TONALTEPETL

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Por:  Gustavo L. Solórzano.

Sentida la queja de Fernando Rivera Cortés, dirigente de la diversidad sexual del PRI de Tecomán. Lo anterior en el sentido de que existe un “alto índice de homofobia” de manera marcada en lo laboral y  en la administración pública. Además de tener razón, sus palabras se quedan cortas, pues existe discriminación en muchos otros aspectos de la vida pública, labora y política de nuestra sociedad. Es necesario entender que la discriminación ocurre cuando se trata a una persona con notoria  consideración moral, menos que a otro, o se le trata peor que a otros por una razón injustificada. Existe discriminación contra determinados seres humanos basada en su sexo, color de piel, preferencia sexual, y por muchas otras razones.

Al respecto, en Paris, el 10 de diciembre de 1948 se aprobó la Declaración Universal de  Derechos Humanos. Misma que está fundamentada en el principio de que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana. La misma declaración señala que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”. Sin embargo y no obstante lo anterior, la igualdad de derechos no ha sido una realidad y la discriminación es un fenómeno que se ha presentado a lo largo de toda nuestra historia.

En ese sentido, se ha venido afectando gravemente a nuestra sociedad, lesionando a individuos y a grupos que se han visto afectados en el goce de sus derechos y que han padecido de manera crónica los efectos del abuso constante y de la discriminación sistemática y estructural en su contra. Peor aún, muchos han perdido la vida por defender su derecho a ser.

Para no ir tan lejos, en el ámbito partidista sucede lo mismo, si una persona es del pin y tiene cargo, no contrata a los del pum ni a los del pom. Es decir, los unos evitan relacionarse con los otros, meramente por eso, por ser de un partido distinto, lo demás se va a la basura, preparación, experiencia, etc.

Lamentable, infantil, censurable y peligrosamente posesivo, por donde se vea. El sentido de pertenencia ha sido equivocadamente conceptualizado y por ende, ha costado dinero, propiedades y vidas. Lo he señalado, ni la vida misma nos pertenece, menos un cargo, propiedad o persona, sin embargo, mucha gente no lo quiere ver así y se aferran a lo que consideran suyo. Fíjese usted, hasta el año 2001, se incluyó en la Constitución (artículo 1º) la prohibición expresa de la discriminación, publicándose en el 2003, la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación. Es lamentable saber que, existen profundos prejuicios discriminatorios, mismos que provocan división social, maltrato y falta de igualdad, afectando de esta manera los derechos y libertades de millones de personas y de diversos grupos en nuestro estado y en nuestro país.

¿Usted ha sufrido discriminación? Porque yo sí

ABUELITAS:

Hago un atento llamado a los servidores públicos de la nueva administración gubernamental, para que se sumen en el construir de una nueva sociedad, sirviendo sin distingos y con respeto. Es necesario que la sociedad sienta el respaldo de aquellos que han recibido su confianza. Finalmente es el pueblo de quien emana el poder y nada es para siempre. Trabajemos, gobierno y sociedad, por Colima y por México. Es cuánto.