TAREA POLÍTICA

0

JUSTICIA ELECTORAL

Por: José Luís Santana Ochoa

A Rigoberto Salazar Velasco se le han venido los ultras peraltistas encima  porque simple y llanamente hizo la tarea que le correspondía a la inoperante Fiscalía Especializada  para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE): Autentificar como suya la voz que ordenaba respaldar al candidato de la triple alianza PRI-PVEM-PANAL a la gubernatura del estado 2015-2021, José Ignacio Peralta Sánchez, para que ganara la elección y se cumpliera así la regla no escrita de que “gobernador pone gobernador y presidente pone presidente”, tal como lo hizo en su comparecencia ante el Congreso del Estado el martes anterior. Más que estratégica jugada atribuida al muy limitado de entendederas todavía por cinco días más gobernador Mario Anguiano Moreno, para frustrar la entrega del mando a JIPS,  la descarada y cínica confesión hecha por el comalteco fue producto del triunfalismo eufórico que provocó entre los priistas de viejo cuño el primer dictamen del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que  ratificaba la truqueada victoria por 5OO votos del sobrino del editor.

Rigoberto hizo en un minuto lo que el Fiscal Especializado Santiago Nieto Castillo no quizo hacer en cuatro meses para “investigar, perseguir, prevenir y combatir la comisión de delitos electorales”, como el que finalmente reconoció por boca propia el lengua suelta Salazar Preciado. La “fuerza ministerial especializada y capacitada en la materia que de oficio o vía denuncia puede iniciar averiguaciones previas y/o actas circunstanciadas con el sistema tradicional y carpetas de investigación en el nuevo sistema para combatir la comisión de ilícitos”, de Nieto Castillo, valió para una pura y dos con sal, pero gracias al lenguaraz  Secretario de  Desarrollo Social del Gobierno del Estado fue que se hizo justicia electoral en Colima, por lo que más que satanizarlo hay que reconocerle su valiosa contribución a la justicia electoral necesaria para la buena salud de la democracia colimense.

Salazar Preciado no fue el único funcionario anguianista que contribuyó a la anulación cuatro a dos de la elección de gobernador. También el Procurador de Justicia del Estado, Marcos Santana, tuvo una gran aportación al perseguir con los experimentados en mapachadas electorales agentes a su indigno cargo,  a los promotores del voto a favor del ex candidato del PAN a la gubernatura del estado, Jorge Luís Preciado Rodríguez. Haberlos encausado como presuntos delincuentes electorales hizo que éste viera seriamente disminuida su capacidad de proselitismo y movilización electoral, todo lo cual pasaron por alta las autoridades electorales locales, IEE y TEE, y el mismo TEPJF a quien hasta el final de la historia le cayó el veinte, tal y como lo asentó la resolución definitiva el magistrado ponente Manuel González Oropeza, y mejor lo resume su par María del Carmen Alanís al asegurar  que “quedó demostrada la injerencia del gobernador  al implementar un operativo a favor de un partido político en plena campaña electoral. Se demostraron las declaraciones del procurador que buscan intimidar al electorado y que tenemos la convicción de que la actuación del procurador incidió en el proceso electoral”.

En ningún momento el entonces candidato del PRI-PVEM-PAN, José Ignacio Peralta Sánchez, que a toro pasado se rasga sus multicolores vestiduras por la intervención del todavía Secretario de Desarrollo Social marista, Rigoberto Salazar Velasco, condenó el hecho, mucho menos la detención por parte del procurador de justicia de los activistas preciadistas, otorgando al callar su visto bueno al abuso que hicieron dos funcionarios anguianistas de primer nivel para ayudarlo en su muy desangelada campaña política. Uno de los suyos, el veleidoso ex alcalde nominalmente panista de Coquimatlán, Salvador Fuentes Pedroza, le recriminó públicamente a su partido el haber expuesto a la acción de la justicia marista a los detenidos por Marquitos Santana. Así de convencidos estuvieron José Ignacio y su gavilla de la legalidad de la intervención del gobernador del estado a través de dos de sus funcionarios de primer nivel en el proceso electoral que provocó su anulación por el TEPJF.

Desesperado de saberse cuesta abajo en la contienda por la gubernatura del estado, José Ignacio Peralta Sánchez se acogió a Mario Anguiano Moreno para asegurarse el respaldo de su mal gobierno, el financiero incluido, mismo que al final del litigio electoral le resultó contraproducente. Hay que recordar sus comedidas declaraciones al desempeño de MAM a quien todo le aprobaba y aplaudía. Ahora trata infructuosamente de deslindarse de él, tiene todo el derecho a patalear, pero no a hacerse inocente víctima de los abusos que para favorecerse el mismo Peralta Sánchez propició.

EL ACABO

  • Gracias al Secretario de Desarrollo Social, Rigoberto Salazar Velasco, y al Procurador de Justica, Marcos Santana, el panista Jorge Luís Preciado Rodríguez no tuvo necesidad de recurrir a la Corte Intergaláctica en busca de justicia electoral como se lo recomendaba su adversario político José Ignacio Peralta Sánchez.
  • La moneda que siempre estuvo en el aire cayó con la cara azul y blanco del PAN boca arriba.
  • El tiempo y la oportunidad para la alternancia política en la gubernatura del estado ha llegado. Todo es cuestión de voluntad y decisión para concretarla.