Por André Marín
Sin ser un día de campo, la prueba de hoy para la Selección Mexicana de futbol no debería tener mayor complicación. Partiendo de la base de que si fuera un partido de hockey no tendríamos nada que hacer, en temas de futbol soccer las diferencias son abismales a pesar de visitar un país primermundista y con una economía envidiable.
El deporte más popular del planeta ha mejorado en Canadá en los últimos años. Cada día hay más interés, más patrocinadores y más jóvenes que gustan de practicarlo.
Sin embargo, no tienen liga y los talentos que surgen desde el colegio no tienen dónde seguir a los 18 años.
Lo han intentado con entrenadores europeos y ahora con Benito Floro su aspiración sería llegar al hexagonal, con eso se darían por bien servidos.
México llega a Vancouver a jugar en pasto sintético, lo cual no es pretexto.
México llega como visitante, lo cual no es pretexto.
México no ha jugado nunca con el equipo que saltará mañana a la cancha y tampoco es pretexto.
La realidad es que lo de mañana en una de las ciudades más bellas del continente es un simple trámite para ganar tres puntos y rematarlos el martes en el Azteca para asegurar el boleto a la siguiente fase de la eliminatoria mundialista.
Juan Carlos Osorio puede hacer lo que le dé la gana con su alineación y aún así van a ganar.
La Selección Nacional es abismalmente mejor que los enemigos de la hoja de maple.
Así que con Márquez de contención, Layún de lateral izquierdo, línea de cuatro o de cinco o de tres la diferencia se notará ampliamente en el terreno de juego.
Así pues, querido aficionado, lo de mañana es un simple trámite canadiense en un partido preparatorio para la Copa América y para encarar de mejor manera el hexagonal final de la Concacaf, donde desde hace mucho tiempo advertimos que México no tendrá ningún problema.
Si quiere, evite ver el partido de mañana. Nada interesante nos ofrecerán en el campo sintético de un bellísimo estadio.
Twitter: @andremarinpuig