LAS CORCHOLATAS

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AMANECER POLÍTICO

Por: Felipe Díaz Cortez

Las corcholatas, término despectivo con el que los opositores se refieren a los aspirantes a la candidatura presidencial del partido Morena, resulta ser, que son los que garantizan la continuidad del proyecto de nación que busca transformar al país. Contrario a los que buscan regresar para darle continuidad al saqueo de las arcas públicas y abandono del pueblo.

En este sentido, el despertar de las conciencias, es para un servidor, el mayor logro de la actual administración.

En los últimos más de cuatro años, los apoyos para el beneficio social, se han multiplicado en número y cantidad, como jamás se había visto en muchas décadas. El poder adquisitivo de las clases populares se ha visto revitalizado y permea hacia arriba, no como se pensaba en la época neoliberal que al mojar arriba iba a gotear abajo.

Vienen a mi mente los tiempos de Salinas de Gortari, con el programa PROCEDE se creyó que, al escriturar los solares y las parcelas al campesino, el capital iba a llegar a manos llenas al campo. Al contrario, se concentró la tierra en menos manos.

En aquel tiempo, hubo quienes quedaron roncos de tanto gritar, que los dueños del capital se iban a asociar con el campesino para hacer producir la tierra en forma más eficiente, nada de eso ocurrió.

Y ya que estamos con el campo, se debe agradecer que ahora los apoyos sí llegan a quienes los necesitan, sobre todo con el programa Sembrando Vida. Los dineros ya no se quedan en los bolsillos de los “líderes charros”.

Sin embargo, falta mucho por hacer para que el campo florezca, principalmente en la comercialización de los productos que el “COYOTE” es quien más lucra con el esfuerzo de millones de productores del campo. Y hay grandes coyotes, medianos y pequeños, hasta coyotititos. Mientras que quien verdaderamente trabaja se queda como el chinito, nomás milando.

Y así como el presidente, AMLO, no ha abierto los ojos a millones de mexicanos, se debe trabajar con la gente del campo para capacitarlo en el trabajo en equipo, en la unidad de esfuerzos y abandonar las prácticas egoístas que en nada ayudan.

Regresando a las corcholatas, que realmente son quienes cuentan con la capacidad para continuar el proyecto de la 4T, el senador Ricardo Monreal dice que él no es ninguna corcholata, cuando debería sentirse orgulloso de serlo, será que ya prepara su candidatura por otro partido. O ¿cuál es su juego? ¿engañar? ¿desorientar? ¿o qué?

Hace tiempo lo veía como un fuerte prospecto para la candidatura presidencial por Morena, pero al andar brincando de un lado a otro, sin que le quepa una calilla, uno ya no sabe si va o viene.

Mientras tanto, Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Augusto López, andan en lo suyo, trabajando para ganarse las simpatías de los que habrán de votar en las encuestas para definir la candidatura presidencial por Morena. Y unidos, cualquiera de las tres personas, puede ser la mejor elección, porque divididos, solitos se van a dar en la crisma.

Ya lo dijo Minerva Citlalli Hernández Mora, en su visita por Colima, hay que pensar en lo bueno que se ha hecho para transformar a México y si queremos seguir cosechando, sólo unidos se podrá lograr. Nuestro presidente está logrando abrir los ojos a los mexicanos y ya entendieron que con estas nuevas formas de gobernar todos ganamos. No como antes que sólo los de arriba se llevaban la tajada mayor. Y… ¿cómo ganamos todos? Sencillo, al fortalecer el poder adquisitivo abajo, el vaporcito llega hasta las capas de arriba.

Y así los ven los empresarios de verdad, quienes ahora pagan sus impuestos con gusto porque saben que el uso del dinero es con sentido humano y muy escrupuloso. Tontos no son.

En el mismo evento donde estuvo Hernández Mora, el presidente de Morena en el Estado, Julio César León Trujillo, dijo que no serán suficientes seis años de gobierno para erradicar la corrupción y la impunidad, como tampoco serán suficientes para transformar a México, por tanto, hay que refrendar el triunfo que holgadamente se obtuvo en el 2018.

Pero si usted y yo, queremos volver a los tiempos de rapiña de los neoliberales a la mexicana, con cruzarnos de brazos basta.

Todas y todos en Colima y en México, tenemos la palabra.

En este momento haya yo quiera ser corcholata.