“No al racismo: No a Trump”; manifiestan ingleses por posible visita del presidente de EU

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COLIMANOTICIAS

Londres.- El pasado 30 de enero se llevó a cabo una protesta fuera de la residencia oficial de Downing Street, en Londres, debido a una invitación al presidente estadounidense Donald Trump para que realice una visita de Estado al Reino Unido. “No al racismo: No a Trump”, “Fuera odiado Trump”, y “Vergüenza a May”, fueron algunos de los eslóganes en pancartas.

De acuerdo con una nota publicada en el portal de Internet PROCESO, la manifestación callejera, en la que participaron miles de estudiantes, activistas, familias con niños pequeños y defensores de derechos humanos, se convocó en el marco de un petición firmada por más de dos millones de británicos, para reclamarle al gobierno conservador de Theresa May que cancele el planeado viaje de Estado de Trump a Gran Bretaña previsto para este año, tras el veto del mandatario norteamericano a refugiados sirios y a ciudadanos de siete países musulmanes.

El gran número de firmantes obligó ahora al Parlamento a debatir el asunto en la Cámara de los Comunes, donde los legisladores podrían poner presión al gobierno para tener que suspender la llegada del presidente, prevista para finales del año.

Los diputados británicos- divididos sobre el asunto con los conservadores a favor de la visita y los laboristas en contra- debatirán el tema en una sesión extraordinaria el próximo 20 de febrero.

La polémica comenzó cuando el pasado viernes 27 de enero, May invitó “informalmente” a Trump al Reino Unido “en una visita con todos los honores de Estado” luego de su reunión con el mandatario estadunidense en la Casa Blanca.

La invitación fue muy significativa en materia diplomática ya que May fue la primera líder mundial en reunirse con el mandatario estadounidense después de su asunción el 20 de enero último.

Sin embargo, la invitación a Londres, que verá a Trump hospedarse en el Palacio de Buckingham como invitado de honor de la Reina Isabel II de Inglaterra, pasar revista a la Guardia Real, como también disfrutar de una cena de gala en el castillo de Windsor, generó mucho descontento en el Reino Unido, luego de la decisión del presidente de prohibir el ingreso de ciudadanos de siete países islámicos a Estados Unidos.

Esa decisión ejecutiva suspendió por al menos 120 días el ingreso de refugiados sirios al país y prohibió por tres meses el ingreso de viajeros de los países islámicos Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen.

La medida generó protestas multitudinarias en muchas ciudades del mundo, incluidos los principales aeropuertos estadunidenses. Además, varias asociaciones norteamericanas de defensa de los derechos civiles y jueces presentaron recursos judiciales para frenar la decisión ejecutiva.

Uno de los primeros políticos británicos en expresar su malestar fue el jefe del opositor Partido Laborista, el veterano izquierdista Jeremy Corbyn, quien dijo que May “irá en contra de la población” en caso de no cancelar la visita de Estado.

Corbyn, que instó a toda la población a firmar el petitorio nacional, emitió un mensaje a través de su cuenta personal en Twitter, en el que le exigió a la Primera Ministra británica no sólo cancelar la visita de Trump, sino también condenar de forma enérgica las acciones del presidente estadounidense.

“Donald Trump no es bienvenido a Gran Bretaña mientras abusa de nuestros valores con un veto vergonzoso y ataca a refugiados y a las mujeres”, declaró el jefe de la oposición.

Durante la sesión semanal de preguntas y respuestas a la Primera Ministra el pasado 1 de febrero, Corbyn consideró que Trump “defiende métodos de tortura, incita al odio contra minorías étnicas y religiosas y ataca los derechos a las mujeres”.

“¿Qué más tiene que hacer el señor Trump para que Theresa May escuche a los dos millones de británicos que firmaron la petición para que se cancele su visita de Estado al Reino Unido?”, se preguntó el jefe laborista ante el vitoreo de su bancada.

