Nuestra Madre Tierra (Marte, reconozcamos, nos queda muy lejos)

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TAREA PÚBLICA

Por: Carlos Orozco Galeana

Ese es el título del nuevo libro del Papa Francisco que contiene una recopilación de los discursos, mensajes y homilías en los que  se ha pronunciado en defensa del medio ambiente y ha instado a la promoción de una vida digna para cada ser humano. Contiene además un texto inédito del Pontífice en el que solicita pedir perdón por el daño causado a nuestro planeta.

El libro se publicó el pasado 24 de octubre por la editorial del Vaticano, pero   ya se ha adelantado una parte del texto inédito de Francisco en el que afirma que sin un verdadero arrepentimiento del ser humano sobre su estilo de vida no servirá para nada la lucha contra la protección del medioambiente.

“Sueño sinceramente con un crecimiento en la conciencia y un verdadero arrepentimiento por parte de todos nosotros, hombres y mujeres del siglo XXI, creyentes y no, por parte de nuestras sociedades, por dejarnos llevar por lógicas que dividen, crean hambre, aíslan y condenan. Sería bonito poder pedir perdón a los pobres, a los excluidos; entonces podríamos arrepentirnos sinceramente incluso del mal hecho a la tierra, el mar, el aire, los animales…”.

El Pontífice también escribe en su libro que pedir y dar perdón “son acciones que sólo son posibles en el Espíritu Santo, porque Él es el artífice de la comunión que abre los cierres de los individuos; y se necesita mucho amor para dejar de lado el propio orgullo, darse cuenta de que estabas equivocado y para tener la esperanza de que son realmente posibles nuevos caminos”.

Es por ello que para el Papa, el arrepentimiento “es una gracia para ser humildemente implorada al Señor Jesucristo, para que en la historia, nuestra generación sea recordada no por sus errores, sino por la humildad y la sabiduría de haber podido revertir la ruta”. Todo está conectado “en la bondad y en el amor” y precisamente por esta razón “cada falta de amor tiene repercusiones en todo”.

La crisis ecológica que estamos experimentando es, por lo tanto, uno de los efectos de esta mirada enferma sobre nosotros, sobre los otros, en el mundo, con el paso del tiempo, una mirada enferma que no nos hace percibir todo como un regalo ofrecido por descubrirnos amados escribe el Papa y puntualiza cómo ahora se sabe que la contaminación, el cambio climático, la desertificación, la migración ambiental, el consumo insostenible de los recursos del planeta, la acidificación de los océanos, la reducción de la biodiversidad, “son aspectos inseparables de la inequidad social”.

Pero también se pronuncia sobre la creciente concentración de poder y riqueza en manos de muy pocos y de las llamadas sociedades del bienestar, de los alocados gastos militares, de la cultura del descarte y de una falta de consideración del mundo desde el punto de vista de las periferias, de la falta de protección de niños y menores, de los ancianos vulnerables, de los niños no nacidos.

Las sociedades no están evolucionando hacia una toma de conciencia que nos anticipe a la destrucción paulatina de nuestro medio ambiente y ataje los peligros que suceden todos los días. Están  perplejas pero solo actúan organizaciones civiles a las que los gobiernos de las naciones les hacen el feo de manera pública. Hasta el mismo Donald Trump, hombre esencialmente lépero y que fue echado del poder, se burló en una ocasión de una jovencita que lucha contra la contaminación planetaria.

No peco de catastrofista si añado que nuestro mundo se va minando poco a poco en sus condiciones favorables para la vida humana. Los países que deben ser más responsables por sus capacidades para generar gases tóxicos dada su creciente e ininterrumpida industrialización,  no están dedicando  recursos suficientes  para al menos paliar el daño que hacen a la atmósfera. 

La confianza del Papa es enorme en cuanto a que el hombre reaccione, se arrepienta y cuide lo que Dios nos dio: la creación misma, a la que hemos de llevar a su plenitud si queremos realmente ser reconocidos como hijos suyos.

Que ese nuevo libro del Papa  haga reaccionar positivamente a los pueblos que  actúan con timidez o son indiferentes en los temas ambientales. Tenemos que cuidar nuestro planeta, ya que Marte o cualquier otro donde sea posible la vida humana, se encuentran muy lejos de nosotros.