IDUS DE MARZO

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Por José Díaz Madrigal

La República romana fue un período de la historia de Roma, caracterizado por el régimen republicano como modo de gobernanza, que existió entre el fin de la monarquía cuando se expulsó al último rey llamado Tarquinio el Soberbio, hasta poco antes de la era Cristiana en que tuvo inicio el imperio romano; con la llegada al poder del primer emperador, Octavio César Augusto.El predecesor de Octavio, Julio Cesar, militar exitoso que fue subiendo gradualmente los escalones de mando en Roma, hasta casi dominar el Senado de la República. Julio César además de estratega militar, poseía habilidad política; los senadores partidarios de éste, consiguieron que por votación de la mayoría de sus compañeros legisladores lo nombraran cónsul. Cargo que en ese tiempo era el puesto de más alto rango en la República romana y, cuya función consistía en llevar las riendas del Estado, especialmente de los ejércitos en campaña.Una vez que concluyó su primer ciclo de cónsul, el Senado lo nombra procónsul en la provincia de las Galias (La Francia actual) desarrollando un plan agresivo contra los galos, conocido como La guerra de las Galias; terminando por someter totalmente a ese pueblo. Mientras en Roma sus enemigos políticos en el Senado, tratan de quitarle el mando del ejército, prohibiendo que regrese a Roma al frente de sus legiones. Éste desobedeció la orden, desencadenando una guerra civil, imponiéndose a sus adversarios, sin eliminarlos por completo, haciéndose nombrar Cónsul vitalicio y dictador perpetuo.Algunos senadores vieron a César como un tirano. Con el objetivo de eliminar la amenaza que suponía el dictador, un grupo de senadores capitaneados por Marco Bruto y Cayo Casio, urdieron una conspiración para matarlo. Se empezó a escuchar el rumor acerca de tal complot. Le advirtieron a César que no acudiera al Senado, en especial un vidente le aconsejó que no se arrimara  a ese lugar puesto que se aproximaban los IDUS DE MARZO, de observancia religiosa en la cultura romana. Pasan los días, César no tomó en cuenta el aviso, yendo al Senado. Cuando entraba se encontró con el vidente. Julio César riendo le dijo: los Idus de Marzo ya han llegado, a lo que el vidente contestó, si pero aún no ha acabado. Los conspiradores asesinaron a César en el interior del Senado.En esta injusta guerra de ocupación de Rusia contra Ucrania, un empresario ruso ofreció una recompensa de un millón de dólares por la cabeza del dictador Vladimir Putin, como criminal de guerra. El oferente dice: prometo pagar un millón de dólares a cualquier oficial de policía o del ejército ruso que, cumpliendo con su deber constitucional arreste a Vladimir Putin como criminal de guerra, según el derecho internacional.La propuesta la escribió el empresario ruso en redes sociales hace unos días, en una publicación al estilo del lejano oeste, con fotografía y con las palabras “se busca vivo o muerto”Como ciudadano ruso, es mi deber moral facilitar la caída de Putin. Continuaré ayudando a Ucrania en sus heróicos esfuerzos para resistir la invasión rusa. También menciona: Putin no es presidente legítimo, violó la Constitución al eliminar las elecciones libres y asesinar o encarcelar a los opositores.Las protestas contra el dictador ruso, se han dado en mayor o menor medida, en los países que gozan de libertad. La de Putin es una guerra de conquista, como se usaba en otras épocas; fuera de lugar para el tiempo en que vivimos.Julio César no creía en la confabulación que le hicieron, es más, se reía de la advertencia, sin embargo salió efectiva y lo mataron en las Idus de Marzo. Para derribar a Putin, -se lo están notificando sus propios paisanos- el golpe traidor se lo van a dar desde adentro, de su propio círculo. Como le sucedió a César, cuando tenía la daga clavada en la espalda, giró y vió al senador amigo suyo exclamando con tristeza: tú también Bruto!Para desear la muerte de alguien, se necesita estar enfermo del alma. No es que se deseé la muerte de Putin, pero estamos en Marzo.