CULTURALIA

0

LA MEMORIA DE LOS VECINOS

Por: Noé Guerra Pimentel*       

La cita fue el lunes 19 de agosto a las 20:30 horas, entre los concurrentes nos encontramos una veintena de integrantes en activo de la Sociedad Colimense de Estudios históricos, A.C., a coincidimos en el patio principal de esta casona colimota, principal sede de una institución cultural  que desde hace cuatro lustros de manera formal y descentralizada sirve a los vecinos de Colima, el Archivo Histórico del Municipio de Colima, uno de los de más importantes de occidente.

Margarita Rodríguez, Guillermo Ruelas, Abelardo Ahumada y el que escribe, entre remembranzas y buenos propósitos, ante autoridades, colegas y vecinos reconocimos la labor de esta entidad cultural y ponderamos la calidad y contribución de la misma a la sociedad de Colima, haciendo votos para que sus tareas continúen siendo estimuladas, tal y como merece un organismo que por su naturaleza asumimos nació con la original Villa de Colima en 1523, hace 490 años, aunque los testimonios existentes daten de 1535; un trayecto de casi medio milenio en el que el acervo ha sobrevivido a todas las calamidades desde incendios, terremotos, inundaciones, humedad y alimañas, hasta los saqueos.

En un recorrido breve por su historia reciente, vale apuntar que fue en los años ochenta del siglo pasado cuando luego de varios avatares comenzó su rescate y preservación. En el periodo de Carlos Salazar Preciado (1980-1982), el AGN apoyó en la primera etapa. Entre 1983 y 1985, con Carlos Vázquez Oldenbourg, se inició el inventario documental y creó secciones de clasificación, localización y consulta. Se trabajó en los siglos XVI, XIX y XX. A finales de 1985 amplió sus instalaciones y abrió su programa editorial con “La Alcaldía Mayor de Colima, siglo XVI”. También creó su reglamento. En la presidencia de José Luis Santana Rodríguez (1986-1988), se comenzó el microfilm de Actas de Cabildo y formalizó el área de investigación, así como la conformación de la fototeca y la difusión de su quehacer, además de publicar “Los años de crisis de hace cien años”.

Con Carlos de la Madrid Virgen (1989-1991) se adquirió el primer equipo de cómputo y se continuó el registro documental a la par de la difusión de actividades. Publicaron avances de investigación en la revista “Barro Nuevo”, coedición del Ayuntamiento y el INAH y produjeron el programa de televisión “Los Barrios de Colima”; se becó a dos investigadores para la maestría en historia regional. En tiempos de Jesús Orozco Alfaro (1993-1995) se concretó la nueva imagen del Archivo adquiriéndose la finca de Independencia 79, misma que se restauró y adaptó, creando además el nuevo estatuto que dio al Archivo la figura de “organismo descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonio propio”. Primer caso nacional en el que una institución de este tipo logra dicha condición. Bajo esa modalidad fue inaugurado el 8 de febrero de 1993, instalándose la Junta de Gobierno que designó al director y dio posesión a los miembros del patronato. De a para acá su presencia, influencia y arraigo se han venido incrementando y fortaleciendo hasta ser un referente de la archivística nacional.

Entre sus funciones destacan el fomento a la investigación y la difusión de aspectos relacionados con la historia, identidad y conciencia cultural, de acuerdo con el principio de libertad de cátedra e investigación. En noviembre de ese año, le fue otorgada la Mención Nacional al Mérito, máximo reconocimiento que por primera vez el gobierno federal otorgaba a un Archivo. Desde ese año, el Archivo dedica sus esfuerzos a la preservación de documentos, catalogación y biblioteca. Parte de su labor es la difusión cultural con la organización de conferencias, foros, exposiciones temporales, presentaciones de libros, mesas de lectura, puestas en escena, recitales, cine y conciertos.

En enero de 2003, con el terremoto del 21 de enero el inmueble, como muchos otros en la región, sufrió severos daños entre cuarteaduras y caída de tejas, anaqueles de su biblioteca y el derrumbe de sus acervos; no obstante, gracias al compromiso y empeño de sus colaboradores y cuerpo de investigadores en breve se puso de pié, sin suspender sus servicios hasta alcanzar la normalidad y así arribar a sus dos primeras décadas como organismo descentralizado dedicado a la salvaguarda de la memoria de los colimenses.

*Socio de número y Presidente de la Sociedad Colimense de Estudios Históricos, A.C. (2009-2012).