UNA NOCHE EN CULIACÁN

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Por: André Marín

El sábado en Sinaloa se jugará un partido que puede marcar el rumbo de muchas cosas. El Dorados-América se vuelve fundamental para Suárez y Ambríz.

Hay una abismal diferencia entre uno y otro. Los locales están en terapia intensiva tratando de salvar su permanencia en primera división. Lo hicieron muy bien para lograr ser equipo del máximo circuito, pero tienen muchas cosas en contra; entre otras, el famoso porcentaje.

En estos momentos los Dorados necesitan ganar ocho partidos para tener chance.

Y resulta que el partido contra el América significa un auténtico tanque de oxígeno para el señor Luis Fernando Suárez, quien llegó a nuestro país con muy buenas cartas credenciales, pero que no ha entregado resultados.

Enfrente el poderoso América, el equipo que la semana pasada se autonombró como el campeonísimo del futbol mexicano. Y resulta que sumando los últimos fracasos su entrenador está contra las cuerdas.

Ambríz perdió el último Clásico contra Chivas en el Azteca, Ambríz fue eliminado por Pumas en la liguilla, Ambríz hizo un papelón en el mundial de clubes y el sábado Ambríz fue vapuleado por el Pachuca y se llevó una goleada.

En pocas palabras, el partido del sábado entre el más ganador de la historia y el más débil del momento nos puede entregar al primer técnico cesado del torneo.

Si Dorados pierde la directiva tendrá que hacer algo urgente para encontrar el milagro de la permanencia.

Si América pierde la directiva tendrá que hacer algo para salir del ridículo en el año del centenario.

Ambos entrenadores aceptaron sentarse en un lugar donde la presión sería altísima y ahora deben entregar cuentas porque de no hacerlo perderán su trabajo.

La obligación de Suárez es salvar a Dorados. La obligación de Ambríz es ganar todos los torneos que dispute.

Durante esta semana ambas directivas ya deben estar trabajando en el plan B en caso de una catástrofe el fin de semana. Por diferentes circunstancias ya deben haber hablado con algunos técnicos, a los cuales les pidieron observar a los equipos, revisar videos, ver con lupa el plantel y estar preparados para una llamada por ahí de la media noche del domingo.

Lo siento por alguno de los dos, pero el perdedor es muy probable que pierda su trabajo y la próxima semana esté de vacaciones.

Todo puede pasar en una noche en Culiacán.

Twitter: @andremarinpuig