Islas Maldivas, última pista sobre el avión desaparecido

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MILENIO

Nueva Delhi, Kuala Lumpur.- A doce días de su desaparición, el vuelo MH370 de Malaysia Airlines sigue rodeado de misterios y especulaciones. La últilma pista sobre su posible paradero viene del archipiélago de las Maldivas, en el océano Índico, al sur de la India. La policía de las islas Maldivas examina los testimonios recabados por un portal de información local que aseguran que algunos habitantes vieron “un gran avión volando a baja altitud” el día que desapareció el avión malayo.

En un comunicado publicado el martes por la noche, la policía informó que está examinando las informaciones del portal Haveeru, que asegura que algunos habitantes vieron un gran avión sobrevolar una isla remota del archipiélago, Kuva Huvadhoo, el 8 de marzo. La República de Maldivas es un archipiélago situado en el océano Índico, cuya capital, Malé, tiene una población de 104,403 habitantes. El país está constituido por unas 1,200 islas, de las cuales 203 están habitadas. El territorio se encuentra en pleno océano, al sudoeste de Sri Lanka y a 450 km de la India.

Ya se han explorado varias falsas pistas ofrecidas por gente que aseguraba haber visto al Boeing 777 de Malaysia Airlines desaparecido misteriosamente con 239 personas a bordo. El avión despegó de Kuala Lumpur el sábado 8 de marzo a las 00:41 (16:41 hora GMT del viernes) con destino a Pekín. Los testigos citados por el portal Haveeru afirman haber visto un avión blanco con bandas rojas que se dirigía hacia el extremo sur del archipiélago. “Nunca había visto un avión volar tan bajo sobre nuestra isla. Ya hemos visto hidroaviones pero éste no lo era. Podía incluso distinguir sus puertas”, declaró un testigo citado por el portal.

El periodista del sitio Farah Ahmed dijo haber reunido varios testimonios similares. “Estas personas primero oyeron el fuerte ruido de un avión que volaba muy bajo y salieron a ver”, dijo el periodista a la AFP contactado vía telefónica en la capital de las Maldivas, Male, desde donde despegan y aterrizan cada día decenas de aviones con turistas.

La desaparición del Boeing 777 de Malaysia Airlines moviliza los esfuerzos de más de 25 países en varias zonas del mundo, divididas en dos corredores, uno que va del norte de Tailandia a Asia central y abarca parte de China, y otro que va desde Indonesia al sur del Océano Índico, el llamado corredor sur. Las Maldivas, situadas lejos de alguno de estos dos corredores, no forma parte de los países que participan en la búsqueda del avión desparecido.

La emisora estadunidense NBC, citando fuentes no precisadas, informó hoy que el abrupto cambio de rumbo del avión de Malaysia Airlines fue programado en la computadora de a bordo bastante antes de la despedida del copiloto al centro de control en tierra. La modificación del curso de vuelo ocurrió al menos doce minutos antes de que el copiloto Fariq Abdul Hamid se despidiera de los controladores de vuelo con la frase: “Todo claro, buenas noches”.

El vuelo MH370 había partido de Kuala Lumpur con destino a Pekín, donde nunca llegó. Las investigaciones se concentran en varias posibilidades: sabotaje, secuestro, acto terrorista o suicidio de uno de los pilotos.

Los medios de comunicación de EU se han volcado con la intrigante historia del avión malasio, que consideran una auténtica “obsesión internacional”, y cada día esgrimen nuevas hipótesis sobre las causas del suceso en base a información de fuentes anónimas de la investigación estadunidense. Sin embargo, por el momento la exhaustiva investigación que se está haciendo del piloto y de su segundo no ha revelado ninguna conexión terrorista o dato que explique por qué uno de ellos o ambos habrían saboteado la aeronave.

El paso de los días sin certezas y la multiplicación de las teorías dejan más preguntas que respuestas, puesto que algunas de las tesis contradicen otras y ninguna tiene suficiente base como para descartar el resto. Al término de la semana pasada las informaciones parecían indicar que la desaparición del avión obedeció a un acto intencionado y alejaban las primeras hipótesis sobre un fallo mecánico.

