Fractura familiar

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Diario de un Centenials.

Por: Consuelo Araujo.

Con el paso del tiempo, nos enfrentamos a situaciones que moldean nuestro carácter y comportamiento. También, la vida nos presenta gran variedad de personas en nuestro camino con algún propósito, para formar parte de nuestra historia personal. Está claro, que existen buenos y malos momentos, los cuales no podemos librarnos desde que somos pequeños hasta ser adultos. Los momentos complicados e incómodos que la vida nos presenta, permiten un duelo en nosotros y como resultado existen dos alternativas: un crecimiento o estancamiento.

Actualmente, me estoy formando como maestra de nivel preescolar y a lo largo de mis prácticas profesionales en los jardines de niños, me he percatado de las conductas que tienen los niños en las primeras edades, y es muy notorio cuando alguno de ellos vive con padres separados o problemas familiares, ya que se muestran en ocasiones violentos, groseros, aislados, distraídos, tristes, etc. Como futura docente, implica un reto lograr ser apoyo para  esos alumnos que presentan dicho comportamiento, ya que, se necesita adecuar las situaciones de aprendizaje al área socioemocional, para el trabajo del control de emociones, autorregulación, trabajo en equipo, empatía, etc. Para así lograr que el niño obtenga los aprendizajes y conocimientos, aplicados en su vida diaria.

Con lo anterior, quiero precisar la importancia que tiene la familia para el crecimiento sano de un niño en su formación como un ciudadano de bien. Cuando los padres se separan (o tienen problemas matrimoniales) sin importar la edad que los hijos tengan, se origina un conflicto para ellos al ver que su círculo familiar se encuentra dividido. Uno de los problemas más comunes son los relacionados a lo emocional, provocando tristeza, ansiedad, angustia o depresión. Por ende, esto puede ocasionar una barrera para que pueda aprender mejor, relacionarse fácilmente con los demás e incluso mostrar interés por lo que le rodea.

Hablar de divorcio, es adentrarnos a uno de los temas más escuchados por conocidos, familiares y amigos, ya que más de uno de nosotros conocemos a alguien que ha vivido esta situación. De acuerdo a la estadística del año 2018 del INEGI, en el estado de Colima hubo 40.4 divorcios por cada 100 matrimonios registrados ante las oficinas del Registro Civil, en tanto que la media nacional se ubica en 31.2 disoluciones por cada centenar. Es preocupante, las condiciones en las que se encuentran muchas de las familias Colimenses y creo que ahorita que estamos en tiempos de aislamiento pueden incrementar las cifras de este año en divorcios. 

En lo personal, recomendaría a los padres que brinden el apoyo y atención necesaria para que sus hijos no arrastren con problemas emocionales y se vean afectados en un futuro. Una buena herramienta puede ser el reducir conflictos y discusiones delante de los hijos, acudir al psicólogo, mantener buena comunicación con ellos y evitar ambientes negativos que alteren la rutina a la que estaban acostumbrados. En caso, de que tú mi estimado lector, no hayas pasado por dicha situación, pero sí conoces a alguien viviendo su duelo familiar, brindale tu apoyo y hazle sentir que no está solo, ya que en lo personal nadie te prepara para afrontar dicha situación independientemente de la edad que tengas.

Esta problemática no debería trabajarse o ser un tema exclusivo del docente sino de la sociedad en general, ya que están involucrados principalmente los padres, hijos, así como también, familiares, amigos, docentes, etc. No descuidemos el lado emocional y seamos empáticos por quien vive un duelo en su vida.