Un voto por la democracia

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Por: Priscila Marisol Casillas de la Rosa*

A propósito de las próximas elecciones del 7 de junio he escuchado diversos comerciales del Instituto Nacional Electoral donde invitan a los ciudadanos a votar. Lo que mucha gente no sabe es que ir a votar no es solo escoger a cualquiera de los candidatos en la papeleta,  también existe la posibilidad de anular la papeleta de manera voluntaria sin otorgar voto alguno a cualquiera de los contendientes en forma de protesta.

El fenómeno del voto nulo es una expresión del rechazo hacia la política del país y hacia los partidos políticos, es una manera de decir “¡No estoy de acuerdo!”.  Se debe regular e incentivar la participación ciudadana a través de la opción de abstención activa, es decir ir y anular el voto. No se puede hablar de democracia cuando  aun es alto el porcentaje de abstención pasiva (no ir a sufragar), en las elecciones federales de 2012  un 36.86% de ciudadanos no emitieron voto alguno. [1]

Incentivar la anulación del voto, sé que suena ridículo en la oligarquía en la que México vive. Las elecciones serían más democráticas, sí estos votos se tomaran en cuenta, las personas irían a votar, porque sería un voto en contra no solo de la política mexicana, sino un voto en contra del sistema en el que vivimos.

Pensamos que el voto no tiene fuerza alguna, pero el ciudadano mexicano está despertando y está cansado de lo mismo de siempre. Todos roban (unos de una manera más inteligentes que otros) pero todos son lo mismo.  Ya no existe ni izquierda ni derecha, ni mucho menos un partido central, ahora todo se basa en señalar lo que está mal en el otro, sí, como si se tratara de niños de primaria.

El voto nulo tomado en cuenta per se como voto cambiaría muchas cosas, por ejemplo: ¿qué pasa si a nivel federal existe una mayoría de votos nulos frente a los votos efectivos? Es exactamente esta pregunta el punto medular del asunto, pues si de 100 personas que salen a votar en un punto extremista 99 anulan si voto y uno lo emite lo

que pasará es que ganará el partido por el cual esa persona voto , entonces ¿vivimos en una democracia? Es burdo mi ejemplo pero es claro, no se puede en la seudodemocracia  en la que vivimos poner la decisión de las minorías sobre las de las mayorías.

Por lo anterior se deben plantear normativas en las cuales se convoque a nuevas elecciones, en las cuales los candidatos que participaron en la primera contienda no vuelvan a participar pues de manera evidente existió un rechazo ciudadano.

No se puede hablar de democracia cuando no se toma en cuenta el silencio de la inconformidad, pues si bien es nuestra responsabilidad votar, no es obligación votar por los candidatos que los partidos nos imponen esto último sería una grave violación a nuestro derecho de libertad. Suena idealista y descabellado, pero como mexicana aún tengo fe en que el país cambie tal y como lo han hecho otras naciones.

 

*Estudiante en la carrera de Derecho en ITESO

e-mail: [email protected]

 

[1] http://www.ife.org.mx/documentos/OE/participacion2006/graficas/gra_nac.html 12 de noviembre de 2012