LA AUTOPSIA

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Por: André Marín

Normal, el América ganó el clásico

El Guadalajara jugaba la mejor primera parte del torneo. Era un equipo intenso, era peligroso, era incisivo, era Chivas. Y de pronto hizo el primer gol Brizuela y el juez de línea lo anuló luego de los reclamos de Sambueza. Era el primero del Guadalajara y el partido tomaba un rumbo diferente.

Nos fuimos al descanso y Nacho Ambriz ajustó y modificó. En 15 minutos a Chivas se le vino la noche, porque recibió dos goles y fue expulsado uno de sus jugadores.

Pero fue un clásico que tuvo prácticamente de todo: goles, emociones, drama, errores, expulsados, broncas entre jugadores, aficiones entregadas.

El partido tuvo un cambio radical luego de una primera parte donde las Chivas fueron muy superiores, pero tuvieron el gran problema de todo el torneo, no tienen gol.

En la semana, Jorge Vergara había dicho que meterían tres y esos nunca llegaron.

En la semana, el América siempre mandó el mensaje de respeto al rival, pero se sentían mejores.

Ya en el encuentro, diez contra diez por la expulsión de Goltz, llegó el gol de Carlos Peña, que tuvo una semana de verdad muy complicada, y a partir de ese momento vimos un partido nuevo, más atractivo todavía.

Ambriz renunció a la tradición americanista y metió a la cancha defensores por atacantes, tratando de ganar como fuera.

El director técnico crema envió un mensaje muy claro. Cerró el partido. Primero mandó al terreno de juego a Pimentel y después a Samudio.

El América tuvo mucha suerte y ganó.

Chivas jugó un buen partido y perdió.

En 90 minutos el Guadalajara fue mejor, pero no tiene gol.

En 90 minutos el América fue inferior, pero este equipo tiene jugadores extranjeros que definen los partidos.

Que el América gane el clásico es normal, simple y sencillamente normal.

El Guadalajara está en el peor momento de su historia y jugando bien no le alcanzó más que para perder a pesar de su gran esfuerzo.

El arbitraje influye de manera directa en el marcador, pero de eso nadie se va a acordar.

Chivas no merecía perder. Así de fácil.

Twitter: @andremarinpuig