DEL PERÚ SALIÓ VOLANDO. . .

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Por José Díaz Madrigal

En Perú vivió hace muchos años, un célebre mexicano que viene siendo papá de un senador plurinominal -de esos que ahora quieren desaparecer- morenista de la actual legislatura federal. Poniendo en claro, que el padre nada tiene que ver con el pensamiento izquierdista destructivo y lamesuelas de su hijo.En aquella ocasión, los peruanos recibieron al paisano con auténtica hospitalidad, virtud propia de pueblos hispanos. Tiempo después, nuestro personaje platicaba en corto con algunos peruanos, la agridulce experiencia de su paso por aquel país, no exenta de una tremenda fuerza pasional a causa de una bella mujer, entremezclado también, con el dolor de ser un desterrado político por no doblegar su dignidad a la tiranía de un presidente mexicano.Relata don José: arribé allá derrotado y sin más título que el de ser un mexicano perseguido, ésto me abrió puertas y me ganó voluntades. Con pesadumbre recuerdo haber vivido horas amargas, horas profundas de ásperos deleites; la asombrosa, la desgarradora vida de diez meses de amor, de desesperación y de pena.Fue aquello un conflicto de la placidez de afuera y la tempestad que llevaba adentro. Los años no pasan en balde. El tiempo nos roba, nos desvanece el tesoro de las emociones; nos deja viles y pobres,  viles porque olvidamos y pobres porque perdemos porciones de la misma existencia. Recuerdo muchas cosas más y las comparo con las noticias que ahora llegan de allá, y desde el fondo del alma maldigo a quien le ha hecho daño al Perú.Esta vez se repite una historia parecida, el pueblo peruano supo sacudirse y tuvo la valentía de quitar de la presidencia a un aprendiz maleta de dictadorzuelo izquierdista. Pedro Castillo, que así se llama el expresidente; intentó desaparecer al Congreso y gobernar por decreto. Esa decisión provocó su caída y antes de que se refugiara en la embajada mexicana, fue llevado por sus mismos escoltas a la cárcel.Desde su llegada al poder hace poco más de un año, los peruanos echaron de ver que era un presidente que venía con hambres atrasadas, codicioso por adquirir riqueza económica, favoreciendo descaradamente las corruptelas de su familia; sumándole a éste delito su ineptitud y poca vergüenza.A diferencia de otros dictadores consumados, como los de Venezuela, Cuba o Nicaragua; a Castillo le faltó sobornar a las fuerzas armadas. Puesto que sí hubiera tenido al ejército de su parte, podría haber logrado su infame propósito, de efectuar el autogolpe de Estado, que no le funcionó. Pero tampoco se desarrolló porque la mayoría de peruanos y el propio gabinete, estaban hartos de tanto desatino y torpeza del presidente.Como lo ha hecho en varias oportunidades, Lopez Obrador con su batea sale a defender lo indefendible; cosa que está costando problemas diplomáticos a nuestro país. Prueba de ello es la queja presentada ayer por la cancillería peruana ante la embajada de México en Lima, en que el ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, convocó al embajador mexicano, al considerar que las expresiones del presidente de su país Lopez Obrador, constituyen una injerencia en los asuntos internos del Perú. Más adelante sigue el comunicado: no olvidemos que el presidente de México ha recurrido a una serie de argumentos falsos para proteger a Pedro Castillo.Como se nota, que el presidente mexicano no tiene  ningún asomo de honor, respeto e interés por defender a este país, sin un atisbo de dignidad, caso contrario a  don José que maldijo a quien en aquel entonces le hacía daño al Perú. El caso es que a Lopez Obrador le da por defender y amparar a delincuentes que no quieren en sus propios países.Así lo hizo al salir en defensa de la Kirchner de Argentina, sentenciada a seis años por corrupción, a éste otro corrupto de Pedro Castillo y a Evo que lo trajo en avión especial. Lopez Obrador ha de estar esperando que le suelten al peruano para que se complete la dupla que diga: Del Perú salió volando, junto con  un boliviano. . .