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México.- El pago de pensiones y beneficios a los expresidentes de la República y sus familias les cuestan al erario 41 millones 600 mil pesos cada año, por seis años de trabajo del mandatario, mientras que tres millones 382 mil pensionados apenas reciben 3 mil 777 pesos al mes del Instituto Mexicano del Seguro Social por cesantía en edad avanzada, luego de toda una vida de trabajo e, incluso, privaciones.
Es decir, la pensión de los expresidentes es 54 veces mayor que la reciben del Seguro Social en promedio los trabajadores asalariados, lo cual “evidentemente es inequitativo. Si bien podría justificarse un régimen especial para los expresidentes, es inaceptable que se rija por la discrecionalidad y el dispendio”, apunta el PRD en la exposición de motivos de una iniciativa de reforma legal para terminar con esta prestación de privilegio.
El grupo parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados propone una nueva Ley de Retiro para los Expresidentes de los Estados Unidos Mexicanos, con la que “no se busca, en modo alguno, reducir a quienes hayan sido titulares del Ejecutivo Federal a una condición riesgosa para su integridad y seguridad, pero sí de acabar con los excesos sometiendo tales pagos a la ley”.
Destaca que “además de un sueldo de secretario de Estado, los expresidentes gozan de diversas prestaciones y servicios, pago de bonos, aguinaldos, compensaciones, salario de escolta y personal de ayudantía; pago de servicio telefónico (local, larga distancia y celular), automovilístico (para el expresidente, su esposa, hijos y escoltas con sus respectivas cuentas de tenencia, verificación y mantenimiento) y servicios domiciliarios (pagos de predial, agua, luz, jardinería, etcétera).
Frente a estos privilegios y beneficios injustificados, millones de mexicanos reciben pensiones y jubilaciones caracterizadas por la precariedad y las carencias, pues se encuentran por debajo de un nivel de subsistencia mínimo.
Con información de El Financiero