PARACAÍDAS

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Sin Ley: ¡No pasarán!

Por: Rogelio Guedea

No se puede pedir que se solucione una supuesta arbitrariedad con otra arbitrariedad, porque aquellos que se dicen víctimas de ello (como en el caso de Leonardo Gutiérrez, líder depuesto del SUTUC) lo único que nos confirman es que la arbitrariedad (y no la ley) es su comparsa. Por eso, el gobierno del Estado y la propia Universidad de Colima enviarían un lamentable mensaje a la sociedad colimense y a la comunidad universitaria si aceptan lo que los huelguistas (aconsejados por sus voceros, asesores y forasteros) están exigiendo: que es la reinstalación arbitraria de Leonardo Gutiérrez Chávez al frente del SUTUC. La destitución de Leonardo Gutiérrez no fue arbitraria sino legal, y ahí están los documentos emitidos por los correspondientes órganos laborales y de justicia, de forma que, en el supuesto de que haya una reinstalación de su liderazgo, ésta tendría que ser por la vía legal, pues solamente por esta vía, como lo escribió Santo Tomás de Aquino en su Tratado de la ley, estaremos seguros que se atenderá al bien común y no al particular, que es la razón de toda justicia. Lo dijo así De Aquino: “ el bien común conforme a la virtud debe ser preferido al bien privado”.  He dejado a un lado el asunto relacionado con el Fondo Social de Apoyo al Pensionado (FOSAP) porque, como ha sido ya publicado en los medios de comunicación, e incluso desvelado por los forasteros que vinieron a apoyar al líder depuesto, el asunto del FOSAP no interesa a los huelguistas sino la reinstalación de Gutiérrez Chávez, que es lo que he afirmado desde el primero de mis análisis. Su reinstalación porque, como ya lo vimos ahora con la venida de López Obrador a Colima, beneficiará a Morena para las elecciones de 2015, de ahí que el general Gallardo, hoy candidato oficial de Morena a la gubernatura, haya respaldado días atrás a los huelguistas, pues ya sabía de estos pactos. También he dejado ya a un lado el tema de la falsedad de la huelga de hambre, porque ésta ya es por demás evidente. La pregunta que debe hacerse ahora a este respecto es: ¿si Leonardo Gutiérrez ha sido deshonesto en algo que está a la luz pública, cómo no dudar de lo que ha hecho en lo privado? ¿Cómo podríamos, por consiguiente, creer que las cuentas del FOSAP que nos enseña o que le enseñó a los forasteros que vinieron a apoyarlo no esconden mentira? Tal vez por eso el liderazgo de Gutiérrez Chávez no sea más que esta triste paradoja: no lo sigue ninguno de los universitarios por los que supuestamente está exponiendo su vida, y la prueba más clara es que tuvieron que venir personas ajenas a nuestro Estado (que no sienten ningún amor ni por nuestra casa de estudios, ni por la sociedad colimense) para apoyar sus cada vez más dudosos reclamos. ¿No es esto una incongruencia? Dicho lo anterior, nos queda por resolver el motivo real de todo esta falsa huelga y de estos falsos huelguistas: que es la exigencia  de que Leonardo Gutiérrez sea reinstalado de forma arbitraria como líder del SUTUC. Como dije al principio, y como lo he afirmado en todos mis análisis, los únicos órganos que estarían en disposición de darle una solución a tales reclamos son las instituciones de justicia y laborales destinadas a ello. Y nadie más. Hacerlo de otra forma es sentar un precedente inadecuado, y entonces sí el gobierno del Estado y la Universidad de Colima serían justamente acusados de arbitrariedad, lo que iría en contra de su propia razón de ser: que es preservar el orden y bienestar social. La arbitrariedad que promueven los falsos huelguistas de hambre como solución al conflicto iría en perjuicio del bien común y de la correcta gobernabilidad, así que: ¡No pasarán!