75 años; Una celebración universitaria y de la sociedad

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Por: Amador Contreras Torres

En un acto celebrado en el campus central,  auditorio “Carlos de la Madrid”, el rector José Eduardo Hernández Nava tomó la protesta a los integrantes de la Comisión Universitaria de Festejos del 75 Aniversario de la Universidad de Colima, lo cual será una sobresaliente oportunidad para que la casa de estudios  reflexione sobre su trayecto vital, el pasado construido por muchas generaciones  de colimenses y la mirada al porvenir.

Es importante destacar que esta comisión es fruto de un acuerdo del Consejo Universitario en su última sesión y tendrá como función, preparar los festejos del 75 aniversario, a partir de enero del 2015, para promover y realizar diversos eventos, expresiones y celebraciones más recomendables para festejar el trayecto del mayor proyecto educativo que tienen los colimenses.

La universidad es una institución fiel a su origen cardenista, que ha sido eje de las transformaciones sociales, culturales y políticas que ha experimentado el estado en las últimas décadas, que es oferta educativa de calidad en el nivel medio superior, superior y postgrado –y por ende, instrumento legítimo de movilidad social tal como lo expresa el espíritu del artículo tercero de la Constitución  General de la República.

INTEGRANTES DE LA COMISIÓN

La Comisión de Festejos  del 75 aniversario, quedó integrada de la siguiente manera: Presidente José Eduardo Hernández Nava; Secretario Christian Torres Ortíz Zermeño;  Comité Técnico: José Luis Ramírez, Crescencio Rico, Alfonso Cabrera y Ricardo Silva. Comité Académico: Martha Alicia Magaña, Alfredo Aranda y Luis Miguel Bueno. El Comité de Gestión lo conforman Juan Carlos Vargas, Miguel Ángel Zamora y Elías Flores. El Comité de Comunicación Social, Lupita Carrillo y Victoria García.

La Universidad de Colima es una institución altamente compleja, que ha avanzado junto con el crecimiento del estado y con el desarrollo del país, y que está atenta a los imperativos que plantea la globalización, la revolución del conocimiento y los nuevos escenarios y desafíos que se presentan para la educación superior, como son el financiamiento, la cobertura, la internacionalización, la homologación, la calidad, la movilidad y el intercambio académico.

LOS RETOS DE LA GLOBALIDAD

Pasado, historia, tradición, lealtad al origen popular, pero también visión de futuro, con mucha atención a los retos de globalidad y las nuevas demandas que se expresan en el seno de la sociedad.

Como por ejemplo, la necesidad de llevar a cabo un proyecto  educativo con responsabilidad social, tal como es el ideario filosófico del rector José Eduardo Hernández Nava, mismo que fue planteado desde su mensaje inaugural como rector.

Asimismo, participar en diversas actividades de beneficio comunitario, como el hecho de que la comunidad universitaria se involucre en el combate al virus del dengue, apoyando las campañas instrumentadas por el sector salud, con el apoyo del gobierno del Estado y de los gobiernos municipales, con la conciencia clara y firme de que la sociedad debe involucrarse en las solución de los problemas comunes que aquejan a la sociedad.

De la misma forma, los proyectos ambientales que desarrolla el Ceugea, Centro Universitario de Gestión Ambiental, el Ecoparque Nogueras, el proyecto “ Universidad Verde”, que se realiza en diversos bachilleratos de la casa de estudios.

En esta tesitura, a nadie escapa que es preciso hacer acciones locales que tengan un sentido educativo, como la necesidad ya impostergable de luchar para tener un  medio ambiente más saludable, reforestar el entorno, e impulsar acciones que incidan a nivel global. Cada año, en el Rancho “El Peregrino”, la casa de estudios produce miles de plantas para reforestar el estado de Colima, En estrecha coordinación con los diversos niveles de gobierno y la Conafor, Comisión Nacional Forestal.

Asimismo, se exploran nuevas vías de financiamiento, a efecto de fortalecer los programas de becas; que la trasmisión del conocimiento se oriente a la excelencia, que la indagación en la ciencia tienda al conocimiento de frontera, del genoma humano, la robótica, la biotecnología, todo lo que está surgiendo en los contextos mundiales, pero sin descuidar las necesidades que demanda el entorno local, ya en las ciencias biomédicas ya en las biológicas y agropecuarias; atendiendo las necesidades concretas de la industria o de los campesinos locales.

