángel Durán 

Como ciudadanía responsable hay varias cosas que tenemos que repensar, ya ve usted, que este concepto que tenemos en la Constitución señala que se es ciudadano por el solo hecho de cumplir 18 años y tener un modo honesto de vivir, pero también como tal, tenemos que cumplir deberes muy importantes y para que este atributo de la personalidad, pueda servir para el buen desarrollo y armonía social, entre otras cosas, participar activa en la política del Estado y así poder generar condiciones de equilibrio social.

Sin embargo, según estadísticas de organismos internacionales, la participación de la sociedad -y esto es en todo el mundo-, se ha tornado muy poco cooperativa y por eso el nivel de democracia ha estado bajando en todos los continentes y más en América Latina, por no decirlo que peor todavía en México.

Uno de los temas en los que más debemos de trabajar para fomentar la democracia es, trabajar arduamente sobre una cultura política de calidad y bajar los altos índices de polarización democrática, pues en los últimos 10 años, subimos a niveles impensables, ya que estamos en el 3.4 por ciento en una escala del cero al 4.0, prácticamente en el nivel más alto.

Y es que, resulta lógico que si la sociedad en general y la ciudadanía en particular, no tenemos por cultura una participación activa en democracia, el desarrollo de la política como equilibrio social, se ha abandonado y se ha dejado en manos del sector político y por eso es que en 2021, en el mundo teníamos 89 democracias (gobierna para todos) y 90 autocracias (gobierna para sí mismo) pero aquí la desventaja, en los países autocráticos son los más poblados, pues el 70% de la población o sea 5,400 millones de personas viven en autocracias cerradas, esto quiere decir que, solamente el 13% de la población mundial vive en democracias liberales y el 16% en democracias electorales, datos que vienen publicados en https://v-dem.net/media/publications/dr_2022.pdf

Ahora en el actual sistema de gobierno, se ha agudizado la polarización política, aunque esto no es nuevo en América Latina, pues en la mayoría de los países identificados con un pensamiento político de izquierda, hay una confrontación permanente con las corrientes políticas de derecha, sin embargo, esto abarca a todas y a las ideologías políticas, pero en la última década ha alcanzado también a afectar a la propia sociedad, cada vez más empezamos a observar una polarización entre el gobernante y la propia sociedad y peor aún, la polarización entre la misma sociedad, defendiendo o acusando a los liderazgos que los gobiernan o a la oposición del propio gobierno.

La polarización social no es buena, pues causa un efecto de desánimo y de apatía por el trabajo colectivo de interés social, y por supuesto de la calidad de la democracia baja y esto afecta enormemente a todos los sectores de la sociedad y aleje cada vez más, los objetivos principales de la democracia.

Por eso se debe trabajar en evitar al máximo la polinización política, tanto del sector de representantes políticos como de éstos con la sociedad y todavía más, hay que cuidar que la sociedad no se confronte.

¿Cómo hacerlo? Lo recomendable sería que los representantes populares elevarán su nivel de debate en sus funciones de representación, que éste se ciñera al quehacer del interés público, fomentar la discusión entre partidos políticos para lograr sus fines y por otra parte fomentar el debate público de las ideas que beneficien a la colectividad, no confrontar a la sociedad, salvo que se trate de ideas de opinión para aumentar el nivel de cultura política, aunque no es fácil debatir los temas públicos entre la propia sociedad, si lo es, cuando se hace como estrategia y se va acompañando de políticas de gobierno bien instrumentadas para que el debate social se convierta en una democracia participativa y deliberativa, esto es que la sociedad a través de los debates públicos y buenas ideas, se hagan para mejorar a la democracia.

 

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