ADELANTADO

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AL DESNUDO

Por: Edgar Rodríguez H.

Con una gran capacidad para anticipar el futuro digna de mejores causas , el fifí regidor panista del cabildo de Colima, Héctor Insúa García, vio venir la pandemia del Coronavirus (Covid-19), pues desde el momento mismo que asumió el cargo el 15 de octubre de 2018 se distanció socialmente de los colimenses poniendo con ellos SusanaDistancia, 1350 kilómetros, al establecerse con su familia en la ciudad texana de Mac Alllen donde regentea un negocio de distribución de frutas tecomenes propiedad de sus parientes políticos. 

Susana Distancia Social no le han impedido cobrar 37 quincenas al hilo ni lo harán con las 35 que le faltan del trienio por concluir en 2021. Con una beca mensual de unos cien mil pesos en la forma de sueldo, prestaciones y canonjías, cualquiera se avienta al mundo empresarial como quien de la siembra de chile pasó a la comercialización de limón, sandía y plátano macho.

Como la máxima cuatroteísta de “no mentir, no robar, no traicionar” todavía no llega a tierras colimotas, casos como el abuso solapado de quien ha cobrado unos dos millones de los bolsillos de los colimenses sin representarlos diga y honestamente en el cabildo capitalino, se siguen presentando a pesar de que como alcalde dejó todo patas pa’arriba,  toda su vida pública ha presumido apego a los principios y convicciones, a la doctrina de su padre ideológico Manuel Gómez Morín y de su madre putativa Elenita Álvarez de Vicencio Tovar.

Al pseudo burgués tapatío que conquistó Colima a donde llegó desde Guadalajara en plan conquistador, le cayó como anillo al dedo la cuarentena decretada como medida preventiva ante el embate inmisericorde del coronavirus COVID-19, pues con mayor tranquilidad se sigue quedando en su casa texana sin tener que venir a Colima  cada dos o tres meses a firmar actas del cabildo de sesiones a las que no asiste. Como en Colima no pasa nada y sucede todo, nadie en el Cabildo ni en los partidos políticos ni en los medios de comunicación ha reparado en la aviaduría del político neo empresario que tantos golpes de pecho como impoluto, honesto y madre de la caridad se ha dado en su vida.

Como nunca es tarde para poner orden y concierto en los asuntos públicos, los regidores del Cabildo de Colima, la Dirección de Auditoría del Municipio  y el Congreso Local, para empezar, deben hacerle devolver al regidor panista ausente, Héctor Insúa García, hasta el último centavo por el cobrado sin devengarlo, y llamar al suplente Bernardo Raigosa Serrano. Pues seguir solapando la aviaduría del ex diputado local y ex alcalde de Colima es corrupción.

A lo mejor no llega a ser necesaria la intervención de los órganos de control porque, en un acto de consciencia, aceptación de su pecado y voluntad de cumplir la pena, Héctor Insúa García devuelve a las arcas municipales  mermadas a últimas fechas por la marcada disminución de sus ingresos, todo el dinero que sin trabajar ha recibido en los 19 meses que van de la administración lochista, y le presenta al Cabildo licencia para retirase del cargo para que llegue quien sí lo desempeñe y le aporte a los colimenses, el médico pediatra  Bernardo Raigosa Serrano.

No hay que perder la fe en que Héctor Insúa García recapacitará y aceptará que nada ejemplar, ni para él ni su familia ni la sociedad colimense que tanto le ha dado,  sino todo lo contrario, ha sido el comportamiento que como regidor ausente ha observado, pues no es ni ético ni moral ni honesto sino todo lo contrario. Sus adinerados parientes políticos cuyos nombres e historias también están de por medio,  podrían compensarle lo que regresara y dejara de percibir en el futuro. Nada más pero tampoco nada menos debe esperarse del sedicente doctor en ciencias políticas.

Se dice que…

*El peje por su gran boca se mete en camisa de once varas a la menor provocación. Hace unos días les tocó el turno a los médicos privados del país a quienes calificó de mercantilistas, corruptos e hijos del neoliberalismo: “Antes los médicos sólo buscaban enriquecerse. Llegaba el paciente, ¿qué tienes? –le preguntaban-. Me duele acá doctor –respondía-. No, qué tienes de bienes”, generalizó como siempre lo hace contra todo lo que a su juicio no le acomoda a su 4T que ha devenido en trasformación de quinta.

*Los  más dolidos con la inmerecida descalificación que de la comunidad médica nacional irresponsablemente hizo López Obrador son los doctores que lo han atendido en un muy exclusivo hospital privado de la ciudad de México y los compañeros y familiares del personal médico que ha perdido la vida dando la batalla al Coronavirus (Covid-19).

*Ante la indignación que su exabrupto provocó en todo el país,  cogido en la marona, fiel a su estilo, López Obrador reculó, pero el mal ya estaba hecho:   “Si lo entendieron así, ofrezco disculpas, pero no fue eso, hablé de cómo los médicos tienen una vocación humanista. Eran médicos Ché Guevara, Salvador Allende; (y a mí) me salvó la vida un grupo de médicos, entonces cómo voy a hablar así de ellos”, expresó el hombre cano que en negra noche para los mexicanos llegó a la Presidencia de la República por culpa de los excesos del prianismo.