La Universidad no es una ínsula disociada de su entorno. Lo que es importante para el pueblo es importante para la Universidad. Se hace política, que es la que tiene como razón de ser, el servicio a la sociedad.

Todo lo anterior, se ha logrado, para decirlo brevemente, con un liderazgo democrático, incluyente y plural, con un intenso trabajo de gestión construido en el día a día por el líder de los universitarios, José Eduardo Hernández Nava.

UN PROYECTO POPULAR DE EDUCACIÓN

EL 16 de Septiembre de 1940 se da cima a un proyecto de educación al servicio del pueblo, con el ideario del Presidente de la República Lázaro  Cárdenas del Río de que la educación, la ciencia, la técnica y la cultura deberían estar al servicio del pueblo, todo ello en el contexto de su programa de la educación socialista desde el nivel básico y la creación de esa institución toral para México, que fue la creación del Instituto Politécnico Nacional.

Es en ese marco, que surge la posibilidad de replicar ese esquema de educación en las entidades federativas y se funda la Universidad Popular de Colima, con el apoyo del entonces gobernador Pedro Torres Ortiz y el proyecto técnico a cargo de Rubén Vizcarra.

Con la representación presidencial, el oficial mayor de la SEP, Arnulfo Pérez, pronunció estas elocuentes palabras: “El gobierno les entrega esta universidad que se ha erigido con el sudor del pueblo, para que la ciencia que van a recibir la pongan después al servicio del propio pueblo. Tal es el espíritu de la educación socialista y tal es la enseñanza de la revolución. En nombre del general Lázaro Cárdenas, declaro solemnemente inaugurada la Universidad Popular de Colima, hoy 16 de septiembre de 1940”. Por su parte, el gobernador Pedro Torres Ortiz reveló la histórica placa, en el edificio que fue la sede primigenia, en la antigua casona  ubicada al sur de la ciudad; en 20 de Noviembre y Revolución, al sur de la ciudad, en donde hoy funciona el Archivo Histórico y la Hemeroteca de la U de C.

Existían fuertes intereses creados. Apenas hacía unos cuantos años que se había acabado el estruendo de los combates de la revolución mexicana y todavía persistían en el alma colectiva, resonancias del pensamiento conservador del antiguo régimen, del porfiriato.  Una de esas ideas, era de que no había mucha necesidad de que las clases populares se educaran, se capacitaran.   Esto, es el poder económico local, en ese momento, percibía la educación popular, como una amenaza más que una oportunidad. Todo eso, paulatinamente, se fue superando con el trabajo creciente de toda la comunidad universitaria, la visión y la pasión de cada uno de los rectores y el apoyo financiero de los gobiernos federal y estatal.

Sin duda alguna, una de las fortalezas con que cuenta la Universidad de Colima, es la FEC. La Federación de Estudiantes Colimenses, fundada en 1955, por un grupo de estudiantes de diversos planteles de Colima. Por la lucha que siempre, de forma generosa, ha dado la FEC en la defensa de la educación popular, sin duda que hoy como ayer, la FEC es formadora de cuadros y es una fortaleza que tiene la casa de estudios, para enfrentar cualquier asechanza que pretenda vulnerar la autonomía universitaria.

A ese evento inaugural, en 1955,  vino un líder estudiantil de Guadalajara, José Guadalupe Zuno Arce, miembro de una distinguida familia que siempre creyó en el ideario del nacionalismo revolucionario. Entre los dirigentes fundadores de la FEC, estaba Humberto Silva Ochoa, quien, con el tiempo, se convertiría en rector.