Investigadores consultados por los medios de comunicación de referencia en Estados Unidos coincidían entonces en que alguien dentro del aparato desconectó a propósito las comunicaciones con tierra y en que el avión siguió volando al menos cinco horas después de que se le perdiera la pista. El New York Times planteó el lunes que el cambio de rumbo pudo haberse hecho a través del sistema informático del avión, antes del despegue o durante el vuelo, y no manualmente, como se había contemplado hasta entonces. Pero este martes una tesis mucho más simple volvió a ponerse sobre la mesa.

Los medios se hicieron eco de la teoría de un experimentado piloto canadiense, que sostiene que la causa del suceso fue un incendio eléctrico en el aparato. Chris Goodfellow argumentó este martes en un comentario de la red social Google+ que la pérdida de toda comunicación con el aparato encaja perfectamente con que se produjera un incendio en el avión. El piloto aduce que en esos casos la prioridad del piloto es resolver la emergencia antes que comunicar el fallo al control, puesto que desde tierra no hay ayuda posible. Esto explicaría en su opinión que nadie de la tripulación pidiera ayuda.

La tesis del fallo mecánico no se descarta completamente, sobre todo cuando ningún grupo terrorista ha reivindicado el acto ni se ha encontrado información determinante que indique por qué alguna de las 239 personas que iban a bordo habría saboteado el aparato y cómo tenía los conocimientos suficientes para ejecutar una acción tan compleja sin dejar rastro. Menos credibilidad se le da a las teorías que apuntan a un acto suicida por parte del piloto, ya que según los expertos este tipo de acciones se producen pronto en el vuelo y no tantas horas después de haber despegado.

Tampoco se encuentra respuesta a por qué no se tiene noticia de ninguna comunicación por parte de los pasajeros o la tripulación con sus familiares en tierra a través de los teléfonos móviles, como si ocurrió en los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, cuando las aeronaves volaban muy bajo. Los expertos esgrimen que si el avión voló hasta superar el máximo permitido para ese aparato, como apuntan algunas informaciones, los teléfonos pudieron no funcionar debido a la altura.

Otra explicación es la que recoge este martes la cadena ABC, que apunta a que los pasajeros podrían no haber tenido tiempo de comunicarse con sus seres queridos antes de fallecer repentinamente debido a una fuerte despresurización del aparato. Al mismo tiempo, ha trascendido que algunos de los teléfonos móviles de los pasajeros daban señal días después del suceso. No obstante, los expertos en aviación que estos días ofrecen su punto de vista en las televisiones estadunidenses se han apresurado a descartar que el avión haya podido aterrizar en algún lugar sin ser visto, por muy recóndito que fuera el sitio escogido.

Asimismo, dejan claro que “no es realista” pensar que el avión pudo no sólo aterrizar a salvo y en secreto sino volver a despegar para perpetrar un futuro ataque, como señalaban algunas tesis recogidas por la cadena CNN. Así las cosas, doce días después del suceso que ha conmocionado al mundo entero todas las teorías siguen sobre la mesa mientras crece la angustia de los seres queridos de las 239 personas que iban a bordo del avión malasio desaparecido el pasado 8 de marzo.

China descartó que alguno de sus 153 ciudadanos a bordo del Boeing 777 de Malaysia Airlines estuviera implicado en su misteriosa desaparición. “No encontramos ninguna prueba de que pasajeros chinos hubieran desviado el avión o fueran los autores de un atentado”, declaró el embajador chino en Malasia, Huang Huikang, citado el martes por la agencia Xinhua. Malasia había pedido a los países con ciudadanos a bordo del vuelo que verificaran sus antecedentes. China cuenta con el mayor número de desaparecidos, al representar los ciudadanos de este país dos tercios de los pasajeros del vuelo MH370 con origen Kuala Lumpur y destino Pekín.

