Paradigmas

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    Soy la encargada de la oficina para atención ciudadana, aunque no hay mucho quehacer laboramos siete personas.

    El edificio gubernamental está construido en las afueras de la ciudad, aún se ven arbustos alrededor y algunos animales, que les invadieron su hábitat original.

    A mi llegada ya se encontraba presente el personal a mi cargo, disfrutando una sabrosa torta y reconfortante café, haciendo uso de los escritorios a falta de comedor.

    Fue hasta las diez horas se presentó un ciudadano en silla de ruedas, para informarse si ya habían autorizado la ayuda económica prometida, por lo que me dirigí al cajón donde están los expedientes, al abrirlo, casi me desmayo por la sorpresa, adentro se encontraba un reptil de la familia de los ofidios, durmiendo sobre su cuerpo en perfecto espiral, rápidamente cierro el archivero y con el rostro desencajado por la sorpresa, balbuceando, informo a mis compañeras el problema. Rápidamente cerramos la oficina dejando al bicho dentro del archivero y ya un poco más calmada, me dirijo a la oficina de Recursos Humanos para informar el desagradable suceso y la forma de deshacernos del animal.

    El director de R.H. se encontraba en una importante reunión, y no se le podía interrumpir, afortunadamente no acuden muchas personas a esta oficina y no es muy notorio que permanezca cerrada. La alarma magnificada cundió rápidamente por todas las oficinas y todos los empleados acudieron para informarse del extraño suceso.

    Fue hasta las catorce horas que el director de R.H. salió apresuradamente, por lo cual se le dio breve información, y  nos ordenó que suspendiéramos las labores por ese día, limitándose a ordenar que se acordonara la oficina, pues tenía otra reunión muy importante fuera de la ciudad.

    Al siguiente día martes 15 el director de R.H. no se presentó a trabajar por lo que me dirigí a la oficina de mantenimiento, pero me informó la secretaria, que su jefe se encontraba ausente, lo llama a su celular y una vez localizado el Lic. Bermúdez jefe de la oficina dijo que no era competencia de él, esto era un asunto de Recursos Humanos. Este día también permaneció cerrada la oficina.

    El miércoles diez y seis, el director de R.H. autoriza al jefe de mantenimiento, para que sacara al reptil de la oficina y reanudaran las labores de atención ciudadana; éste le ordena a un subalterno que acuda a la oficina y retire a la multicitada culebra. Esta persona explica que no puede sacrificar el animal porque existe un reglamento de la Secretaría de Ecología en el cual se prohíbe sacrificar reptiles, ya que determinada especie están en peligro de extinción, y que era necesario solicitar autorización. El director de Ecología no fue a la oficina porque disfrutaba de un merecido descanso por ser su cumpleaños, por lo que continuó cerrada la oficina otro día más.

    Al día siguiente jueves diez y siete, habiendo localizado al Director de Ecología, este preguntó qué especie de reptil era al cual querían sacrificar; ¿cascabel? ¿coralillo? ¿boa? Etc. Nadie supimos contestar dichas preguntas, por lo que se pidió ayuda a un intendente; desafortunadamente esta persona no se encontraba en horario de su trabajo, y sólo hacía suplencias sobre contrato, aclaró que colaboraría con mucho gusto, pero como no tenía Seguro Social, si el animal era venenoso no podía arriesgar su vida.

    Al día siguiente viernes diez y ocho, otro empleado debidamente protegido, fue a averiguar la especie del reptil, al abrir el cajón del archivo, éste instintivamente se puso en actitud de atacar,  el empleado salió de la oficina despavorido, quedando el ofidio libremente en toda la oficina. Varios directores de distintas oficinas dialogaron sobre el problema y se llegó a la conclusión que era necesario solicitar los servicios de un zoólogo especialista en esta clase de animales, para determinar la especie y poder informar a Ecología, con el fin de sacrificarlo, o donarlo a un zoológico, si estaba en peligro de extinción. Se contrató un especialista de la Capital de República; el cual fue contratado por $50,000 – mas viáticos y gastos de traslado. Quedando formalmente de acudir el lunes veintiuno, pues para estas fechas ya era viernes diez y ocho.

    Todos los sábados y domingos en el edificio se revisan chapas, baños, sistema de aire acondicionado, etc. por personas que son contratadas para este servicio.

    Una de estas personas, sin tener conocimiento del problema aún cuando estaba acordonada la oficina, decide hacer la semanal revisión; al entrar a la oficina, la primera imagen que perciben sus ojos, es la de una pavorosa culebra, plácidamente dormida en medio de la oficina; cierra la puerta sin hacer el menor ruido, se dirige al almacén y se apodera de un filoso machete, entra sigilosamente, y sorpresivamente da tremendo golpe al reptil haciendo saltar la cabeza del mismo, observando como el resto del cuerpo se estremece convulsivamente; para a los pocos minutos yacer inerte, sin vida.

    El empleado recoge el animal, sus compañeros le preguntan, que si es venenoso, contesta que sólo es una inofensiva ratonera, que abundan muchas de ellas en esta región.

    El lunes 21 de mayo hace acto de presencia el zoólogo, entra a la oficina debidamente protegido sin encontrar al multimencionado reptil; en ese momento, entra el jefe de mantenimiento, trae el informe del sábado, en donde se entera, que el problema ya había sido solucionado. El zoólogo cobra sus honorarios, y el personal de la oficina, se reintegra a su trabajo, después de haber gozado un descanso de una semana, gracias a la bien organizada burocracia.

    COMENTARIOS

    Paradigmas*

    Con esta historia nos damos cuenta cómo la burocracia, es el principal obstáculo para que una empresa, institución, iglesia etc. vea llegar el éxito deseado. El origen de la burocracia radica en los paradigmas, los cuales obstaculizan el progreso.

    Estos paradigmas existen en nuestra vida. Son normas, leyes, o reglamentos, que se han hecho verdades, que regulan nuestras actitudes, pero “rompiéndolos” haciendo cambios “imposibles” abren brecha para una nueva civilización.

    *Definición

    Un paradigma es un conjunto de reglas y disposiciones (escritas o no) que hace dos cosas:

    1. Establece o define límites.
    2. Indica cómo comportarse dentro de los límites para tener éxito.