Por: Ángel Durán
La comunidad indígena asentada en Colima, está dispersa en más de 90 poblaciones dentro de los 10 municipios de nuestra entidad, por lo que, conforme a la ley, que protege sus derechos, debieran ser atendidos de mejor manera; es una obligación del Estado, pero también tenemos que ayudar como sociedad a que estas comunidades vivan con dignidad.
Lo anterior en razón de que en la Constitución Mexicana en su artículo 2 se reconoce que la composición pluricultural de nuestra sociedad tiene sus orígenes en los pueblos indígenas, lo cual se reconoce y protege por el solo hecho de que nuestros antecesores provienen de los habitantes que ya vivían en nuestro país muchos años antes de la conquista española, muchas razas que se extendieron a lo largo y ancho de lo que hoy es nuestro país y por eso en la constitución mexicana, protegida como fuente primordial de identidad a los pueblos indígenas.
Datos históricos, vestigios y una gran y vasta estructura social da cuenta de las comunidades indígenas que se asentaron en el territorio de lo que hoy es nuestro país, ellos dejaron vestigios, monumentos y una gran cantidad de cultura, donde no hay duda de que raza venimos y por ello nuestra carta magna da cuenta de estos antecedentes históricos y la conserva como una composición pluricultural que ya recuenta con el mestizaje colonizador que sufrimos a partir de la conquista española hasta la independencia de 1810, es lo que hoy surge nuestras generaciones, de ahí que, la carta magna mexicana, reconoce expresamente la importancia de resguardar constitucionalmente la memoria de nuestros ancestros.
Actualmente, en nuestro país, hay muchas comunidades indígenas y un gran porcentaje de la población pertenece a ella, (una quinta parte de la población de México se autoadscribe como indígenas) lo que a consecuencia de la protección constitucional que tiene que conservar y preservar su sistema de vida y la garantía de proteger su cosmovisión, es necesario proteger y garantizar su desarrollo económico, político, social y cultural, dado el alto grado de vulnerabilidad.
El Estado de Colima, es una de las entidades federativas, que le hace falta mucho trabajar en ello, debido a que no se han atendido las principales necesidades de estas comunidades y más aún, a los integrantes de este grupo, que se encuentran en calidad de migrantes, principalmente en las regiones costeras de Armería y Tecomán, y muy enfocados en el poblado de Cerro de Ortega, que colinda con Michoacán.
Las políticas de Estado, deben de empezar a visualizarse conforme a las necesidades de dichas comunidades indígenas, hay esfuerzos de otros estados que van muy avanzados en proteger sus derechos, hace falta garantizarles en esta entidad federativa los compromisos que la propia Constitución establece a cada entidad.
Las autoridades y operadores electorales estatales, tenemos que hacer lo mismo, para que los integrantes de estas comunidades participen activamente en las actividades estatales y federales y así de esta manera ir cerrando la brecha de desigualdad que existe entre este grupo vulnerable y el resto de la población.
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