Enero y febrero, desviejadero

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Por: Jonás Larios Deniz*

El refrán popular “enero y febrero, desviejadero” cobra sentido en la época decembrina porque el frío que le caracteriza impacta la salud de infantes y adultos mayores. Cabe señalar, que no se comparan las bajas temperaturas que se registran en Colima con las de los estados del norte y centro del país. En Colima la temperatura promedio anual es de 28 a 32 grados centígrados, mientras que la temperatura más baja alcanzada fue de entre ocho y nueve grados en la madrugada del 17 de noviembre de 2010 (http://archivo.eluniversal.com.mx/notas/724157.html). Ahora bien, en el estado de Chihuahua la temperatura media anual es de 17 grados centígrados y las más bajas alcanzadas son debajo de menos 5 grados (http://www.cuentame.inegi.org.mx/monografias/informacion/chih/territorio/clima.aspx?tema=me&e=08). No obstante, las enormes diferencias antes señaladas los cambios en la temperatura provocan un incremento notable en el número de casos de enfermedades respiratorias en Colima, en el país y en el mundo. Regresando a la idea que propone el refrán se observan dos posiciones, una a favor y otra en contra: 1. la primera explica que en los dos primeros meses del año hay un incremento en las muertes de personas de edad avanzada, para lo cual se dan argumentos basados en cifras de fallecimientos y servicios funerarios desde el mes de noviembre y hasta marzo, y 2. por otro lado, hay quienes argumentan que se trata de una mentira, ya que hay otras épocas del año, y por ende otros climas, los que ocasionan un incremento en el número de decesos de personas de edad avanzada. Como sea, es de mi interés destacar la importancia que en las próximas tres décadas tendrán las y los adultos mayores en México, tanto que tendrán que modificarse prácticas económicas, sociales, culturales, entre otras. De acuerdo con el INEGI, el engrosamiento de la población de 60 y más años ha sido constante, creciendo de 5 millones en 1990 a 10.1 millones en 2010. Para el año 2050, dice Enrique Reséndiz (http://www.cnnexpansion.com/opinion/2009/10/01/mexico-un-pais-destinado-a-la-vejez) la población considerada adulto mayor será de más de veinte millones. Al respecto, es interesante considerar las proyecciones de la CONAPO sobre la esperanza de vida de las y los mexicanos (http://www.conapo.gob.mx/work/models/CONAPO/proyecciones_estatales/Proy05-50.pdf): “las esperanzas de vida aumentarían de 74.6 años en 2005 (72.2 para hombres y 77.0 para mujeres) a 75.4 (73.1 y 77.8) en 2010, 78.8 (76.6 y 81.0) en 2030 y, finalmente, a 81.9 años (79.9 para hombres y 83.9 para mujeres) en 2050, es decir, que la vida media de los mexicanos al final del horizonte de la proyección será similar a la observada en Japón en fechas recientes (78.5 para hombres y 85.5 para mujeres en 2005), país que registra en la actualidad el nivel de mortalidad más bajo del mundo”. El Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) Colima (http://www.inapam.gob.mx/es/INAPAM/Colima) señala que en el censo de 2010 se reportó una población total de 650,555 personas, de las cuales, el 9.1 por ciento tenían sesenta o más años, de los cuales 30 505 eran mujeres y 28 223 hombres. Pero, ¿cuáles son las prácticas económicas, sociales, culturales que habrán de cambiarse? El INAPAM propone la formación en cinco direcciones: 1. Cultura del Envejecimiento, 2. Envejecimiento Activo y Saludable, 3. Seguridad Económica, 4. Protección Social y 5. Derechos de las Personas Adultas Mayores. En mi opinión, habrá que poner atención desde los ámbitos individual y familiar para que el institucional tenga cabida y pertinencia; los inviernos serán cada vez más duros, por el deterioro ambiental y por la escasez de servicios que supondrá el notable número de personas con sesenta años y más. Hay muchos otros refranes que hacen referencia a la dureza del frío en el invierno y la importancia fundamental que tienen, frente a él, los buenos hábitos de ahorro, el cuidado de la salud y los estilos de vida actuales; en todos ellos, la relación del concepto “invierno” como cuarta y última estación del año con los conceptos de hambre, sufrimiento, enfermedad y muerte es innegable. Algunos de ellos son: El invierno no ha acabado hasta que abril no ha pasado; El que en verano no trilla, en invierno no come; Ten el invierno por pasado si ves a febrero empapado; Coge las flores del buen tiempo; que pronto llegara tu invierno; Amistad de yerno, sol en invierno; Cuchilladas de verano, estocadas son de invierno; Un mes antes y otro después de Navidad, es invierno de verdad; Días de diciembre, días de amargura; apenas amanece y ya es noche oscura; Sol de invierno y amistad de yerno, no valen un cuerno; En invierno la mejor salsa de la comida es el fuego; El mal invierno pone a la primavera su sello;  Abril concluido, invierno ido; Febrero, cebadero; Por San Vicente (22 de enero) el invierno pierde un cliente; Por enero vale más una gorra que un sombrero; Febrero loco y marzo otro poco; Para febrero, guarda leña en tu leñero; y Abrígate por febrero con dos capas y un sombrero (http://trianarts.com/refranes-de-invierno/).

* Profesor-investigador de la Universidad de Colima