TONALTEPETL

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Por: Gustavo L. Solórzano

Después de limpiar el malojo  de  un árbol que está afuera de mi domicilio y darme un santo porrazo cumpliendo la encomienda; por cierto, me senté para descansar. Apenas pasaban las cuatro de la tranquila tarde cuando el silencio se vio abruptamente interrumpido por un sacudión de la cortina metálica  aledaña y las ventanas de casa vibraron como si fueran a quebrarse. Más rápido que aprisa me levanté del cómodo banquito para indagar que había pasado, tembló, me pregunté… casi de inmediato el vecino salió con un ligero color  parecido al de la cera que se usa en las veladoras, o sea pálido. Al fondo de la construcción que ocupo por casa escuché la voz de mi esposa que con toda calma me dijo, “seguro fue el volcán”. Bastaron unos pasos para darme cuenta que efectivamente, una columna humo-vapor proveniente del cráter de Tonaltepetl, se erguía en completa libertad hacia el infinito.

La noticia se extendió rápidamente y los comentarios al respecto  viajaron a la velocidad del internet. Por segundo día consecutivo el coloso nos mandó un aviso; sin duda es tiempo de poner las barbas a remojar antes de ver las del vecino cortar. Una columna que superó los cuatro kilómetros incluyendo la expulsión de flujos piroclásticos, fue el resultado real según el reporte que publica esta casa editorial.  La realidad es que el Titán de fuego no ha dejado desde hace años su actividad, incluso no es la primera vez que los colimenses minimizamos  este tipo de fenómenos y desatendemos las recomendaciones, más allá de ello, está la situación verdadera que no solo debe, sino que obliga  a todos los colimenses para que estemos enterados y preparados ante una eventual erupción de grandes magnitudes.

Importante estar enterados, mas importante evitar rumores o falsos comentarios que pongan en peligro la ya de por sí, alterada estabilidad social. Linterna, cubre bocas, documentos personales, radio portátil, agua, alimentos no perecederos, etc. Son solo algunos elementos que Protección Civil ha sugerido en otras ocasiones, por si las dudas. Claro está, evitar compras de pánico e innecesarias, evitar comentarios imprecisos o de dudosa procedencia, etc. Entender que la naturaleza tiene su ciclo y que es muy probable que nos toque el maravilloso espectáculo de una erupción  completa.

Cambiando de tema, la gasolina y quienes están detrás de todos lo que ello implica, siguen dando de qué hablar. No es para menos, las promesas no cumplidas terminaron por reventar el silencioso respeto social más que el mismo aumento. Para colmo las disculpas no pedidas terminaron por resultar en acusación manifiesta y por su parte, en Colima un diputado de acción nacional dice que no está de acuerdo en rechazar el bono adicional que les otorga el congreso además de su sueldo, porque es legal y a ellos también les “pega lo del gasolinazo”. Bueno, que oportunidad para hacer deporte y usar la bicicleta o nuestro “doch” como decíamos de niños. Si no le dije feliz año, aprovecho, Felicidades. Es cuánto.