La 4T; no compatible con la 5G

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Por: Francisco Pérez Medina

Lo que sucede en nuestro país, en verdad no tiene precedente: una sociedad más demandante y exigente en todo lo que rodea su existencia. Pensemos, por ejemplo, en la tecnología; aspiramos a lo más actualizado posible, no importa si poseemos un aparato que satisfaga nuestras necesidades, queremos lo más reciente e innovador: celular, tv, computadora, gadgets o apps; no poseerlos conduce a un estado emocional de precariedad y ansiedad. Por otra parte, enfoquemos la reflexión en los gobernantes; también se pide y reclama cada día más en demandas que se consideran justas: seguridad, educación de excelencia, salud de primer mundo, empleos bien remunerados, carreteras eficientes y seguras que nos trasladen a un menor tiempo a un bajo costo. No cubrir éstas y otras expectativas, lleva a una sensación de enojo, frustración, cuando no ira o desilusión.

Para los primeros, las empresas buscan ganar mercados ansiosos por obtener mayores beneficios por medio de grandes esfuerzos en investigación que permiten ofrecer entre otros: mejor resolución, capacidad de memoria, menor peso, cámaras con mayores beneficios, sobre todo: velocidad para navegar. Los consumidores, hacen todo lo posible por adquirirlos, aunque implique comprometer su salario por mucho tiempo. Eso sí, si el equipo no cumple sus expectativas, jamás adquirirán la misma marca llevándolas a la quiebra; sin dificultad encontrarán otra que satisfaga sus anhelos. La fidelidad existe, siempre y cuando siga cubriendo expectativas, si no, en cuanto le sea posible, botará de su vida aquel equipo que no dejó satisfecho su deseo.       

Para los segundos, existe similitud. Los partidos políticos –los de oposición y los gobernantes- buscan ganar la confianza de ciudadanos ansiosos por una mejor calidad de vida; para ello, ofrecen ser la mejor alternativa con una narrativa atractiva, señalando -aquí sí difiere la estrategia-  los errores o infravalorando los aciertos cuando se trata de los primeros, mientras que sí son los que gobiernan, magnificando logros, destacando los beneficios -que es su obligación y para lo que fueron electos-  señalando los errores, propios, como herencia del pasado. Cada tres y seis años, llega el momento de decidir, mediante su voto, por cuál opción se define la mayoría de los ciudadanos. Es decir, también existe un plazo forzoso. De igual manera, si no cumple sus promesas o los beneficios enunciados previamente durante campaña, cambiará de opción la siguiente elección; sin dificultad, encontrarán alternativa que ofrezca lo contrario sin rubor en ideologías. La fidelidad puede mantenerse, sí obtiene beneficios palpables que cubran sus expectativas. Si no es así, en cuanto se llegue el momento, votará con su desprecio contra el partido que no cumplió con las esperanzas generadas.

En ambos casos, se trata de la misma persona que, consume y elige, respectivamente, cada vez con menor tiempo de tolerancia -mi maestro de teoría social, la llamaría sociedad líquida-. Mientras que en el mercado tecnológico de 5ta generación (5G) los CEO´s (Chief Executive Officer por sus siglas en inglés) de las empresas se esfuerzan cada día por ofrecer productos que satisfagan en mayor proporción respecto a su competencia, desactualizando o haciendo obsoletos sus propios equipos  cambiando lo que haya que modificar; en la cuarta transformación (4T)-autoproclamada por el gobierno actual- su autoridad máxima se esfuerza por mantenerse en el ánimo de la mayoría, sin considerar cambios acordes a lo que la sociedad está exigiendo cada día con mayor impulso; lo  único que modificó esta semana, es su intención de aparecer de nuevo en las boletas electorales -eso es su fuerte-. Tal parece que la 4T, no es compatible con la 5G, al menos, la velocidad en que reaccionan no va aparejada ni acorde a la demanda ciudadana; les sucede el mismo fenómeno que los anteriores que fueron desechados: se encuentran encapsulados en la burbuja embriagante del poder. La velocidad para adaptarse a las exigencias de consumidores y ciudadanos es la clave para mantener la fidelidad de éstos. Mientras que los primeros, la búsqueda es un objeto, en los segundos, es la satisfacción de bienes intangibles, y será una percepción -siempre subjetiva- la que determine la complacencia y satisfacción.

Salida

1.-Sí, pero poquito. Así lo dijo la CFE ante el incremento de la luz, aunque argumenta que es menor a la inflación. En otros países no disminuyó el precio, dejaron de cobrarla ante la contingencia en apoyo a los ciudadanos.  

2.- El nivel de desesperación ante la desaprobación es tal, que son comediantes, cantantes o futbolistas quienes detonan al aparato oficial para desacreditar sus críticas.

3.- Una autoridad que no quiere acatar medidas ante la contingencia y otro, tomando hasta la temperatura. Uno ya tiene el poder, el otro, lo busca. Usted, amable lector, es quien tiene la mejor opinión de ellos.