La educación es la clave (Bill Gates: dejar de pensar en el petróleo, recomienda a México)

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TAREA PÚBLICA

Por: CARLOS OROZCO GALEANA.

La descomposición social que está sufriendo nuestro país no es fruto de una o dos causas, como pudiera ser el narcotráfico y el consumo de drogas, ni tampoco culpa de los gobernantes en lo individual por muy nefastos que resulten para los pueblos, sino el resultado de muy diversos factores que nos tienen en una profunda crisis social.

La creciente e imparable violencia que vive la sociedad mexicana es también  signo de su decadencia cultural, que tiene que ver con el fracaso de los procesos educativos en sus distintas expresiones, ya sea la educación formal que se brinda a través de las instituciones, o la no formal que incluye a la familia, los medios de comunicación y el ambiente en general.

Esta es la visión de la jerarquía  eclesial sobre las condiciones sociales que han minado en México el buen vivir. En la actualidad, se multiplican las políticas de apoyo económico a los pobres de varias regiones abandonadas por gobiernos, pero la pobreza no se acabará repartiendo lo que otros producen.

“Debemos señalar que junto a los indudables valores de nuestro sistema educativo nacional, forjado a lo largo de muchos años y en medio de diferentes estilos de gobierno, existen también graves carencias metodológicas y conceptuales que dan por resultado una deficiente formación de la persona en sus capacidades y en sus principios”.

Coincido con la visión eclesial: la solución de fondo está en un compromiso común con una verdadera educación centrada en la persona humana, en su dignidad y en su realidad trascendente, tal como lo han expresado los obispos mexicanos en su espléndido documento titulado Educar para una Nueva sociedad (2015), donde expresan que “La inteligencia y la conciencia de cada persona, así como la orientación de la sociedad en su conjunto, necesitan ser iluminadas y fortalecidas  para alcanzar un verdadero discernimiento entre lo que es bueno  y lo que es malo” (n 47).

Necesitamos una educación más humanista que una basada en saberes que alejan a las personas unas de otras. Requerimos una progresión educacional igualitaria, queriendo esto decir que todo mexicano tiene derecho a capacitarse viva donde viva, pues de otro modo las diferencias en la atención abonan a la desigualdad. 

Las políticas públicas deben  ser menos contradictorias, pues por un lado buscan la moralización de la sociedad y por otro promueven la falta de respeto a la vida y a la familia, planteó en Seminario Desde la Fe la iglesia católica, refiriéndose claramente a la política social de apoyo económico a personas mayores y a la promoción legislativa de despenalización del aborto.  

El sistema educativo  debe formar a los educadores como los personajes más importantes en la comunicación y el ejemplo de los valores. Las familias deben ser el espacio privilegiado donde los padres son los protagonistas principales en la educación de sus hijos. En este punto, tiene que corregirse el sistema normalista. No todos los egresados  son susceptibles de pararse en un salón a dar clases pues corren el riesgo de ser exhibidos por alumnos aventajados. Una mayoría mal escribe y razona de manera insuficiente sobre lo que comunica.  Han de requerir otras experiencias, otras asesorías para hacerlo, acompañamiento al menos por tres años. Como hacen precisamente las compañías aéreas, obligadas por los gobiernos a acompañar a los pilotos noveles a adquirir las habilidades necesarias para tripular las aeronaves.

El gobierno tiene que ocuparse de la educación de  los adultos que a duras penas pueden contener las energías de hijos problemáticos e indiferentes. Si beca, por ejemplo, a los que se van a estudiar a otros países,  por qué no hacerlo igualmente con obreros o campesinos. Tienen el mismo derecho que aquellos. 

Se requiere una revolución educativa verdadera de nuestra educación. Sin simulación, sin contradicciones costosas, sin la intervención a veces descarada de los sindicatos reacios a perder privilegios.

Termino estos comentarios retomando a Bill Gates, quien recomendó al gobierno mexicano dejar de insistir en la producción y explotación petrolera que será renovada por las energías limpias en el futuro, y centrarse en la educación que es la clave verdadera del progreso y  la liberación de los pueblos.