Los familiares de los desaparecidos chinos amenazaron el martes con iniciar una huelga de hambre para protestar contra la gestión de esta crisis por parte de Malasia. Pekín, por su parte, anunció el lanzamiento de labores de búsqueda en su propio territorio, donde una parte corresponde al perímetro acotado por los investigadores. La búsqueda del aparato ha movilizado a más de 25 países de todo el mundo: por el corredor norte, de Tailandia a Asia central; por el corredor sur, desde Indonesia hasta el sur del océano Índico.

El cambio de rumbo no se realizó manualmente, sino a través de un código informático posiblemente programado por una persona en la cabina de mando gracias al sistema de gestión de vuelo (FMS) utilizado por los pilotos, según investigadores estadunidenses citados por el diario New York Times. El comandante Zaharie Ahmad Shah y Fariq Abdul Hamid, su copiloto, están en el punto de mira de la investigación. Malaysia Airlines informó el lunes que la última conexión con la torre de control (“Entonces, buenas noches”) la realizó el copiloto.

Estas palabras, en tono distendido, informaban del abandono del espacio aéreo malasio. Los investigadores querían identificar al autor del mensaje, pronunciado tras la desactivación manual de uno de los dos sistemas de comunicación, para saber quién se encontraba al mando. El sistema ACARS (Aircraft Communications Addressing and Reporting System), que permite el intercambio de información entre el avión en vuelo y el centro de operaciones de una compañía aérea, emitió su última señal a las 01:07 hora local.

El transpondedor, otro dispositivo crucial que informa de la localización del avión, fue desconectado dos minutos después del mensaje del copiloto. Sin embargo, el presidente de Malaysia Airlines, Ahmad Jauhari Yahya, sembró dudas sobre esta cronología, al indicar una posible desactivación del sistema ACARS antes o después del mensaje del copiloto. Si ACARS dejó de emitir al mismo tiempo que el transpondedor, la hipótesis de una fallo técnico general pasa a primer plano.

Las autoridades malasias están en el centro de las críticas por su gestión de esta crisis y por sus informaciones contradictorias. El gobierno de Malasia destaca el carácter “sin precedentes” del caso. Los datos recogidos desde la desaparición del avión permiten afirmar que cambió de rumbo a medio camino entre Malasia y Vietnam, y continuó volando durante siete horas. Los radares militares malasios detectaron una señal esa noche, identificada más tarde como proveniente del vuelo MH370.

Asimismo, radares militares de Tailandia detectaron la noche del pasado 8 de marzo señales de un aparato no identificado justo después de que el avión de Malaysia Airlines desapareciera de los radares comerciales, publican hoy los medios locales. A pesar del gran operativo internacional de búsqueda, las autoridades tailandesas no compartieron esta información hasta el martes porque no fueron específicamente preguntados antes, apunta la edición matutina del diario Bangkok Post.

La señal supuestamente detecta un giro en el rumbo hacia el Estrecho de Malacca, aunque la señal era intermitente y no incluía datos tales como el número de vuelo, indicó el portavoz de las Fuerzas Aéreas de Tailandia, Montol Suchookorn. “No dimos demasiada atención sobre ello. La Fuerza Aérea Tailandesa sólo se ocupa de las amenazas contra nuestro país, así lo que no suponga una amenaza para nosotros, simplemente lo observamos sin tomar acciones”, aseguró el militar, según recoge el periódico.

Estas nuevas informaciones cuestionan las prácticas de algunos países que han optado por no compartir datos en materia de defensa, a sabiendas de la desaparición de la aeronave con 239 personas a bordo. Sobre las 1:28, el radar militar tailandés “era capaz de detectar una señal, que era normal, de una aeronave en dirección opuesta al MH370”, señaló Montol. Tras jornadas de búsqueda de los posibles restos de un accidente en el Mar del Sur de China, los operativos de rescate se centran ahora en una gran área que incluye regiones de Asia Central y el sur del océano Índico.

Según los últimos datos de satélite recogidos, el avión pudo volar hacia el norte, en un área comprendida entre Laos y el mar Caspio, o hacia el sur, entre la isla indonesia de Sumatra y el sur del Índico. Más de 40 aeronaves y 34 barcos participan en las tareas de rastreo, incluidos más de una docena de aviones Orion P-3 y Hércules C-130.

