Colima será más fuerte…

0

Por: Jonás Larios Deniz*

Soy de Colima, aunque nací en Jalisco, en Pihuamo Jalisco. Somos muchas las personas que vinimos a encontrar un mejor futuro en el estado de Colima. Vinieron también personas de otras localidades de Jalisco, Michoacán, Guerrero, Oaxaca, incluso, de los estados del centro y norte del país. Llegamos en familia, dispuestos a trabajar y/o estudiar. Las oportunidades educativas, “el estudio”, dice la gente mayor,  es un distintivo de Colima, lo sabemos quiénes venimos “de fuera”, porque allá, las opciones son escasas y de menor calidad. Son varios los modelos educativos que ya existen y marcan pauta en los escenarios educativos regional y nacional: 1. formación centrada en el aprendizaje y en el estudiante, 2. educación bilingüe, 3. curriculum en inglés, 4. contenidos e idioma extranjero integrados para el aprendizaje, 5. formación dual, 6. capacitación para el trabajo, 7. educación para la vida, 8. educación inclusiva, 9. atención a estudiantes con necesidades educativas especiales y 10. formación a estudiantes sobresalientes. Lo anterior con el esfuerzo de las instituciones educativas de todos los niveles y de los ámbitos público y privado. Conviene que el sexenio del gobierno estatal que iniciará en unos días no haga borrón y cuenta nueva en ninguno de los modelos antes referidos, porque se tiene ya mucho camino andado; conviene también que al sustituir al personal que lidera tales proyectos, se emprendan capacitaciones de largo alcance para quienes recién llegan. Ahora bien, es urgente que la educación colimense fortalezca el concepto de inclusión como eje transversal de los servicios educativos en todos los niveles y modalidades. Me interesa destacar dos ámbitos o áreas de la llamada educación inclusiva: Primero. Es impostergable el fortalecimiento del modelo de educación indígena, con profesores bilingües, el uso de libros de texto, materiales traducidos a las lenguas indígenas y alimentación para los estudiantes y sus familias. Segundo. Así mismo, es necesario impulsar las propuestas de educación especial para todos los niveles educativos, en sus dos vertientes: a) necesidades educativas especiales y b) aptitudes sobresalientes. El reconocimiento y atención de la diferencia marcará el camino hacia el progreso sostenido de la sociedad colimense. En este sentido, uno de los retos en materia educativa es la puesta en marcha de un modelo educativo sólido para las personas de origen indígena; así mismo, el fortalecimiento de los proyectos educativos que atienden a quienes viven alguna discapacidad y a las que cuentan con aptitudes sobresalientes. Colima será más fuerte si se educa a los hijos e hijas de trabajadores migrantes indígenas del norte del estado y de otras micro-regiones; Colima será más fuerte si se emprende una estrategia macro para ir más allá de las rampas en los centros escolares; es impostergable la incorporación del braille y del lenguaje de señas mexicano en todas las aulas donde haya ciegos (as), sordos (as) y mudos (as), sean de nivel básico, media superior y superior. Colima será más fuerte si crea un sistema de detección de estudiantes sobresalientes y los impulsa desde el preescolar hasta la licenciatura y el posgrado; por lo tanto, es necesario crear centros de atención y desarrollo de aptitudes sobresalientes de niños, niñas, adolescentes y jóvenes. El rumbo es para adelante, el gasto en educación no es gasto, es inversión.

 

* Profesor-investigador de la Universidad de Colima