CON EL DEDO EN EL GATILLO

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Por José Díaz Madrigal

Poco antes del comienzo de la segunda guerra mundial, a iniciativa del gobierno británico se reunieron en Alemania los mandatarios de Francia, Inglaterra, Italia y por supuesto el alemán. El propósito de esta reunión, sobre todo del primer ministro Neville Chamberlain del Reino Unido; era evitar la guerra que preparaban los belicosos Nazis. La junta se llevó a cabo en la ciudad de Múnich en el sur de Alemania, en ese lugar se firmó lo que se conoce como el pacto de Múnich. Éste consistía en permitir que los alemanes se apropiaran de un territorio de casi seis veces el tamaño del estado de Colima, perteneciente a Checoslovaquia; la finalidad de semejante alevosía, sin consentimiento de los checos; era que Hitler se comprometiera con su firma, a que ya no pretendiera ningún otro pedazo de terreno de países vecinos; puesto que cinco meses antes de la firma del pacto, se había anexado Austria; por tal motivo la preocupación de Chamberlain de sacarle el compromiso por escrito a Hitler, con la firma del famoso pacto de Múnich.Los meses que precedieron el inicio de la segunda guerra, fue una constante lucha del astuto contra el confiado, del tramposo contra el honrado, del malicioso contra el ingenuo y del hipócrita y perverso contra el honesto y de buena voluntad. Adolfo Hitler, como todos los políticos demagogos, populistas y mentirosos; obvio que no le iba a ser honor a su compromiso, su firma le valía una pura y dos con sal. Después de engañar a ingleses y franceses, invadió Checoslovaquia. Una vez tomado éste país por tropas Nazis, Hitler en un discurso mandó el mensaje de que Alemania no tenía ya intención de atacar a otro pueblo. Naturalmente ya no le creyeron la sarta de mentiras, cinismo y falsedad.Seis meses más tarde atacó Polonia. Inglaterra y Francia declaran la guerra contra Alemania, dando inicio a La Segunda Guerra Mundial. Chamberlain, el bobo y pazguato primer ministro de la Gran Bretaña, tuvo que renunciar, su política pacifista no dió para más (abrazos no balazos). Tomó el cargo el fogoso y previsor Winston Churchill, que desde hacía bastante tiempo advertía al gobierno en turno, del peligroso armamentismo alemán. No le hicieron caso. Ahora tenía que hacer frente a la guerra, con los elementos que tenía a la mano, que era muy inferior al poderoso ejército alemán de más de tres millones de soldados bien equipados.Prácticamente desde hace un año, los rusos han venido acumulando tropas en la línea divisoria con Ucrania y su país. Se estima que hay arriba de 100 mil soldados rusos colocados a lo largo de 1900 kilómetros de frontera común. Ucrania es una nación de más de 40 millones de habitantes, con una extensión territorial superior a Sonora, Chihuahua y Coahuila juntos; los tres estados más grandes de México.Es esta una crisis internacional que, potencialmente podría escalar a niveles mundiales; creada artificialmente por el dictador ruso Vladimir Putin, con más de veinte años al mando de los destinos de Rusia; interrumpido por un breve tiempo en que dejó el puesto pero no el mando, colocando mientras a su cuate Dmitri Medvédev, solo para guardar formas.Putin tiene el perfil psicopatológico del que enferman todos los tiranos asesinos, que ha padecido la humanidad a lo largo del tiempo. A él no le importa la vida ni la seguridad de los rusos (con lo que justifica su agresividad) mucho menos la vida de gentes de otros países. Lo que Putin quiere y, seguramente goza de ello, es causar miedo para alimentar su ego, su personalidad de psicópata narcisista y matón. Sin embargo no es un miedo ficticio, es un temor real puesto que ya se le ha visto actuar en otras ocasiones, una de ellas fue cuando les arrebató por la fuerza a los mismos ucranianos, la península de Crimea. De este robo al pueblo de Ucrania, se van a cumplir ocho años; derivado de este pillaje no reconocido por la comunidad internacional, se calcula que han muerto alrededor de 14 mil personas, relacionadas exclusivamente con este conflicto.Putin como Hitler y todos los demagogos, no es de confianza y, es un potente maniaco del que hay que tener mucho cuidado; estos tipejos zorrunos se atreven a todo. Alguna vez le preguntaron a otro despótico matón que ha hecho historia, Napoleón Bonaparte. Emperador, ¿para usted que tan importante es cumplir un objetivo militar? El chaparro pendenciero contestó: a mi no me importa perder uno o un millón de soldados, con tal de lograr mi propósito. Del mismo modo un periodista de occidente le preguntó a Putin después que se anexó Crimea. Presidente, ¿Cuándo estaba en operación la toma de Crimea, pensó usted utilizar bombas atómicas? Su respuesta fue: si, sin dudarlo, estuve pensando que sí había necesidad, yo iba a ordenar un ataque nuclear con tal de lograr mi objetivo.Sí a Putin se le deja invadir impunemente a Ucrania, sin consecuencias para él, es mala señal. Por otro lado, sí se une parte de la comunidad internacional para defender a Ucrania, también serían de resultados peligrosos para el mundo. Así pues, ubicados entre la espada y la pared, no hay que perder de visita a este sujeto nocivo para la humanidad que, trae puesto el dedo en el gatillo nuclear.