Los países que colaboran son: Australia, Bangladesh, Birmania (Myanmar), Brunei, China, Corea del Sur, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Filipinas, Francia, India, Indonesia, Japón, Kazajistán, Kirguizistán, Laos, Malasia, Nueva Zelanda, Pakistán, Reino Unidos, Rusia, Singapur, Tailandia, Turkmenistán, Uzbekistán y Vietnam. Las autoridades de Malasia indicaron hoy que las tareas de búsqueda del avión cubren un área de 2,2 millones de millas náuticas cuadradas o 5,6 millones de kilómetros cuadrados en Asia y en el Océano Índico.

El ministro malasio de Defensa y titular interino de Transportes, Hishamudin Husein, manifestó en una conferencia de prensa en Sepang que el objetivo ahora es reducir el área de búsqueda del Boeing 777-200 que desapareció el pasado 8 de marzo. Husein explicó que ha solicitado a los 25 países que participan en el operativo de búsqueda revaluar los datos de los radares y los satélites para poder centrar los esfuerzos en un área menos dispersa. El responsable de Defensa malasio indicó que su país ha puesto por delante de la seguridad nacional la búsqueda del avión comercial MH370 de Malaysian Airlines.

“Hemos puesto los intereses de los pasajeros y el avión por delante de la seguridad nacional”, aseguró Husein al descartar las críticas que acusan a Malasia de ocultar datos. El ministro insistió en que han compartido toda la información con la investigación internacional que intenta localizar el aparato y esclarecer qué pasó con él, si fue un accidente, un secuestro, sabotaje u otra causa. Husein reiteró que están actuando con total transparencia, incluso compartiendo con otros países información “muy sensible” de sus satélites, aunque subrayó que no revelarán información que no esté contrastada.

“Nuestros socios nos dicen que se trata de una operación de búsqueda sin precedentes”, espetó. Malasia ha sido criticada por la falta de transparencia después de que tardara siete días en confirmar que el avión había cambiado el rumbo a las pocas horas de despegar, tal como indicaban los radares militares.Las autoridades no descartan que el avión fuese secuestrado, porque las comunicaciones fueron cortadas y cambió de rumbo deliberadamente desde el Mar de China Meridional, donde se desarrolló la primera fase de las búsqueda, hasta el Estrecho de Malaca.

Según los últimos datos de satélite recogidos, el aparato pudo volar hacia el norte, en un área comprendida entre Laos y el mar Caspio, o hacia el sur, entre la isla indonesia de Sumatra y el sur del Índico. “La cooperación que vimos en la primera fase continúa en esta segunda fase. De hecho, hay aún más compromiso para ayudarnos en esta búsqueda mucho mayor y multinacional”, aseveró el ministro malasio.

Australia y Malasia lideran la búsqueda en el corredor sur -que se extiende desde Indonesia al sur del océano Índico-, mientras que China y los países de la Asociación de Países del Sudeste Asiático encabezan el rastreo en el corredor norte -que parte del norte de Tailandia y llega hasta Kazajistán y Turkmenistán-. China criticó hoy con dureza la forma en que se está llevando a cabo la búsqueda del vuelo.

“Se sabe que informaciones imprecisas o al menos incompletas hicieron que la búsqueda inicial en el Mar del Sur de China no arrojara resultados y se perdiera tiempo valioso”, dice un comentario de la agencia de noticias estatal Xinhua, que fue publicado hoy por los diarios.

Por la falta de transparencia se derrocharon esfuerzos masivos y surgieron muchos rumores. “No hay ninguna disculpa para repetir los mismos errores”. Con el argumento de la seguridad nacional no se pueden mantener en secreto informaciones, sino que deben ser comunicadas al menos a los afectados, indicó la agencia de noticias china.

La búsqueda multinacional es, sin dudas, sin precedentes y complicada, pero Malasia tiene la responsabilidad de crear una plataforma para el intercambio de informaciones, sostuvo. También el “superpoderoso servicio secreto Estados Unidos” debe ofrecer a tiempo datos e informaciones. “No hay disculpas para retacear a ninguno de los afectados informaciones útiles”, añadió Xinhua.