Sin embargo, May reiteró de forma enérgica que no cancelará la invitación, y subrayó que la política de Exterior del Laborista “busca insultar al democráticamente elegido jefe de Estado de nuestro aliado más importante en el mundo”.
“Corbyn nunca sería capaz de proteger a los ciudadanos británicos afectados por la prohibición de ingreso a Estados Unidos, garantizar un acuerdo comercial o conseguir garantías (de Washington) para la OTAN. Él puede encabezar una protesta, pero yo lidero al país”, dijo desafiante la Primera Ministra “Tory”.

Durante el acalorado intercambio parlamentario, la fiscal general en la sombra, la laborista Shami Chakrabarti dijo que la posición del Gobierno británico “se parece a la política del apaciguamiento”, el nombre con el que históricamente se ha conocido la política conciliadora llevada a cabo por Neville Chamberlain como primer ministro del Reino Unido, antes de la Segunda Guerra Mundial.

En tanto que el jefe de los Liberales Democráticos, Tim Farron, apoyó la petición para que no venga Trump pues cree que una visita de Estado de Trump a Gran Bretaña “no debería considerarse hasta que él no levante el veto vergonzoso a los musulmanes”.

“De otro modo, Theresa May dejará a la Reina en una situación imposible, al tener que darle la bienvenida a un hombre que prohíbe a ciudadanos británicos el ingreso a su país simplemente por su religión”, sostuvo Farron.

Por su parte, el portavoz de Asuntos de Exterior del Partido Nacionalista Escocés (SNP), el exministro principal de Escocia Alex Salmond, afirmó que la visita de Estado de Trump “es una muy mala idea”.

Salmond se refirió además a los reportes de la prensa británica, que indicaron este fin de semana que Trump no tiene intención de reunirse con el príncipe Carlos durante su visita a Londres, debido a las amplias diferencias entre ambos sobre el tema del cambio climático. El heredero al trono británico es un gran activista medioambiental y hace campaña para frenar el calentamiento del planeta.

“Esa es una evidencia más de las enormes diferencias que existen con alguien que es impredecible, y que mantiene posiciones que para nosotros son inaceptables”, consideró el político escocés.

Para el alcalde de Londres, el musulmán Sadiq Khan, la visita de Trump al Reino Unido “no debería pasar mientras que el veto a musulmanes siga en pie”.

“Este veto es cruel, es vergonzoso, y mientras siga en pie no deberíamos sacar la alfombra roja para recibir al presidente Trump”, señaló el alcalde londinense.

La petición contra la visita de Trump fue ideada por el abogado inglés Graham Green, quien dijo que busca dejar en evidencia al mandatario estadunidense y sus impopulares medidas.

“Una visita de Estado da legitimidad a su presidencia y él utilizará esa oportunidad de sacarse fotos con la Reina para buscar ser reelegido en el poder”, dijo el jurista.

“Nuestro petitorio es bien claro. Trump debería viajar a Gran Bretaña pero sólo en una visita comercial para hacer negocios y establecer acuerdos bilaterales, y no en una visita de Estado por la cual sería recibido con toda la pompa y tradición reservada para ese tipo de viajes”, agregó.

Tras la polémica, un portavoz de Downing Street, la residencia oficial en Londres de la Primera Ministra, rechazó el pedido para cancelar la visita de Estado de Trump tras el veto a musulmanes, y subrayó que por ahora “sigue en pie”.

“Cancelar esa visita sería un gesto populista”, destacó el vocero, al agregar que la invitación “ya ha sido aceptada” y suspenderla “significaría deshacer todo lo logrado”.

“Estados Unidos es un aliado enormemente importante. Tenemos que pensar a largo plazo”, dijo el portavoz de May a la BBC.

Al respecto, la Reina Isabel II se negó a comentar sobre el asunto, mientras que sus cortesanos del Palacio de Buckingham rechazaron hacer cualquier mención al polémico viaje.