MANUEL ÁLVAREZ

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Por José Díaz Madrigal

Entrando a Villa de Álvarez por el rumbo de San Francisco, se encuentra una gigantesca estatua encaramada en un pedestal casi del mismo tamaño. El enorme bulto se ve desde lejos, rodeado por una glorieta; delimitada con unos postes de concreto chaparros y gordos, entrelazados cada uno por una gruesa cadena. El monumento siempre ha sido punto de referencia para ubicar alguna calle cercana, o señalar que tan distante queda tal o cual barrio de los alrededores.

Desde hace muchos años la gente de Colima, simplemente lo conocíamos como el “Mono”. Era común escuchar decir entre la población: para llegar al barrio de La Frontera, le das de donde está el mono pa’delante caminando una cuadra larga, después das vuelta hacia arriba y por ahí empieza; o para encontrar el callejón de Los Puercos, del mono luego luego agarras a la derecha una cuadra corta, después doblas a la izquierda e inmediatamente otra vez a la derecha y esa es la calle.

Algunos villalvarences, sobre todo adultos, no les caía bien que lo llamáramos el mono. En tiempos de la secundaria, los compañeros que venían de La Villa, por dicha estatua  eran objeto de diversas ocurrencias; que ellos sabrosamente se defendían con agudeza e ingenio.

La figura tiene el dedo índice de la mano derecha apuntando hacia abajo, como indicando un límite.

Los de Colima comentaban a los de La Villa: lo que el mono quiere decir con el dedo, es que “aquí empieza el territorio de los villanos”, a lo que los de La Villa contestaban no, lo que el mono dice, es que “aquí empieza el terreno de tu padre”. O esta otra: con el dedo indica que ahí inicia el lugar de los codos, los buenos amigos de La Villa con rapidez contradecían no; lo que dice el mono, es que aquí inicia el lugar de la gente lista, estamos dejando atrás el territorio de los nangos. Así de esa índole, eran las distintas bromas que se han desarrollado en torno al famoso Mono de La Villa.

Lo cierto es que esa mole de cemento, representa al general Manuel Álvarez Zamora, primer gobernador del estado de Colima; asesinado por rivales políticos a poco más de un mes de haber rendido protesta como gobernador constitucional, del recientemente elevado a la categoría de estado; después de haber sido territorio de la federación, el Estado de Colima.

Ahora que está a la vuelta de la esquina la fecha que se iniciarían, las fiestas de  Villa de Álvarez; suspendidos la mayor parte de eventos, por causa de la pandemia. Es oportuno ofrecer una breve reseña del personaje del cual lleva su apellido, ese municipio.

El nombre completo era: José Manuel Dolores Álvarez Zamora y, según una partida bautismal que se conserva en El Beaterio; nació el día 20 de Septiembre de 1800, en la entonces Villa de Colima. Ya que esta obtuvo la categoría de ciudad hasta el día 10 de Septiembre de 1824.

Manuel Álvarez arranca su carrera militar muy joven, aún no cumplía 17 años; cuando se enroló con un grupo de insurgentes, que mantenían encendida la pequeña flama independentista en el occidente del país.

Ya en el México independiente, fue varias veces alcalde de Colima y jefe político del territorio, también en varias ocasiones. El 5 de Febrero se aprobó la constitución federal de 1857, en esta carta magna se declara a Colima como estado de la nación. Manuel Álvarez asume primero como gobernador provisional y después como constitucional.

El mismo día que se instala el primer congreso, el 19 de Julio de 1857; los diputados locales invisten como mandamás a Manuel Álvarez. Este y los recién estrenados legisladores, se comprometen en el menor tiempo a tener lista las leyes y artículos que van a conformar la constitución local.

El 26 de Agosto de ese año del 57, Álvarez se encontraba reunido en su casa, junto con los diputados; dándole los últimos toques a la constitución. Era medio día, cuando le avisan que el batallón que resguardaba la plaza, se había sublevado. El gobernador sale armado junto con unos acompañantes, pero los rebeldes lo estaban esperando en la mera esquina, por donde creían que iba a llegar. Apareció justo por donde habían pensado. Le dispararon un ‘balazón bien recio’, que le atravesó por medio pecho, de lado a lado; cayendo al instante muerto, en el cruce de las actuales calles: V. Carranza y Torres Quintero.

Mandaron de Guadalajara a poner orden, como gobernante interino arribó el general Núñez; este con medidas enérgicas, logró controlar la situación. Ordenando que en cuanto la hacienda pública tuviera recursos, se erigiera un monumento al primer gobernador de Colima.

No hubo dinero disponible hasta 100 años más tarde. La estatua la mandó hacer el gobierno de Rodolfo Chávez Carrillo, encargando el trabajo al escultor colimote: profesor José Cruz Hernández Vizcaíno. Inaugurando el monumento el día 26 de Agosto de 1957. Los restos mortuorios de Don Manuel, descansan en el atrio lateral del templo de La Salud en esta ciudad.