TONALTEPETL

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Por: Gustavo L. Solórzano

De la adversidad surgen maravillas.

Seguramente estará usted que amablemente me lee, de acuerdo en que los guisos de nuestra madre eran sin duda el mejor regalo para el paladar. En casa, era común recibir visitas que gratamente llegaban a la hora de la comida, mi madre siempre tenía guiso de más “por si se ofrece”, decía. Era una delicia disfrutar no solo de la comida sino también de la compañía, seguro por eso jamás me ha gustado comer solo.

Agradezco que aprendiera de mis padres a dar sin esperar y a servir de corazón. Así eran también mis maestros de  primaria y secundaria, hombres y mujeres llenos de generosidad y compromiso humano.

Derivada del latín, la palabra generosidad  latín generosĭtas, generositātis es sin duda un don que distingue a las personas.  Colima, del ochenta y cinco para atrás era otra, su población era nativa y tenían la particularidad de conocerse, de darse la mano ante cualquier adversidad. El señor que pedía limosna, la señora que andaba cargando a un niño con la receta médica, el que sufría una caída, etc. Siempre había alguien dispuesto a dar la mano a otra persona que necesitara. No me queda claro que nos pasó, sin embargo parece que la filantropía, el ser caritativo se perdió.

Hoy la gente se ha vuelto desconfiada, apática y hasta agresiva cuando alguien les pide. Al margen de haber sido humanos comunes y corrientes, gente de la talla de Josefina Carrillo de Chávez, Jorge Asaam, Jaime Morales, Rafael Briceño Ramírez,  Raúl Cortes y tantos otros, hacen falta en éste Colima del presente.

Es cierto, lamentablemente existen personas que han abusado de la buena fe de otras y eso ha generado la desconfianza, por otra parte, pienso que afortunadamente son las menos y en nuestro bello estado aún quedan personas buenas y dispuestas a dar sin esperar nada a cambio.

Es necesario motivar al voluntariado individual y comunal, al altruismo, la solidaridad y la filantropía. “En la tierra hace falta personas que trabajen más y critiquen menos, que construyan más y destruyan menos, que prometan menos y resuelvan más que esperen recibir menos y dar más que digan mejor ahora que mañana.” Tal y como lo señaló Ernesto “Che” Guevara de la Cerna. Humanistas en toda la extensión de la palabra y no divas de la burocracia que solo vean por sus propios intereses. Aquellos que trabajan para sí mismos, los individualistas, no deben tener cabida en una sociedad como la nuestra, es necesario integrar, unificar criterios para un bien social sin protagonistas que solo buscan llevar agua a su molino. 

Por eso, reconozco a la Unión de Choferes en Movimiento de Villa de Álvarez que representa Horacio Torres, y al empresario Héctor Ceballos, quienes habrán de ofrecer servicio gratuito de transporte a los médicos y enfermeras que laboran en las diferentes instituciones de salud.

El horno no está para bollos, es cierto, aunque también es cierto que no da el que tiene sino el que quiere. Bien por los taxistas de éste gremio, ojalá los demás hagan lo mismo.

ABUELITAS:

El gobierno del estado sigue trabajando en bien de los colimenses, despensas, termómetros, cubre bocas y algo muy importante, se reanudaron las clases de manera virtual y televisiva para nuestros educandos. En Colima, todos nos necesitamos, es cuanto.