Buscan Evidencia de Sismos y Tsunamis en Cuyutlán

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    En nota de Juvenal Martínez que publica hoy el periódico Diario de Colima, señala que lo anterior fue informado por un grupo de científicos encabezado por Teresa Ramírez, del Centro de Investigaciones de Geografía Ambiental (CIGA) de las UNAM.

    De igual forma, Marcelo Lagos de la Universidad Católica de Chile, así como Ian Hutchinson de la Universidad Simón Fraser, en Canadá, y los estudiantes Néstor Corona y Violeta Rangel, buscan evidencias geológicas e históricas de grandes terremotos y tsunamis en la zona de subducción mexicana en el estado, concretamente en Cuyutlán.

    Recordaron que los sismos grandes ocurren en el mundo cada uno o dos años. “Los tsunamis catastróficos, es decir, olas gigantes generadas por sismos submarinos o por deslizamientos, ocurren con menos frecuencia, y algunos de los tsunamis más grandes se originan en lugares que no parecen peligrosos o inseguros”, señalaron.

    Asimismo, los científicos del CIGA-UNAM, de la Universidad Católica de Chile y de Canadá, buscan evidencias geológicas e históricas de antiguos terremotos y sus tsunamis que permitan determinar si han ocurrido y con qué frecuencia en la costa del Pacífico Mexicano.

    “Hasta ahora no sabemos si han ocurrido terremotos y tsunamis gigantes como el ocurrido en el Océano Índico, por ello, este conocimiento permitirá tener una idea del peligro por grandes terremotos y tsunamis en la región”, explicaron.

    Por ahora, dijeron que las Placas de Cocos y de Norteamérica en la zona de subducción mexicana se encuentran trabadas en la zona de Guerrero, pero que la presión se está acumulando en esta zona y los sismólogos creen que puede romper; “aún no sabemos con qué energía, cuándo y si se puede generar un gran terremoto o tsunami”.

    Revelaron que documentos históricos muestran que han ocurrido sismos grandes que han generado tsunamis en las costas de México, como el del 28 de marzo de 1787 en las costas de Oaxaca; el de 1925 en Zihuatanejo, así como el del 22 de junio de 1932 en las costas de Colima y Jalisco, el del 19 de septiembre de 1985 en las costas de Michoacán y Guerrero, así como el de 1995 y 2003 en las costas de Colima, por citar sólo algunos.

    Por lo anterior, “esta investigación puede ayudar a determinar a grosso modo el intervalo entre grandes terremotos”, reiteran.
    Cabe señalar que a estos científicos no les sorprendería si un terremoto grande y su tsunami ocurren mañana o en varios cientos de años, es decir, muy pronto en términos geológicos.

    Reducir la amenaza del peligro por terremotos y tsunamis por medio del conocimiento del pasado de estos, es el objetivo del grupo internacional que trabaja en la megafalla de la zona de subducción mexicana.