Por: Gustavo L. Solórzano.
Si esos jóvenes llegan aquí, sabrán que antes de ser gobernador, soy hombre. Profesor Pablo Silva García. En alusión a la posibilidad de que estudiantes tomaran palacio de gobierno.
Algunas personas son tan predecibles, como los peces en el río, lanzamos la carnada y muerden el anzuelo.
Aun cuando faltaron muchos en nuestra mesa, el creador y dador de vida nos permitió cerrar el año y recibir el nuevo ciclo. Deseo que con las nuevas oportunidades, conservemos también la sanación emocional, esa, sencillamente no tiene precio. Y elevo una oración por los que viven en nuestro corazón.
Vienen tiempos electorales y habrá quien se deje motivar por una despensa, luego entonces, se volverá un duro, agresivo y hasta irracional defensor de tal o cual partido. Otros, ante la promesa de una chamba, buscarán denostar al candidato contrario a sus intereses, habrá quienes naveguen un día con un rumbo y otros en favor de la corriente, también existen aquellos pensantes, sensatos, que seguirán buscando el bien común. Finalmente pasará lo que tenga que pasar, por ello, es necesario tener en cuenta algunos aspectos que le solicito a usted, amable leyente, me permita compartirle:
Los candidatos serán quienes designe cada partido, o sea, ni usted ni yo, número dos, quienes ganen o pierdan, serán ellos, ni usted ni yo. Número tres, quienes cobren el buen sueldo, serán los candidatos ganadores, o sea, ni usted ni yo. Quienes habrán de mejorar su modus vivendi, en primer término, serán ello, ni usted ni yo. Beneficios, logros, canonjías, mejor casa, mejor vehículo, mejor alimentación, viajes, convivencias, lujos, dispendios, y un montón de etcéteras, son para los que ganen. Ni para usted que amablemente me lee, ni para mí.
¿Me explico? Es insano, inmaduro, e incluso doloso, pues representa una muestra de pobreza en nuestro criterio, de inseguridad, y hasta de minusvalía, defender o atacar a un partido o a un candidato. Insisto, claro está, se podrá defender si el agraciado es miembro de la familia del defensor o se tiene la ilusión de recibir un dulce, jugoso y tierno chayote. Es decir, mochada, puesto o dádiva, de no ser así, triste papel harán quienes pierdan amistades, familiaridad y sana convivencia, por un extraño en la vida de los ingenuos defensores. Insisto, evitemos mostrar el cobre.
¿Se imagina? Entrar en la tormenta de otros, caer en su juego, defender lo indefendible, enfrascarse en una discusión sin más argumento que ser militante de tal o cual partido. Claro que nadie en su sano juicio lo haría, pero bueno, puede suceder, pues así como hay feligreses más papistas que el papa, existen personas más partidistas que su propio partido. Solo basta entrar a las redes sociales y nos damos cuenta de cuanta gente necesitada de afecto, de atención y de ser tomada en cuenta, existe.
Por ello es necesario ver la vida con alegría, y tomar las cosas de quien vienen, evitemos incomodarnos por bagatelas y sobre todo, ponderemos el bienestar de nuestra familia. Cito una frase que comparte Cesar Larios, mi gran amigo y hermano, al interior de un dilecto grupo de extraordinarias personas, dice así: «La vida a veces duele, a veces cansa, a veces hiere. Ésta no es perfecta, no es coherente, no es fácil, no es eterna; pero a pesar de todo: la vida es bella».
Por cierto, cuando pueda vea la película La vida es Bella, toda una enseñanza.
ABUELITAS:
“Todo en el Universo es matemáticamente preciso y cada número tiene su propia energía, vibración y significado. La colocación de números en una secuencia tiene un significado especial, lo que damos, recibimos.” Pitágoras
*Las opiniones expresadas en este texto de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles CN COLIMANOTICIAS.