Diario de un Centenials.
Por: Consuelo Araujo.
“Una persona que nunca cometió un error, nunca intentó nada nuevo”, Albert Einstein. En esta ocasión he decidido empezar esta columna, mi estimado lector, un poco diferente pero con el mismo esmero de trasmitirte un mensaje para este fin de semana. El tema central será acerca de los errores. ¡Ay los errores! te aseguro que más de uno de nosotros (por no decir que todos) hemos tenido algún desliz o “metidas de pata” (como se dice coloquialmente) que hicieran que desistiéramos en nuestros proyectos, sueños y metas.
Si te pidiera que recordarás algún hecho desatinado, sé que hoy te reirías por el hecho de decir ¿cómo es que yo pudo hacer semejante cosa?, y es porque los errores siempre forman parte de nosotros. Con esto no quiero sonar negativa o dramática, pero la realidad es, que muchas veces tenemos que pasar por ellos para poder aprender y lograr ser mejor como persona; porque nos recuerdan que necesitamos poner los pies en la tierra y a darnos cuenta que no somos perfectos.
Sin embargo, la sociedad nos hace creer (sobre todo a nosotros los jóvenes) que cometer una equivocación es algo vergonzoso o un tema de fracasados; como si el tener un tropiezo te impidiera continuar, provocando enojos, miedos e inseguridades en tu persona. Muchos viven con ideas equivocadas, pensando que para tener éxito es necesario no tener tropiezos, pero lo cierto es, que nadie está exento de cometer un desacierto, por lo que es importante verlo como algo normal, porque la vida es eso, aprender de lo malo y tratar de ser mejores.
Hay miles de historias de personas reconocidas a lo largo de la historia, que han tenido que enfrentar algún error, llevándolos a ser personas muy exitosas, un ejemplo es Alexander Fleming, quien descubrió la penicilina cuando accidentalmente dejó abierto uno de sus frascos de laboratorio; o Albert Einstein el cual tuvo una infancia difícil, ya que sus profesores dudaban de sus capacidades académicas porqué empezó a hablar y leer muy tarde. Debido a sus malas notas en asignaturas como historia o lenguaje, abandonó la escuela a los 15 años. Así como ellos, existen muchas más historias de famosos como Walt Disney, Steve Jobs, Thomas Edison, etc., que lograron ser personas destacadas en sus vidas gracias a algo que comparten en común: los errores. Por su constancia y perseverancia pudieron lograr tener grandes éxitos en sus vidas y en algunos casos aportar algo a la humanidad.
Por ello, no desistamos cuando las cosas no salen como las planeamos y disfrutemos cada momento, ya sea bueno o malo. Nadie viene a este mundo sabiendo exactamente cómo tener una vida perfecta. Aprender es un proceso que dura toda la vida, y para aprender hay que aceptar nuestras fallas. Lo importante es reconocer que podemos llegar a equivocarnos, asumirlo con madurez y seguir adelante con todo lo que la vida nos presente para ser mejores personas cada día.