Oro, mirra e incienso

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Por: Jonás Larios Deniz*

La llegada de los Reyes Magos a Belén a visitar al recién nacido niño Dios, es una historia cargada de simbolismos; cada uno de ellos era originario de distintas regiones del mundo. “En el siglo XIV, el monje benedictino Beda, doctor de la iglesia, describió a los Reyes Magos en un manuscrito: ‘Melchor, anciano de blancos cabellos y larga barba del mismo color; Gaspar, más joven y rubio; y Baltasar, un señor negro’. De esta manera, Beda los identificó como representantes de Europa, Asia y África” (http://www.guiainfantil.com/navidad/reyesmagos.htm). De acuerdo con el portal mexicodesconocido.com, cada uno de los reyes entregó un regalo al niño Jesús,  “incienso por ser Dios; oro por ser Rey; y mirra por ser hombre, tres elementos que tenían gran valor comercial en aquellos tiempos” (http://www.mexicodesconocido.com.mx/11-datos-curiosos-sobre-los-tres-reyes-magos.html). Melchor llevó oro, Gaspar mirra y Baltasar incienso. En la actualidad, la venida de los Reyes Magos es una tradición que cobra importancia por varias razones: a) es una importante fecha comercial para la venta de juguetes y muchos otros artículos que se entregan como regalos a las niñas y niños con motivo de la Navidad, b) es el festejo en torno a la rosca en la que se esconde al niño Jesús, para salvarlo de la muerte, ordenada por Herodes, y c) es un práctica religiosa cada vez más sólida que se incorpora como práctica cultural en la vida moderna, puesto que no se lleva a cabo en las iglesias, sino en los hogares, lugares públicos y centros de trabajo. La revisión de los datos antes señalados me invitan a la reflexión sobre cuáles serían los tres elementos que tendrían mayor valor comercial en nuestros días y que constituirían el mejor regalo posible para entregar a un dios o una diosa. ¿Qué daría Usted a un dios o diosa si fuese rey o reina Maga? ¿Qué le gustaría recibir si fuese dios o diosa? Las preguntas son pertinentes si se realiza un análisis en torno a lo que consideramos valioso, esto dependerá en mucho de quiénes somos, qué hacemos, y lo que anhelamos para nosotros y para el resto de la humanidad. El resultado de tal reflexión es lo que nos llevará a querer lo mejor para nosotros y para lo demás y trabajar por ello. Yo soy profesor y me gustaría dar a mis estudiantes cuatro regalos: 1. habilidad para leer, 2. habilidad para escribir, 3. habilidad para hablar y 4. habilidad para pensar; ahora bien, como profesor deseo recibir tres regalos: 1. salario digno, 2. agradecimiento genuino de la sociedad para mi trabajo y 3. una inversión histórica en la educación de las y los mexicanos. Desde su profesión u oficio ¿qué daría Usted y qué le gustaría recibir?

 

* Profesor-investigador de la Universidad de Colima