ESTOS ERAN DOS AMIGOS

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Por José Díaz Madrigal

El eslogan de campaña del movimiento de Pancho Madero, era el de: Sufragio Efectivo No Reelección. Por mucho tiempo esta leyenda aparecía al calce de los documentos oficiales. Fue aquel un lema pegador, invitaba al pueblo a emitir su voto y a no permitir más las reelecciones presidenciales. La estrategia publicitaria junto al levantamiento armado de noviembre de 1910, le funcionó a Madero, logrando tumbar a Díaz del poder.

Pocos años después, los constituyentes del 17 siendo presidente Venustiano Carranza, prácticamente obligaron al coahuilense a aceptar que se plasmara como ley en la nueva Constitución; que concretamente prohíbe la reelección del presidente de la república.

Carranza al terminar su periodo y constitucionalmente vedado para reelegirse, tramposo y taimado como era, quiso dejar a uno de sus favoritos que fuera manejable para que lo sucediera en el cargo. Solo que éste -Carranza- no contaba con otro más astuto que él, Obregón. Desde Sonora donde se había retirado temporalmente, orquestó a la par con su delfín Calles, el Plan de Agua Prieta; donde se desconocía a Carranza, obligándolo a salir apresuradamente de la capital del país, rumbo al puerto de Veracruz. En el trayecto lo interceptaron soldados leales al Manco de Celaya, asesinándolo en la serranía poblana.

Álvaro Obregón llegó a la silla presidencial y, estuvo de 1920 a 1924. Se le ha considerado el general más exitoso del periodo revolucionario; nunca dicen sus biógrafos, perdió una batalla. Más o menos a la mitad de su mandato, siguió el método perverso parecido al de Carranza de querer imponer a un incondicional, para cuando él terminara su gestión. Sin embargo éste iba más allá, llevaba la expresa consigna de reformar la constitución, en específico el artículo 83, donde claramente se prohíbe la reelección presidencial.

Obregón sin hacer caso de nadie, puesto que le advertían de lo sanguinario de Calles y que tarde o temprano lo iba a traicionar. A Obregón no le importó, dejando arribar a la presidencia al Turco, apodo de Calles. Éste aparentando obediencia ciega al Manco, luego de un tiempo ordenó al Congreso de la Unión modificar el artículo 83, para permitir la reelección de su jefe. Este trámite exigía que también los congresos locales, aprobaran dicha modificación.

Todos los congresos locales sin contratiempo la aprobaron, excepto el de Colima; por la valentía de un solo diputado. Don Porfirio Alcaraz, éste argumentaba: miles y miles de vidas se perdieron luchando por la no reelección y, ¿Yo muy cómodamente sentado en esta curul, voy a tener la desvergüenza de olvidarme de tantos amigos y conocidos que cayeron en la Revolución, peleando por una causa justa? Claro que no. Desafuerenme pero no doy mi voto. Sus compañeros diputados se dieron a la tarea de hablar con la esposa y con los hijos, buscando el lado sentimental; hasta que lo han de haber enfadado por todos lados. Por fin dió su voto, pero no sin antes refrescarles a su progenitora. Se reformó el artículo. En su momento Obregón hizo campaña y volvió a ganar, ya era presidente electo cuando lo mataron. Indicios que salieron a la luz posteriormente, apuntan que Calles estuvo detrás del asesinato.

Era embajador de los Estados Unidos en México Dwight Morrow. Después de la muerte de Obregón, para Calles el diplomático estadounidense se convirtió en su nuevo jefe, acatando en la práctica todo lo que le decía el gringo; éste le dejaba pasar muchas fechorías que cometía el Turco. Una de las indicaciones que le dió Morrow a Calles, fue que para acabar con el montón de partidillos políticos locales por todo el país; debería hacer un partido político de alcance nacional. Naciendo en 1929 el PNR abuelo del actual PRI.

En Colima el primer candidato a gobernador respaldado por el partido de Calles-Morrow, fue Salvador Saucedo, que se estrenó como gober en noviembre de 1931. Ya en otra colaboración dominical se hizo una reseña de este nefasto gobernador bandido, el presidente Lázaro Cárdenas lo tuvo que correr sin que siquiera hubiera terminado su cargo. Años más tarde, este gober murió a balazos.

90 años después, terminaron los mandatos estatales ininterrumpidos del partido de Calles-Morrow. Cerrando con el peor sexenio de todos los tiempos, el de Nacho Peralta. Como desafortunada coincidencia del destino colimote, el primer gobernador postulado por ese partido dejó en bancarrota a Colima; pero eso si, sin dejar endeudado al estado, ni tampoco quedando a deber salarios a burócratas o maestros. Nacho lo superó en mucho. Este par de pillos en vez de que hubieran sido políticos, su lugar era la cárcel. Llegaron al servicio público sin dinero y salen con los bolsillos llenos de recursos mal habidos. En cualquier lugar, a este tipo de personas se les llama ladrones.