López el académico vs López el político

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Por: Francisco Pérez Medina

La pandemia en nuestro país tiene dos grandes protagonistas en Palacio Nacional que están tomando decisiones trascendentales para todos los mexicanos; ambos coinciden en sus apellidos, pero no en su formación ni en su personalidad: uno académico y el otro político.

El primero posee una sólida preparación profesional, con reconocimiento académico, serio, con discurso convincente, voz modulada, transmite seguridad, confianza, sereno y es empático cuando se le cuestiona. Su misma formación lo mantenía en un pequeño círculo de especialistas en el sector salud y, su aparición en público, circunstancialmente, se le debe al Covit19. La mayoría de los mexicanos apenas lo conocía, pero, desde que inició la contingencia de salud, no hay mexicano que no lo haya visto en televisión, escuchado en radio, leído en prensa o visto en videos viralizados en redes; la pandemia le ha permitido colaborar dentro de Palacio Nacional, siendo electo solamente por una persona para este encargo: el presidente.

El segundo, con una larga carrera política, reconocido como un gran opositor al sistema, con discurso hábil de mensajes cortos y pegajosos, con risa burlona, obstinado, transmite ideologías, se muestra iracundo cuando algo le incomoda y que, de manera constante divide a la sociedad entre conservadores y liberales -estás conmigo o contra mí-. La mayoría de los mexicanos lo conocen, sus mañaneras sirven como vínculo permanente de comunicación; el enojo y el cansancio de la población lo colocaron en Palacio Nacional como presidente -cargo que alcanzó luego de postularse en tres ocasiones- electo por una abrumadora mayoría ansiosa de un cambio.

En estos momentos de crisis durante la pandemia, ambos personajes son evaluados por una sociedad bombardeada por información, que emite juicios en función de su percepción de la realidad, con un enorme temor ante lo incierto, con deseos de un liderazgo fuerte que le brinde confianza y seguridad.

El mismo día, el López académico fue designado por el político para dar la cara y declarar la emergencia nacional, enviando un mensaje que se percibía desesperado -repitió en tres ocasiones una frase sencilla y contundente: “quédate en casa, quédate en casa, quédate en casa; es la última oportunidad que tenemos”-. El homónimo de apellido, el político, se encontraba de gira supervisando obras -perfectamente postergables-, sin aceptar gel antibacterial antes de subir al avión, descartando, al menos en una ocasión, le tomaran la temperatura, seguro de sí mismo contradiciendo todo lo que se le pide haga toda la nación.

Por su actuación, decisión y omisión, ambos López tendrán un espacio en la historia reciente. Sea usted estimado lector quien decida cuál seguir: al López académico o al López político. Es su salud la que está de por medio.

Salida

1.- Ya hay quienes visualizan al Secretario de Relaciones Exteriores como el virtual y en funciones de vicepresidente. Esas son buenas noticias para quienes simpatizan con el Colimense más cercano a éste.

2.- Solamente 3 casos confirmados en nuestro estado -dos dados de alta-. No bajemos la guardia y sigamos atendiendo las recomendaciones. Colima, con tu actuación, demostrará de qué estamos hechos.