SOLILOQUIO

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Embarazos adolescentes

Por: Yaret Ramos Vallett

El pasado 12 de agosto se celebró el Día Internacional de la Juventud y el INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) presentó algunas cifras estadísticas para el estado de Colima, donde se destaca que según la Encuesta Intercensal 2015, en esta entidad residían 186 mil jóvenes de 15 a 29 años, monto que representa el 26.1 por ciento de la población total.

Pero la cifra que más llamó mi atención es que en 2014, se registraron en Colima 13 mil 303 nacimientos, de los que el 18.3 por ciento, es decir 2 mil 434 corresponden a mamás de entre 15 a 19 años; mientras que la Secretaría de Salud y Bienestar Social de Colima informó que en 2015 se registraron 2 mil 170 embarazos adolescentes, categoría que se les da a las menores de 19 años.

Aun cuando disminuyó la cifra de un año a otro, me parece alarmante el número de jovencitas que se han embarazado cuando todavía su cuerpo no ha llegado al pleno desarrollo que se requiere para la maternidad, lo que pone en riesgo su salud, su vida y la de su bebé. Además de que tienen que hacerse cargo de otro ser humano, cuando ellas todavía necesitan cuidados de sus padres.

Los adolescentes se han vuelto cada vez más precoces en este tema y más rebeldes, pues de acuerdo a las estadísticas en Colima, la edad promedio en que los jovencitos tienen su primera relación sexual es a los 15.7 años y el porcentaje que conoce métodos anticonceptivos es del 95 por ciento, pero lo verdaderamente trágico, es que sólo el 60 por ciento los usa. Así que algo está fallando.

La pregunta es ¿De quién es la responsabilidad ante tal situación? Algunas personas pensarán que de los adolescentes que tuvieron relaciones sexuales sin la protección debida; otros me dirán que de los padres de esos jovencitos, pues no les dieron la educación sexual adecuada; hay personas que dirán que es del gobierno al no crear programas eficientes para evitar que las adolescentes se embaracen, incluso hay muchos que expresarán que la responsabilidad es de los medios de comunicación, pues cada vez se promueve más a la mujer como un objeto sexual en televisión abierta y hay mayor acceso a la pornografía por el internet.

Para mí la responsabilidad es de todos.

Los padres deben tener una mejor comunicación con sus hijos desde temprana edad al inculcarles que su cuerpo es sagrado y así como les dicen que no deben dejarse tocar por ningún adulto, deberían decirles lo mismo al llegar a la adolescencia y no entregarlo a cualquiera, aun cuando les pidan la famosa “prueba de amor”. A veces parece que los padres les tienen miedo a sus hijos y por ello les dejan hacer lo que quieren.

Las adolescentes en el afán de llamar la atención y verse mayores se maquillan y se visten con ropa, cada vez más diminuta que ya no deja nada a la imaginación, mientras que los jovencitos sólo usan a las chicas, dejándose llevar por sus impulsos, creyendo que para eso son las mujeres.

Se requieren programas gubernamentales que realmente pongan énfasis en querer erradicar este problema de salud pública que no sólo aqueja a Colima, sino a todo el país, pues México ocupa el segundo lugar en el mundo en embarazos adolescentes.

Si al ver que repartiendo condones a diestra y siniestra no ha funcionado el gobierno mexicano y el colimense deberán ponerse las pilas y enfocar sus esfuerzos en realizar, en conjunto con autoridades de educación básica y media superior, estrategias de prevención a través de seminarios, talleres o conferencias dirigidas a padres de familia y sobre todo a los adolescentes.

Sí ya sé, no es una tarea fácil, pero se puede, es hora de ponerle atención a este tema.

 

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