AL DESNUDO

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LA VENGANZA

Por: Édgar Rodríguez H.

Nos es raro que los principales críticos del gobernador José Ignacio Peralta Sánchez  y su administración iniciada a mediados de febrero pasado, sean precisamente los que no ganaron, aquellos que compitieron  en las urnas directa o indirectamente contra él en dos ocasiones y perdieron, la última el 17 de enero. Son más de 6 meses los transcurridos y los adversarios panistas y sus voceros no cejan en anular toda acción gubernamental. Para los Panistas todo lo hecho por ellos, que prácticamente es nada, es bueno. Sin embargo, los hechos no mienten y con el paso de los días lo alcanzado por ellos (panistas), al obtener la mayoría absoluta en el Congreso Local y 8 de 10 ayuntamientos, muy pronto se convirtió en historia, no supieron canalizarlo y por el contrario, los diputados albiazules superaron desde sus curules lo que tanto criticaron a los priistas, el abuso y prepotencia legislativa.

Los panistas, encabezados por el dos veces perdedor en las urnas, Jorge Luis Preciado Rodríguez, siguen en campaña, como si buscaran en tercer raund, la revancha para ellos es venganza por haber sido derrotados, haya sido, como haya sido, con o sin alianzas, por más de 10 mil votos. El PAN, no se ha dado cuenta que los comicios terminaron y que la ciudadanía voto y decidió pese a las campañas sucias que se llevaron a cabo, principalmente, en las redes sociales como nunca antes.

Las declaraciones mediáticas y las redes sociales de los panistas derrotados, siguen siendo el arma principal de para ejecutar su venganza. El candidato perdedor crítica y presuntamente da consejos a quien le ganó, pero no lo hace  con sus correligionarios del Congreso o de los municipios panistas que mucho lo necesitan.

Los colimenses quedaron cansados y decepcionados de la guerra sucia entre los contendientes, el PAN no lo ve así y por el contrario cree que con su crítica o guerra sucia ganará algún día lo que perdió en dos ocasiones. Se le olvidó que después de una contienda electoral, no hay vencedores ni vencidos y se debe trabajar por un proyecto común en beneficio de los colimenses.

Pero los enemigos del gobernador no sólo están pintados de azul, los hay también del color de las siglas que representan al PRI, son aquellos que no fueron, como antaño, beneficiados después de cada triunfo priista. Muchos de ellos pertenecientes al equipo de del ex gobernador Mario Anguiano Moreno, considerado el peor gobernador que Colima haya tenido en su historia.

La inseguridad que padece el estado, ha sido hasta el momento el arma favorita de los panistas, quienes quisieran  que de la noche a la mañana se acabara con el flagelo que no es cosa menor cuando se trata de bandas de delincuencia organizada en disputa por la plaza y el control del tráfico de estupefacientes. No se puede negar que en el mandatario tiene un gran reto y la población pide resultados.

Se dice que…

*Colima es un estado de abusos de poder en donde los diputados, presidentes municipales y rector de la universidad , entre otros funcionarios,  se despachan con la cuchara grande en cuanto a salarios, incluso ganan más que el propio gobernador.

*No es nada raro, ni extraña la declaración del dirigente del Partido Verde Ecologista en el estado, Mariano Trillo Quiroz, quien para obtener dadivas acostumbra recurrir a la amenaza como la que lanzó muy digno al señalar que no hay condiciones para una nueva alianza (con el PRI) rumbo a las elecciones de 2018. Esto luego de conocer la declaración de su homólogo priista Rogelio  Rueda Sánchez, quien consideró que el diseño de las coaliciones de su partido en las pasadas elecciones “fue muy malo”.

*Debe reconocerse cuando la policía cumple con su trabajo y sirve a la ciudadanía. Como la acción que realizaron en Villa de Álvarez  los tripulantes de la patrulla “V-74” la madrugada del viernes al auxiliar a una familia que al regresar de vacaciones encontró trabada la puerta de ingreso a su casa, los elementos policiacos ayudaron hasta lograr abrirla. ¡Buen trabajo!

*Quien enfrenta a la delincuencia debe protegerse ¿o no?