La reforma electoral que necesita México

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Por: Ángel Durán.

México necesita una reforma electoral democrática. Un cambio radical que tenga como único objetivo, poner en el valor más alto la voluntad popular, bajo el más amplio respeto de la dignidad humana.

En este cambio de sistema, debe asegurarse que la democracia se viva como un estilo de vida, como un sistema de gobierno y que ambos garanticen el empoderamiento del derecho humano a la democracia, bajo una concepción de interés colectivo.

Para que ello ocurra, es indispensable que se genere una serie de reconocimiento en ¿Cuáles son las causas? ¿Qué mecanismos necesitamos? ¿Qué instituciones tienen que guiarlo? Y, la forma en cómo empoderarlo.

México a nivel internacional tiene una democracia impura, según The Economist ocupamos el lugar 73 de 167 países donde se mide el nivel de democracia, a nivel nacional tenemos una puntuación de 6.09 de calificación en una escala del uno al 10; lo que se demuestra, que es necesario redoblar esfuerzos para vivir en una democracia pura; considerada éste como aquel país que logra tener un 8.0% de calidad democrática.

Para vivir en democracia se necesita que un país tenga control sobre diversos aspectos como: economía sana, poca corrupción e impunidad, buena calidad de justicia, educación, la consolidación de sus instituciones públicas y una buena percepción de la sociedad de que su voluntad es respetada.

En especial un sistema electoral auténtico; que lleve a cabo procesos electorales limpios, transparentes, periódicos, en el que se respeten los principios generales del derecho electoral como son el de constitucionalidad, legalidad, imparcialidad, neutralidad.

Y para que esto sea posible; es fundamental contar con un sistema de justicia constitucional electoral humanista, que tenga como su objetivo final eso, precisamente el respeto a de los derechos humanos de carácter político y para lograrlo, es indispensable que las autoridades que lo van a reforzar, piensen en ello como destino final, por eso es que, no deben estar los políticos pensando en hacer cambios con la intención de utilizar el sistema de justicia electoral, como método de control social o para el empoderamiento de sus aspiraciones partidistas de grupos, porque eso sería una deformación de la democracia.

Hemos visto como hoy, el gobierno en turno y diferentes partidos políticos están proponiendo una reforma electoral; argumentando dos elementos fundamentales; cuesta Mucho y no sirve, está al servicio de las oligarquías y no de la sociedad como debiera ser, por eso hay que cambiarlos; se sostiene también que el mismo destino deben de tener los tribunales electorales estatales y los institutos electorales locales y que mejor todo se debe centralizar, por ser igualmente costosos e inservibles. Hasta este momento coinciden el partido de morena y el PRI; que juntos podrían llegar a generar un impacto de cambio, en el sistema de justicia electoral en México. Desde el año 2006 el PAN pidió la desaparición de la justicia electoral local, el PRI en el 2012 y hoy el partido en el poder; el argumento, muy parecido, es costoso y no funcionan también se criticó, que los gobernadores de los estados, nombraban como juzgadores a personas de su confianza y esto ocasionaba que no tenían independencia.

Se vino a la reforma del 2014 y para evitar esos problemas de incidencia de los gobiernos locales, el Senado de la República designa a los titulares de las magistraturas locales y el INE a los integrantes de los OPLES; actualmente se les acusa de lo mismo; muy caros y no sirven.

¿En realidad será esa la razón por lo que El sistema electoral local no funciona?

Por qué antes de 1994, fecha a nivel federal y estatal el sistema electoral independiente, se vio la necesidad de qué hubiese un sistema Judicial Electoral autónomo independiente, tanto en el ámbito federal como en el ámbito de las entidades federativas; hubo el compromiso de fortalecerlos y fue en el sentido de que ese reforzamiento de la federación sería para consolidar la democracia a través de tribunales y organismos administrativos que llevaran procesos electorales confiables y que fueran estos tribunales órganos que protegieran los derechos político electorales de la ciudadanía. Ese fue el objetivo principal. Sin embargo, no ocurrió. Jamás se le dio la garantía de protección para consolidar al sistema electoral mexicano, los compromisos fueron que, se crearía y se irían fortaleciendo cada día esas instituciones de justicia, pero para lograrlo, se sabe que tienen que ser autónomas e independientes y que haya procesos auténticos para encontrar a sus integrantes con méritos y capacidades y darles lo necesario, pero a cambio los tribunales electorales tendrían que estar siendo evaluados de manera permanente, para poder garantizar que haya justicia electoral y que ésta, sea de aprobación social, así como también que los organismos internacionales al evaluarla le dieron una calificación mayor a ocho puntos, solamente de esa manera el sistema de justicia electoral podría funcionar.

Ahora por tercera ocasión, vuelve a surgir la necesidad de una reforma constitucional en el sistema electoral, pero con el mismo problema, o sea, la decisión política es la que se está tomando como parámetro, con el entredicho para eficientar a los órganos electorales, sin embargo, ese no es el mecanismo más adecuado para conseguirlo, sin duda que es lo que necesitamos es lo siguiente.

Respetar el federalismo judicial y consolidar a la justicia electoral local integrándola exclusivamente con personas que tengan méritos y capacidades para dirigirlo y para poder proteger los derechos humanos en materia política, además de evaluarlos de manera permanente, a fin de que garantice el derecho democracia plena, para la sociedad.

 

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