En 1940, cuando se fundó la Universidad Popular de Colima, había resistencias de carácter ideológico y político. La derecha local lo simpatizaba con la idea de una universidad para las clases populares. Había que luchar contra todo eso. Vencer inercias, ir contra el status quo, que aconsejaba el inmovilismo. La educación fue un formidable instrumento de cambio social. Por eso es más luminosa la visión del cardenismo para crear esta casa de estudios. No fue la primera vez que hubo que luchar contra la corriente en este magno proyecto de muchas generaciones de colimenses. En 1976, el entonces rector Alberto Herrera Carrillo hubo de vencer muchas resistencias locales, en diversos gremios de profesionales, en un entorno político muy conservador, para hacer posible la creación de la Facultad de Medicina. Desde luego que había resistencias, había intereses creados y fue necesario un intenso trabajo político de construcción  de consensos, de cabildeos y de gestión ante diversas instancias del gobierno federal para hacer posible el arranque de la escuela de medicina.

En esa tarea, lo apoyaron en forma operativa, sus colaboradores más cercanos del licenciado Herrera: Humberto Silva Ochoa, Juan José Farías Flores, Arnoldo Ochoa González, Fernando Moreno Peña, Jesús Zepeda Álvarez, entre otros. Lo acertado de este proyecto, es que hoy en día, esta facultad tiene un gran prestigio en el contexto de la educación superior del país y sus postgrados son considerados, de calidad en los parámetros de la SEP y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.

LOS PRIMEROS AÑOS

Los primeros años fueron de crecientes dificultades financieras. No fue fácil consolidar este proyecto. Los primero planteles fueron una escuela secundaria, la Normal, Química y Farmacia; Enfermería y Obstetricia, educadoras para jardines de niños, apicultura, sericultura y economía doméstica. Este fue el modesto punto de partida, pero el proyecto estaba fraguando hasta llegar a ser lo que es hoy.

La primera escuela de educación superior que se funda es la de Derecho, en 1958. En la primera generación egresan apenas 12 abogados. Pero, la semilla de la educación superior con calidad, ya estaba sembrada. En 1962, el entonces gobernador Francisco Velasco Curiel otorga la autonomía universitaria, que es la base para el autogobierno, la libertad de cátedra, la autogestión universitaria, pero con transparencia y rendición de cuentas. Cada rector ha enfrentado sus propias encrucijadas y le ha abonado a este proyecto colectivo que pertenece al pueblo de Colima. La modernización de la casa de estudios, se produjo en tiempos del presidente Luis Echeverría Álvarez, siendo gobernador don Pablo Silva García. Después tuvo un importante momento con Humberto Silva Ochoa, quien impulsó un ambicioso programa social que se llamó “La Universidad al Pueblo”.

Posteriormente, la casa de estudios, se ha ido consolidando siempre en  una trayectoria ascendente, con  un esfuerzo que ha sido preservado, duplicado y fortalecido por los siguientes rectores: Fernando Moreno Peña, Carlos Salazar Silva, Miguel Ángel Aguayo López, Ramón Arturo Cedillo Nakay y el actual, José Eduardo Hernández Nava.

Yo recuerdo, que en una ocasión, el rector de la Universidad Autónoma de Guadalajara, Juan José Leaño Reyes, me preguntó  por el campus norte y en que periodo rectoral se había construido. Me dijo que “era un campus moderno que no desmerece junto a los mejores campus de las universidades del mundo”. Yo le contesté que el campus norte se había construido en el periodo rectoral de Carlos Salazar Silva.

Hoy, a 74 años de su fundación, la universidad de Colima es  vanguardia de la educación superior nacional, cumple a plenitud sus tareas sustantivas en la docencia, en la investigación científica y en la extensión universitaria, es una institución con egresados de primer nivel, abierta a la dinámica del intercambio académico y de la movilidad internacional.

En resumen, la celebración del 75 aniversario de la casa de estudios, que se cumplen el año próximo va a ser una valiosa oportunidad para que la comunidad universitaria reflexione sobre sí misma y su vigorosa interacción con la sociedad, para que todos, los estudiantes, los egresados, el pueblo en su conjunto participemos y aportemos sobre el perfil de la casa de estudios para el porvenir, un proyecto histórico que pertenece a los colimenses, que mantiene intactos los principios que le dieron origen; un proyecto que proteger sus fortalezas y saberes acumulados; un proyecto con viabilidad en el tiempo, que se renueva y actualiza todos los días y defiende con vigor y pasión la autonomía universitaria.