#LosperfilesMásCompetitivos para #Elecciones2024: LAURA SALAZAR OCHOA, perredista

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PARACAÍDAS

Por: Rogelio Guedea.

El PRD irá sólo en las próximas elecciones a nivel local. No se unió a otros partidos y esto trajo como ventaja que pudiera elegir perfiles como quizá nunca lo había hecho, en su mayoría candidatos realmente de la sociedad civil: activistas, profesionistas, empresarios, etcétera, en su mayoría sin trayectorias cuestionables. Entre esos perfiles, destaco uno que me ha gustado mucho: el de Laura Salazar Ochoa, candidata a la diputación local por el Distrito VI. Salazar Ochoa podría representar perfectamente el tipo de candidatura realmente ciudadana que con tanta urgencia está requiriendo una sociedad en donde el sistema de partidos (prioritariamente ya coalicionista) ha llegado a un desgaste tal que pocos activos y atractivos ofrece. Por eso, decidí entrevistar a Salazar Ochoa, una ciudadana de gran arraigo colimense y perteneciente a una familia muy reconocida de nuestra entidad. Me recibe en su propia casa (gesto de gentileza que agradezco) y lo primero que hace, después de ofrecerme un vaso de agua de jamaica, es hablarme del profundo orgullo que siente de ser colimense y de estar contribuyendo desde hace más de veinte años al bienestar de los colimenses desde la Fundación Michou y Mau, como delegada presidenta de la misma. Como se sabe, la labor de esta Fundación que atiende a niños quemados ha sido muy significativa y ha dado respuesta a más de trescientos casos, con gran éxito. Pero antes de entrar en esta materia, Laura rememora una infancia y juventud felices a lado de sus padres y dos hermanos pese a que muy joven (16 o 17 años) tuvo que empezar a trabajar en virtud de la separación de sus padres y la situación un tanto difícil que este tipo de circunstancias acarrean, pero que, sin embargo, en su caso, la hicieron madurar mucho como ser humano y hacerse todavía más responsable de su formación personal, fortaleciendo su vocación de servicio. Parte de su experiencia laboral se da dentro del sector salud (un tiempo en la Secretaría de Salud, otro más en el Hospital Universitario), ámbitos que conoció muy bien y que años después, ya casada, pondrían a prueba su fortaleza y sensibilidad porque a uno de sus hijos le sobrevino una tragedia que les cambió la vida como familia, hasta el día de hoy. A la edad de dos años y medio su entonces hijo menor se quemó más del cincuenta por ciento de su cuerpo en un lamentable accidente. Luego de muchas tribulaciones médicas y de un sufrimiento indescriptible (ver a su propio hijo en riesgo de perder la vida y no encontrar en Colima opciones de tratamiento para este tipo de casos), Laura dio con la Fundación Michou y Mau, una organización no lucrativa destinada a la asistencia y prevención de niños mexicanos con quemaduras severas. Esta Fundación asistió a su pequeño hijo y de inmediato lo trasladaron a Estados Unidos para recibir la oportuna atención médica, logrando salvarle la vida y dándole un seguimiento puntual desde aquella temprana edad hasta los 19 años de vida. Laura no puede evitar que se le salgan las lágrimas cuando trae a la memoria esta tragedia, la cual sigue doliendo como desde el primer día que la padecieron. Como Laura y su esposo habían sufrido mucho para encontrar los apoyos que los sacaran adelante de tan terrible tragedia, ella se propuso desde hace más de dos décadas ayudar a todos los colimenses que vivieran casos similares. Y eso es lo que ha hecho. Poco a poco se fue involucrando más y más en la Fundación (para la cual incluso realizó colectas como una forma de agradecer el apoyo recibido) hasta que un día fue nombrada delegada presidenta de la misma. Esta responsabilidad decidió aceptarla el día que un niño (el caso fue muy sonado en la entidad) murió por quemaduras graves luego de haber caído en una olla de pozole hirviendo. El caso le dolió muchísimo también y pensó que tenía que ir más allá de darle orientación a las personas que vivieran casos similares al suyo, sino en cambio darles un seguimiento puntual (siguiendo protocolos precisos) a cada uno de los niños que padecieran una tragedia así.  Ya como delegada presidenta, Salazar Ochoa cuenta que tuvo que recibir oportuna capacitación (incluida la labor de difusión de la Fundación) para poder no sólo apoyar a la población en general con respecto a la labor de esta Fundación, sino también para hacer una labor preventiva, tan o más importante que la curativa. La Fundación es contactada cuando un niño sufre quemaduras, dice, y ella se encarga de armar una especie de reporte (que incluye fotografías) para que los especialistas valoren el caso. Normalmente son atendidos los casos más severos, por encima de aquellos otros que podrían atenderse a nivel local, pero para los cuales ella ofrece seguimiento oportuno. Cuando le pregunto en qué momento decidió aceptar la candidatura a la diputación teniendo en cuenta que no había tenido una trayectoria en la vida política como tal (aunque el servicio a la comunidad es la mejor forma de hacer política), Laura me contesta que pese a que reflexionó con la familia antes de tomar la decisión, después no dudó en aceptar la invitación porque sabe que desde el Congreso ella podría legislar en favor de todas las organizaciones y organismos que se dedican a labores altruistas y fortalecer, por encima de todo, nuestro sector salud, un área que atraviesa por una crisis muy dura en este momento. Laura Salazar se percibe como una voz muy potente que aglutine todas las necesidades y demandas de las organizaciones civiles que poca ayuda reciben tanto del legislativo como del mismo ejecutivo y que ella, en ese sentido, desde el congreso las empoderaría pues sabe, por ejemplo, que las carencias son muchas, tal como sucede con la propia Fundación que preside, desde la cual ha luchado mucho (todavía sin éxito) para conseguir una unidad de cuidados intensivos para niños quemados en la entidad, la cual es muy necesaria y urgente, y que no existe. Ve, por tanto, que otras organizaciones tendrán similares necesidades, y ella está segura que podrá satisfacer esas demandas. Por eso, confía mucho en que la sociedad vea con buenos ojos su candidatura y que razone de esta manera su voto, porque lo que hace falta en el congreso son personas que hayan realmente sentido desde lo más profundo las necesidades que afectan de manera directa a la ciudadanía y darles respuesta. Como lo dije en principio, también yo termino conmovido con la historia personal de Laura (y con la de otras tantas familias que padecieron situaciones iguales o peores), pero también concluyo esperanzado esta entrevista porque veo en ella un perfil electoral realmente atractivo (y por ello competitivo) para las próximas votaciones. La ciudadanía tendrá la decisión final.

 

*Las opiniones expresadas en este texto de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles CN COLIMANOTICIAS.