Arte y fuerza expresiva en la Escultura

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*Vanguardia en espacios culturales *Obras de Arte contemporáneo en las afueras del Teatro Universitario* Esculpidas en monolitos de tres toneladas cada uno, se aprecian en el exterior

Por: Amador Contreras Torres

Una de las tareas sustantivas de la máxima casa de estudios es la extensión universitaria, en su vertiente de promoción y difusión de la cultura, con lo que se crea un poderoso vínculo con su entorno social y una fuerza expresiva y de comunicación que trasciende los claustros  y espacios universitarios.

De esta manera, se fortalece la interacción entre la universidad y el pueblo de Colima; vigorizando el diálogo permanente de la casa de estudios con la comunidad de la cual surgió desde el 16 de septiembre de 1940, gracias a la visión del entonces presidente de la República, General Lázaro Cárdenas del Río, un gran estadista promotor de la educación  popular, como factor de cambio y emancipación.

La intensa labor cultural y los grupos artísticos de excelencia, le han merecido a la institución un reconocimiento nacional e internacional, congruente  con su visión de futuro y la imagen que proyecta la comunidad académica en su conjunto.

En el campus norte, en el exterior del Teatro Universitario se ubican esculturas monumentales labradas en piedra de tres toneladas cada una. Es arte urbano contemporáneo que es vigente, pero que tiene sus raíces desde el origen del hombre en tanto la escultura en piedra sigue siendo un  genuino medio de expresión del ser humano.

La gente que acude a los eventos culturales y artísticos que, de forma cotidiana, se presentan en el Teatro Universitario “Coronel Pedro Torres Ortiz”, al caminar por este lugar,  tiene la oportunidad de admirar estas singulares efigies talladas en grandes bloques de cantera y que le confieren un rasgo especial a este espacio del campus norte de la Universidad de Colima.

Mediante la escultura, el hombre ha dejado huella indeleble de su paso, a través de las diferentes civilizaciones. La escultura tiene que ver con el signo y el lenguaje. La escultura es comunicación. Por ello, Octavio Paz refiere que “en el libro XIII de los Anales, Tzu-Lu le pregunta a Confucio: ´Si el duque de Wei te llamase para administrar el país su país, ¿cuál sería tu primera medida?´ El maestro dijo: La reforma del lenguaje”. (1)

Las figuras dispuestas en el exterior, fueron labradas,  por artífices de prestigio global de diversos países, de Cuba, Japón, Bolivia, Argentina, México, entre otros. Se recoge así una tradición de vínculo del hombre a través de la piedra.

El espacio, la luz, las formas, el volumen, la textura, son elementos que permiten al artista comunicarse con el espectador. Es, de alguna manera, una “conversación” con el observador de su obra, con el simple ciudadano que transita por ese espacio universitario y lo registra con la mirada. La  ubicación de estas esculturas, supuso un salto cualitativo para el entorno y le dio una nueva dimensión estética  al campus norte de la casa de estudios.

Estas creaciones, le rinden tributo, a la comunicación de los seres humanos  a través de distintas épocas y latitudes. Como bien lo expresó el pensador Terencio: “Nada humano me es ajeno”.

Una de las figuras se llama “Memoria”, del cubano José Villa, y alude, precisamente al diálogo del hombre por medio de la piedra, en todas las civilizaciones, en todos los tiempos.

Por su parte, Dolores Ortiz, de la Universidad de Guadalajara, realizó la obra “Raíces”, una serie de formas geométricas que expresan su pasado personal  y que pretenden ser una síntesis del arte y la sociedad.

La colimense Amalia Benavides Delgado, labró la obra “Conocimiento Edificado”, en la que interpretó sobre la piedra una analogía del individuo, a partir de los nuevos saberes y experiencias; desde el conocimiento adquirido. Las piezas de esta obra, son formas monolíticas que conforme van creciendo, van evolucionando hacía arriba; un ascenso en espiral que apunta a la excelencia.

Caminar por el exterior del Teatro Universitario, es una formidable experiencia educativa, al observar estas esculturas que son una fuerte síntesis del hombre y la ciencia; una evocación del pasado, pero también del anhelo de alcanzar altas metas que han caracterizado a los individuos de todas la épocas, de todos los tiempos.

Evocamos, por ejemplo, las gigantescas pirámides De Keops, Kefrén y Micerinos, En Egipto; las pinturas rupestres en las cuevas de Altamira, en Europa; las pirámides del Sol y la Luna; las gigantescas cabezas olmecas en Mesoamérica y ahora, estas obras que despiertan la admiración de propios y extraños, ya que en este arte, están presentes todos los tiempos. El pasado, pero también el presente y la mirada al porvenir.

Para decirlo sumariamente, este ingente conjunto escultórico, que le confiere un perfil singular al campus norte de la máxima casa de estudios, aparte de sus méritos estéticos, es una expresión simbólica de comunicación y cultura – en este momento concreto- pero sobre todo, es la visión de un pueblo y de una comunidad académica volcada al futuro.

 

1 Paz Octavio. El Arco y la Lira. FCE. Colección  Lengua y Estudios Literarios. Sexta Reimpresión 1986. México. P. 29.