¿A QUIÉN CULPAR POR LA INSEGURIDAD?

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Análisis Político

Por: Abel González Sánchez

El lamentable asesinato del ciudadano Ricardo Uribe Clarín ocurrido en el centro de la ciudad capital de Colima en febrero de 2018 fue motivo para que el ex gobernador Ignacio Peralta Sánchez tuviera la decisión al día siguiente de cesar al Secretario de Seguridad Pública y al Procurador de Justicia hoy Fiscal General, más sin embargo ahora Colima tiene muchos muertos por las calles en los recientes meses y pareciera que no hay preocupación ni indolencia, ningún cambio ha trascendido en las estructuras de seguridad.

Con lo anterior, no deseamos interpretar que Nacho Peralta era mejor gobernante o más sensible que Indira Vizcaíno en materia de seguridad, como cuestionan en redes sociales, culpando sin ton ni son, pues el problema de la inseguridad es un asunto serio e influyen muchos factores, éste es un simple análisis del escenario de hace dos años y lo que hoy vivimos a la fecha no se compara, no queremos decir tampoco que la gobernadora está obligada a cortar cabezas sino funcionan, a lo mejor Ignacio Peralta se equivocó por el cese de los funcionarios a bote pronto o sin razonar bien, reconocemos que el escenario es mucho más complejo hoy al igual como se han tenido en otros tiempos aquí mismo en Colima, pero lo que si es cierto es que siempre aparece la misma duda: ¿A quién culpamos realmente por la inseguridad que vivimos hoy los colimenses? Porque los partidos siempre buscan culpables.

Los partidos políticos aunque han favorecido al desarrollo de Colima y del país también son parte de los grandes y graves rezagos sociales como es la propia inseguridad pública que padecemos, y a pesar de que vivimos tiempos complejos ningún partido opuesto a Morena ha culpado hasta hoy a la gobernadora y es lo más adecuado, se comportan maduros, inclusive hasta parecen temerosos nadie de los líderes partidistas locales hablan del tema ni Morena.

Sin embargo Virgilio Mendoza ex candidato a la gubernatura por el partido Verde y presidente de éste partido se atrevió a admitir que Colima vive una situación de inseguridad pública difícil, aclarando que no es privativo de nuestro estado sino que se ha convulsionado en todo el país, agregó que el gobierno federal tendría que hacer una revisión y analizar la problemática, se tiene que reencausar el combate a la delincuencia porque “el estado mexicano no puede ser rebasado por los diferentes grupos delictivos que existen”, donde las entidades y municipios poco pueden hacer, pero coordinados pueden darse mejores resultados, esperando que pueda revisarle el proyecto también en Colima para destinarle más presupuesto. No culpa a nadie prácticamente.

Los partidos y los tres niveles de gobierno deben unirse para atender el problema de la seguridad en Colima, tal como lo visualiza Virgilio Mendoza y no podemos culpar siempre de manera simplista al grave problema de la inseguridad al gobernador o la gobernadora en turno, al alcalde o al mismo presidente del país, aun cuando sean los que tienen la más alta responsabilidad política y social, es cierto que tienen esa gran responsabilidad, pero igualmente la tienen los diputados federales, los senadores, los diputados locales y regidores, y nunca sacan la cabeza para exigir más presupuesto en seguridad y para representar auténticamente a los ciudadanos, siguen aprobando todo por indicación histórica.

En Colima los legisladores federales y estatales siguen sin visualizar que no hay un solo Centro Estatal o Instituto Estatal para orientar y rehabilitar a miles de jóvenes adictos que muchos de ellos se vuelven delincuentes, se pierden en las adicciones y mueren. Por otra parte los policías estatales o municipales carecen de programas de vivienda, armas, equipo de protección, sin seguro médico integral o de vida adecuado, no hay programas de inteligencia policial estatal ni una universidad pública que se interese por la seguridad estatal para autorizar una especialidad policial profesional y lograr tener a policías experimentados, en cambio el Instituto Colimense de Estudios Superiores aprobó la carrera técnica policial pero la administración estatal anterior y sus ex Secretarios de Seguridad anteriores ni les interesó encausar a sus egresados, siguieron contratando a familiares de funcionarios y algunos obreros que se animaron a traer arma, ¿Que nos pasa? El problema de la seguridad pública es complejo no es asunto tan sencillo como si lo es culpar a alguien.