La cruel historia de madres que prefieren morir ante el abandono de sus hijos

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*En el asilo de ancianos de Tecomán la gran mayoría de las adultas mayores viven en el abandono

Luis Rosales Chávez|COLIMANOTICIAS

Tecomán, Col.- En muchos hogares este 10 de mayo es día de gran festejo, restaurantes llenos, hogares donde se escucha un mariachi o una banda. Es el día de pasear a la reina de la casa como dicen algunos, sin embargo en el asilo de ancianos “Purísima Concepción” todo es diferente, aquí la gran mayoría de las adultas mayores viven el olvido de sus propios familiares, se les pregunta a ellas ¿Qué quieren de regalo de día de la madre? Y la respuesta es unánime, ver a un hijo, sin embargo para ellas es un regalo inalcanzable.

Ma. Elena González Espinoza, administradora del asilo da cuenta de la cruel soledad que viven los adultos mayores, y a pesar de que ellos junto con el patronato tratan de llevarles momentos alegres, la gran mayoría de ellos no quieren morirse sin haber abrazado o haber recibido un beso de algunos de sus hijos, pero la muerte siempre llega primero que el reencuentro de un hijo.

La joven administradora relata el triste caso de Silvia Andrade, quien murió a finales del año pasado en espera de ver a su hijo, pero él mismo la abandono.

“Ella tuvo dos hijos, pero el hijo ‘bueno’ se le murió y quedó el ‘malo’, éste le quitó su casa y la trajo con nosotros. Uno de sus dos hijos sí la visitaba, pero falleció y de esto a ella nunca le dijimos, y el otro hijo siempre dijo que no quería saber nada de su mamá, él vive en Manzanillo en la casa que le quitó a su madre, nosotros le hablábamos y nos decía que no quería saber nada de su mamá”.

Ante esta situación de soledad, agrega Ma. Elena González, Silvia Andrade ya no quería vivir, tenía mucha tristeza “de hecho nunca le dijimos que su hijo el bueno había muerto, porque pensamos que la íbamos hacer sufrir más. En diciembre, de manera inesperada la visita una hermana aquí al asilo de ancianos y a los pocos minutos de convivir muere, ella esperaba a un familiar para morir tranquila”.

En la actualidad, en el asilo de ancianos “Purísima Concepción” hay 20 hombres y 12 mujeres, todos con la esperanza de ver y abrazar a un familiar, para ellos, dice la administradora, es el mejor regalo que podrían recibir antes de dejar este mundo.