Los políticos quieren ser influencers, no servidores públicos

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PARACAÍDAS
Por: Rogelio Guedea
En estos días se han venido realizando los registros a los diferentes cargos de elección popular tanto para presidencias municipales como para diputaciones locales de los diferentes partidos y coaliciones, lo que ha permitido conocer bien a quienes competirán para las votaciones del próximo 2 de junio. Hay muchos rostros ya híper reconocidos (políticos que han estado en la escena pública desde hace muchos años, algunos de ellos de un cinismo antológico como el ahora morenista Locho Morán, quien ayer estuvo con Max Cortés dándose baños de pureza y congruencia), pero también vi muchos rostros de jóvenes que empezaron fuerte a dar sus primeros pasos en este ámbito. A mí en realidad me gustan los relevos generacionales, son reemplazos muy necesarios para nuestra política porque se renuevan visiones y se regeneran los ímpetus, además de que se oxigena nuestra blandengue democracia, o eso se espera. Sin embargo, no es todo miel sobre hojuelas, ni tampoco todo es lo que parece. Si uno hurga un poco en estos rostros lozanos e intenta obtener con ello una instantánea de la situación política de nuestra entidad se dará cuenta de lo desalentador que puede ser. Viendo la mayoría de muchos de estos perfiles de estos políticos jóvenes uno se da cuenta de que lo que realmente prevalece es una suerte de frivolidad combinada con ignorancia (no inmadurez, sino ignorancia) y soberbia (muy característica de esta edad), y por eso no tiene uno más remedio que aceptar con cierta resignación que la mayoría de estos jóvenes políticos (de cualquier filiación partidista, que no es privativo de una u otra) no quieren ser servidores públicos de verdad con todo lo que esto implica sino más bien influencers. A todos les veo un deseo de likes y de hacerse virales a costa de lo que sea: algunos salen en calzones, otras enseñando senos, otros no pierden la ocasión de hacerse vídeos hasta sentados en el excusado (tengo pruebas de ello). Políticos también maduros están siendo devorados por esta avanzada de banalidades y entonces los vemos posteando en facebook fotografías tomándose un tejuino o una tuba, promoviendo los volcanes o los paisajes colimenses, presentándonos a sus mascotas, etcétera. La política local se ha convertido en una gran hoguera de las insignificancias y es triste que así sea porque mientras ellos publican en sus redes sociales sus futilidades, la calle continúa atestada de crímenes, adictos y pobreza. Es época de campañas electorales y muy pronto tendremos que votar a quienes nos van a representar en las presidencias municipales, el congreso local y nacional y tenemos que realmente ser inteligentes para elegir a representantes dignos de todo aquello que necesitamos transformar como sociedad, no saltimbanquis que de llegar a esos cargos de elección popular no sabrán hacer otra chingada cosa que tomarse selfies. Si es cierto que la ciudadanía tiene el gobierno que se merece, purguemos antes de las votaciones ese hechizo y realmente cambiemos el estado de cosas pues la situación actual por la que atraviesa nuestra entidad y el país entero no está realmente para perder más tiempo.

*Las opiniones expresadas en este texto de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles CN COLIMANOTICIAS.